Quiero que me lo cuente Isabel, no ChatGPT

Isabel le habla a su hijo, le habla a sus vecinas, te habla a ti y a mí. ¿A quién le hablan unas siglas que no existen más que en un servidor lejano y sediento?.Hace apenas unas semanas salió Atmósfera de bulos, el último libro de Isabel Moreno, física y máster en meteorología y geofísica. Nos conocemos desde hace años, unidos como estamos por el afán de escribir y hablar de la crisis climática, y es una de las personas con las que más frecuentemente comparto desvelos y proyectos.

Andreu Escrivá
 
Cuando uno pasa las páginas de su libro se da cuenta de algo de forma inmediata. Este libro lo ha escrito una persona. Isabel utiliza las cursivas de una forma que nunca se le ocurriría a la mal llamada inteligencia artificial. Hila las frases con palabras que enraízan en su vida, en su día a día, y las transforma en algo más que una mera anécdota. Se percibe con claridad que hay piel y latidos detrás de la celulosa, no prompts ni collages digitales.
Y eso que Atmósfera de bulos era el libro perfecto para encargárselo a la inteligencia artificial. La evidencia científica sobre el cambio climático es tan aplastante que hasta un modelo de lenguaje de gran tamaño no ofrecería ni el más mínimo resquicio a los negacionistas. Cada uno de los bulos, mitos, dudas, equívocos y preguntas que disecciona Isabel podría responderlo ChatGPT. Pero, ¿para qué? ¡Yo quiero que me lo cuente Isabel, no ChatGPT.
Isabel escribe como es, con pasión y cercanía, a veces con dudas y otras con rabia, pero desde el convencimiento de la esperanza como único camino transitable. Se equivoca, se corrige a sí misma y asume que no es perfecta, pero tampoco lo pretende. A veces da rodeos y otra empieza los capítulos con bisturí. No te da la razón siempre, y sabe quedarse callada o pedir ayuda cuando se aventura fuera de su campo (sólo hay que leer los agradecimientos), hecho que no sólo la diferencia de la inteligencia artificial, sino también de aquellos señoros que opinan caiga quien caiga y que están –según ellos, por supuesto– en posesión de la verdad climática.
Quiero una persona detrás del teclado de un libro sobre cómo afrontar el cambio climático, porque ChatGPT no sueña con esqueletos de ovejas eléctricas en un mundo devastado. No tiene pesadillas, no piensa (¡es un modelo de lenguaje!), no sufre, no se ilusiona, no se decepciona, no llora. El cambio climático es una historia humana, y necesitamos narraciones de carne y hueso para tejer la red de seguridad que nos hará desviarnos de la trayectoria actual. Isabel le habla a su hijo, le habla a sus vecinas, te habla a ti y a mí. ¿A quién le hablan unas siglas que no existen más que en un servidor lejano y sediento?
Este libro tuvo y tiene un precio. A Isabel la acosaron por decir lo que dice y por hablar de cambio climático, de la misma forma que les sucedió a otras científicas, periodistas y divulgadoras como Valentina Raffio o Verónica Pavés, que también aparecen en sus páginas. Este terrible episodio está recogido en el inicio del libro, como también aparece, de una forma dolorosa y merecida, el episodio de la DANA vivida en València en 2024.
Este libro no es un conjunto de páginas impresas, no son unos pocos kilobytes en la memoria de un ebook. Este libro es el producto de una idea y de mucho esfuerzo, de años de charlas y conversaciones, de vacilaciones y certezas. Es la plasmación de un deseo y de la voluntad de ayudar, de clarificar, de empujar. Es un libro útil y necesario, que se lee con facilidad y se asimila con rapidez. Justo lo que nos hace falta en un contexto de emergencia climática. Todo ello con la maravillosa sensación de que detrás hay un ser humano al que uno puede escribir, al que puede saludar en una presentación física, que va a poder escuchar en la radio o la televisión. Que se emocionará explicándolo, que trastabillará al relatar ciertos recuerdos, que se enzarzará con el público si la pregunta lo merece, que sudará si lo presenta en una primaveracasiverano en una pequeña librería de una gran ciudad.

Dejen de preguntarle a ChatGPT. Preguntenle (y lean) a Isabel.

Fuente: https://climatica.coop/quiero-que-me-lo-cuente-isabel-no-chatgpt/ Imagen de portada: Foto: Isabel Moreno, en una foto cedida por ella.

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