¿La alternativa es la derecha?

Emir Sader
Alainet


Los gobiernos progresistas latinoamericanos –posneoliberales– siguen ocupando el centro del escenario político del continente. Sus grandes líderes –Lula, Cristina, Evo, Rafael Correa, Mujica, entre otros – siguen siendo las referencias centrales para los pueblos de sus países y para el conjunto de la región.

Los que apuntaban, apresurados, por un “fin de ciclo” – afinados en términos de marketing con la onda de los fines: de la historia, de la política, del Estado, de los partidos, etc., etc. – se dan cuenta que la alternativa a los gobiernos posneoliberales no vendrá de la derecha o de la ultra izquierda. La derecha busca – como Argentina lo demuestra fehacientemente – la restauración del modelo neoliberal, anterior a los gobiernos posneoliberales, que lo han rechazado. La ultra izquierda no tiene ni propuesta, ni fuerza alguna; en ningún país protagoniza las disputas políticas, solo existe en solitarios y dogmáticos artículos.
Los gobiernos posneoliberales ocupan el centro de las disputas políticas, porque el neoliberalismo se ha proyectado como el modelo de hegemonía capitalista en el período histórico actual. La disputa neoliberalismo/antineoliberalismo es la disputa esencial de nuestro tiempo. Quien personifica, como liderazgo, como fuerza política, la lucha por la superación del neoliberalismo, gana ese protagonismo.
Esos liderazgos y las fuerzas que los sostienen son, así, lo más avanzado de que dispone América Latina en la lucha central de nuestro tiempo: la de la construcción de alternativas superadoras del neoliberalismo. Son, al mismo tiempo, victimas privilegiadas de los ataques de la derecha, que tiene en ellos el obstáculo fundamental para reimponer el reino del dinero y de las mercancías, en contra de los derechos de todos.
Esos gobiernos son los que mejores condiciones tienen para garantizar los avances logrados y desarticular los nudos para retomar un proceso de crecimiento con distribución de renta. Dos de esos nudos son fundamentales: la hegemonía del capital financiero y el control de los medios privados de comunicación en la formación de la opinión pública. En otros términos, el monopolio del poder del dinero y el monopolio del poder de la palabra.
La hegemonía del capital financiero y su naturaleza especulativa en la era neoliberal canaliza recursos que la economía productiva necesita para producir riquezas y empleos. En Brasil se calcula que el 15% del PIB es canalizado hacia la intermediación financiera, retirando de la economía productiva recursos fundamentales. Rebajar las tasas de interés y poner impuestos sobre la circulación del capital financiero, son dos de los mecanismos indispensables para quebrar el rol determinan que ese capital predatorio tienen sobre nuestras economías.
Los medios privados de comunicación son un monopolio que cumplen el rol de verdaderos partidos de la derecha y juegan permanentemente la carta de la desestabilización económica y política de los gobiernos progresistas. Sin democratización en la formación de la opinión publica, no habrá democracia efectiva.
La polarización política en los países progresistas se mantiene así entre fuerzas que sostienen el restablecimiento del modelo neoliberal y las que luchas por su superación. La alternativa a los gobiernos posneoliberales sigue siendo la derecha y su proyecto de restauración neoliberal. Esa es la disputa política fundamental en la era neoliberal.

Emir Sader, sociólogo y científico político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ). Fuente: http://www.alainet.org/es/articulo/176980 -
Ilustración: El Roto
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“El mapa de paraísos fiscales tiene como epicentro a la City, Nueva York y Ginebra”

Fragmento de la entrevista al sociólogo Armando Fernández Steinko, ponente en un acto del Frente Cívico y Acontracorrent

Enric Llopis
Rebelión
Continúa el “goteo” mediático de políticos y celebridades con cuentas opacas en Panamá, a partir de las filtraciones al diario muniqués “Süddeutsche Zeitung”. Estalla nuevamente el escándalo de los paraísos fiscales. Se repiten asimismo las disquisiciones sobre su legalidad y la catadura moral de los propietarios de las cuentas. Pero se trata de los “papeles” de un solo bufete panameño y, según el profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Armando Fernández Steinko (Madrid, 1960), el mapa de paraísos fiscales en el mundo tiene realmente tres focos: la City de Londres, Estados Unidos (Nueva York) y Suiza (Ginebra). 
 
El grueso del dinero ilícito en el mundo procede de los delitos de “cuello blanco”. La alternativa, a juicio de Fernández Steinko, quien actualmente prepara el libro “El blanqueo de capitales en España. Juicios, prejuicios y realidad”, es “empezar de cero con un mecanismo multilateral de Naciones Unidas, ya que el sistema está muy viciado”. El investigador y sociólogo es coordinador del libro “Delincuencia, finanzas y globalización” y autor de “Las pistas falsas del crimen organizado. Finanzas paralelas y orden internacional”. Ha participado en el Seminario de Formación Política del Frente Cívico-Valencia y el sindicato Acontracorrent, con una conferencia sobre la “democracia económica”.
-¿Constituyen los llamados “papeles” de Panamá -11,5 millones de documentos del despacho Mossak Fonseca, “filtrados” para que los investigue un consorcio internacional de periodistas- una importante revelación informativa, y de gran potencial, en la denuncia de los paraísos fiscales?
El asunto de los “papeles” de Panamá no es comparable, por ejemplo, al de Wikileaks, y no sólo porque el número de datos es mucho mayor. Hay un consorcio de periodistas que está investigando la información filtrada a un diario alemán, el “Süddeutsche Zeitung”, pero a diferencia de lo que ocurrió con Wikileaks, la documentación no está abierta a todos los investigadores, sino que se ve sometida a un proceso de “escaneo” selectivo. Los criterios que se siguen para la selección no son neutrales. Se definen una serie de personajes, “interesantes” para ser investigados, a veces porque se les considera políticamente enemigos, y se indaga para ver qué se les descubre. En definitiva, no se trata de una información abierta, sino de un análisis selectivo por parte de unos periodistas.
-¿Quién se halla detrás de los “papeles” de Panamá?
Por las diferentes filtraciones, sabemos que hay varias agencias de información norteamericanas que han ayudado a filtrar esos papeles, dado pistas y claves para descifrarlos. Pero lo importante es que toda esta información es susceptible de ser utilizada de forma arbitraria. Lo que trasciende a la prensa es aquello que los diferentes periódicos y quienes están detrás de la filtración han seleccionado. He hablado con periodistas de este medio alemán, y me cuentan que no se trata de apretar un botón y, de pronto, te aparezca la lista de implicados; hay que buscarlos, y por tanto cientos de periodistas están trabajando en el asunto. Por ejemplo, vamos a por Putin, o sus amigos, y a ver qué les sacamos; o a por otros políticos. Los periodistas siguen directrices, porque 11,5 millones de documentos no pueden explorarse de manera sistemática. Las prioridades las deciden los propietarios de los medios y quienes están detrás de la filtración.
-¿Qué importancia tiene el despacho de abogados Mossak Fonseca? ¿Qué análisis de fondo puede hacerse sobre los paraísos fiscales a partir de la labor de este bufete panameño?
Es un despacho de “segunda”. Los “peces gordos” no van a ese tipo de despachos. Además, por 600 dólares se puede crear a través de Internet un banco, y asociar una cuenta corriente a la entidad financiera de manera completamente anónima. Nadie te pedirá los documentos de identificación. Un profesor de una universidad australiana realizó una investigación, publicada en 2008, en materia de paraísos fiscales. Para ello se hizo pasar por un cliente y, a través de un servidor anónimo, pidió información a las empresas que se anuncian como “offshore” (opacas) en medios como “Financial Times” o “The Economist”. El supuesto cliente quería, en primer lugar, constituir una empresa; y, además, abrir una cuenta corriente en una sociedad “opaca”.
-¿Cuál fue el resultado de la investigación?
Se llevó la sorpresa de que un alto porcentaje de estas empresas (oferentes de servicios “offshore”) que le respondieron, no necesitaban que se les facilitara un pasaporte compulsado ni identificación demostrada. Además, cerca de la mitad de las empresas que requerían menos requisitos de identificación, estaban radicadas en Estados Unidos (Wyoming, Delaware y Arkansas) y en Gran Bretaña (en la City de Londres). No en Panamá.
-¿En qué sentido hablas en el título del libro de “prejuicios” y de “realidad”?
El grueso del dinero blanqueado no es el de los delitos de “cuello azul” (narcotráfico, tráfico de personas, de armas o extorsiones), sino el de los delitos de “cuello blanco” (delito fiscal, malversación de caudales públicos, cohechos, estafas y delitos urbanísticos). Esto es lo que genera el “gran” dinero ilícito en España y en todos los países. Y ése es el dinero en el que hay que fijarse para explorar el blanqueo de capitales, lo demás son relativamente menudencias. Además, es un dinero que sigue rutas mucho más complejas, por ejemplo, los cohechos recorren numerosos paraísos fiscales y están particularmente bien blindados, porque las personas políticamente expuestas son las que se hallan normalmente detrás (han recibido el dinero del cohecho).
-¿Cuál es el “mapa” de los paraísos fiscales en el mundo?
Precisamente el de los tres grandes países que crearon el régimen internacional de lucha contra el blanqueo de capitales. Gran Bretaña, con el epicentro en la City de Londres; Estados Unidos, con el eje en Nueva York; y Suiza, con el foco en Ginebra. Se trata de los tres grandes sumideros de dinero ilícito –y también tres de los países con mercados financieros más líquidos del mundo-, rodeados por jurisdicciones periféricas donde se capta ese dinero ilícito, que termina en las tres plazas financieras citadas. El dinero entra por Panamá, las Islas Vírgenes del Caribe, Andorra, Gibraltar…
-Se afirma habitualmente que para combatir los paraísos fiscales, lo fundamental es la voluntad política y que las recetas no son demasiado complicadas. ¿Estás de acuerdo?
Hay que redefinir completamente el concepto de “blanqueo”. Nos encontramos ante un régimen construido, políticamente, por los grandes blanqueadores del planeta. O edificamos un mecanismo multilateral, organizado por Naciones Unidas, o no avanzaremos. Estados Unidos y Gran Bretaña siguen una política muy ambigua en relación con los paraísos fiscales, ya que son los grandes beneficiados. El sistema está muy viciado, habría que empezar desde cero. Ocurre que desde 2008, los países han entrado en una crisis fiscal, y los gobiernos –sean de izquierdas, de derechas o de centro- tienen que ir por el dinero para poder pagar la deuda pública.

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