Venezuela: Drama ecológico en las montañas






El conjunto de Montañas ubicadas en los Estados Lara, Portuguesa y Yaracuy, se encuentran actualmente en situación de alto riesgo, incluso, más que eso están en franco e indetenible proceso de degradación, afectando negativamente a los ríos que vierten sus aguas en tres cuencas hidrográficas, La de El Tocuyo, la del Orinoco y la del Lago de Maracaibo.
Los informes técnicos a este respecto son patéticamente devastadores. En Hidrolara tienen pruebas de que a la Represa Dos Cerritos le quedan pocos años de vida útil. No quieren hacer públicos estos informes para no generar pánico entre la población, pero sus cálculos son terribles porque pronostican el colapso para dentro de cinco años aproximadamente.
Ingenieros forestales, ambientalistas, ecologistas y otros expertos en medio ambiente indican que la pérdida de capa vegetal en estas montañas se coloca en alerta rojo, es decir, para ellos nuestras montañas entraron en fase de desertificación, debido a que muchas laderas quedaron sin ningún tipo de protección y con las lluvias se produce un lavado que deja a los suelos descubiertos, a nivel de las conformaciones pétreas.
Todo esto incide en cambios de temperaturas, disminución importante de la producción de agua, arrastre de tierra hacia los ríos y con ello agravamiento de los problemas de sedimentación de las represas construidas aguas abajo. Si integramos todos estos aspectos podemos ver que la situación es más que preocupante, es realmente angustiosa. Sobre todo que frente a ella no existe una respuesta institucional y al no haber información la sociedad no puede organizar respuestas oportunas.
Una de las causas más eficientes, en el orden negativo, de este proceso acelerado de deterioro ambiental en nuestras montañas es que los caficultores han abandonado su actividad tradicional y están eliminado sus cafetos para sembrar maíz, caraotas y otros rubros que implican una deforestación total, movimiento de tierra con arado y otras técnicas invasivas que desgastan el suelo de manera grave e irreversible.
Sin entrar en la polémica sobre precios del café, ni analizar los argumentos que presentan de un lado y otro lo cierto es que los caficultores están “pelando” las montañas porque alegan que para subsistir tienen que buscar una actividad distinta. El problema, el gran problema, es que los cafetos son plantas permanentes que además necesitan arboles de sobra altos y frondosos y lo que es bueno para el café es también bueno para las montañas, porque el café y sus árboles de sombra preservan la capa vegetal, amortizan el impacto de las aguas de lluvias y en general, mantienen un ecosistema estable para la producción de oxigeno y de agua. Por eso al eliminar los cafetos, talar los árboles de sombra, la tierra queda absolutamente desguarnecida, la lluvias lavan y acaban con la capa vegetal y sacan tierra que se desliza aguas abajo para sedimentar las represas construidas por el hombre.
Y esto viene sucediendo desde hace años y desde hace años el proceso se va acelerando a un ritmo pavoroso. De allí que los pronósticos de colapso puedan comprimirse en el tiempo y lamentablemente antes de lo previsto vivamos un caos en Barquisimeto y Cabudare de proporciones terroríficas.
Sobre este tema un equipo conformado por Nelson Campos, Luis Vasquez,Mazimiliano Pérez, Raúl Azparren, Hildebrando Riera y quien escribe, Jorge Euclides Ramírez, hemos venido trabajando con la idea de crear una RED ECOLOGICA que en nombre de la Red de Instituciones Larenses haga un llamado de conciencia a toda la población y motive a las autoridades respectivas a coordinarse con la misión de buscar una solución conjunta.
En este mismo sentido hemos planteado llevar este drama ecológico a diferentes instancias de poder político y administrativo con el objeto se genere un plan conjunto que practique un diagnostico urgente, con sus respectivas recomendaciones y de esta forma unamos voluntades oficiales y sociales tras la meta de salvar a nuestras montañas, ríos y represas del colapso.
Consideramos que para el cumplimiento de estos propósitos ecologistas el organismo regional con mayor tradición y conocimiento en materia ambiental y en manejo de la caficultura como cultivo conservacionista, es FUDECO. Por estas razones hemos propuesto solicitar una audiencia con su Presidente a objeto de presentarle toda esta problemática, escuchar su versión y de forma conjunta con la sociedad civil, como siempre lo ha hecho FUDECO, organizar respuestas urgentes que tengan el aval de todas las instancias públicas y privadas.
Sabemos, no somos ingenuos, que crear este bloque unitario de voluntades a favor de nuestro medio ambiente no es fácil. Pero si nos resignamos al Tanatos como orientador de nuestro destino habremos cancelado la esperanza como última trinchera de lucha hacia el futuro. Por eso no es una impropuesta soñar, sobre todo que la realidad que tenemos en frente es terrible, inevitable y deletérea. En pocos años nos quedaremos sin agua, estamos en fase agónica y lo único que puede detener el caos que nos espera es que nos unamos para enfrentarlo. Soñar con unirnos es así la única realidad que puede salvarnos.

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