La fuerza espiritual mapuche del Kintuante frente a las hidroeléctricas

Chile: Represas en el río Pilmaiken, Región de Los Ríos

La presión empresarial, principalmente minera, ha exigido que los newen del leufu mapuche sean vistos como una solución para ampliar la generación energética y de esta manera alcanzar el supuesto “desarrollo” que promete el sistema neoliberal. Es así que en el río Pilmaiken, Región de Los Ríos, se estudia construir una tercera represa comprando voluntades, criminalizando y borrando la historia de un territorio que sin embargo, se niega a ser olvidado. Los defensores del ngen mapu Kintuante han despertado una lucha ancestral que hoy toma nuevas formas pero se remite a la misma historia de siempre.
Hay que seguir siendo Mapuche. Es decir seguir siendo agua, tierra, aire, bosque, espiritualidad. Hay que mantener y defender el precioso vínculo de vida con la Naturaleza en su más amplia expresión y por tanto resguardar lo que nos une, lo que es la esencia de la vida mapuche en todos los tiempos, más aún en momentos en que el planeta está cambiando (o siendo cambiado) y los bienes naturales comienzan a escasear, a la vez que aumenta el hambre por dinero generado en base a la extracción y uso de estos recursos. En este contexto la lucha espiritual es la base para defender el “buen vivir” el kume monguen y resguardar la identidad, la historia y la autonomía económica y política.
Eso es lo que se vive en el ngen mapu Kintuante, complejo espiritual Mapuche que habita en la zona del río Pilmaiken, Región de los Ríos, donde hace años una trama de funcionarios estatales, empresarios chilenos y multinacionales presionan para imponer centrales hidroeléctricas.
El río Pilmaiken, que significa golondrina en mapudungun, desagua en el lago Puyehue y se une al gran Wenu Leufu, el río Bueno, conformando un complejo y rico ecosistema fluvial que cruza de cordillera a mar el territorio Williche. En las aguas del Pilmaiquén ya hay construidas dos centrales hidroeléctricas. La primera lleva el mismo nombre del río, inaugurada en 1944, tiempos en que el Estado chileno continuaba su avasallamiento a las comunidades mapuche y el despojo de sus territorios. La segunda es la central Rucatayo que comenzó a funcionar en 2012. Pero ahora las rápidas aguas de este leufu (río), siguen estando en la mira de las empresas que extraen energía, mientras continúan sus esfuerzos por imponer centrales hidroeléctricas, se han encontrado con el bloqueo de los revitalizados Lof Williche. Y esta oposición, en base a la lucha espiritual, -sustentado en razones económicas, políticas, ambientales, legales y culturales- ha develado que estas empresas no entregan beneficios a las comunidades del territorio, en la cual se instalan. En estos territorios las comunidades aumentan su preocupación por la intervención del espacio sagrado y el río donde habita el espíritu tutelar mapuche, ngen mapu Kintuante. En tanto, la imposición de las represas viene sustentada en cuestionados estudios de impacto ambiental al alero de la débil institucionalidad estatal chilena en estas materias. Todo disfrazado por medio de una supuesta mitigación, a través de una muralla de hormigón para la represa, en la parte donde habita este inmemorial espíritu mapuche. Frente a esto, varias comunidades que asisten a las ceremonias, han mostrado su oposición activa a este modelo de desarrollo energético, debido a que el lugar de encuentro (Ayllarrahue) es de vital importancia, porque se reúnen varias comunidades Williches, desde tiempos ancestrales.
Fuente: El Ciudadano

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