TTIP, un ataque contra la vida digna de las personas

Xavier Caño Tamayo

Bar de Chicago, años treinta, en plena Ley Seca. El dueño, a un vendedor de cerveza de Al Capone: “Tenemos cuanto necesitamos. Además, la cerveza que vendes es mala”. El sicario contesta: “No se trata de que la cerveza sea buena sino que has de comprarla”. “No la compraré”, resiste el tabernero. El gángster se va. Alguien deja un maletín junto a la barra. El maletín estalla y destruye el establecimiento.

Esta secuencia del filme The Intouchables de Brian da Palma sintetiza la actitud y actuación del poder económico y sus cómplices políticos para asegurar contra viento y marea los beneficios de grandes empresas y corporaciones multinacionales. Con los tratados bilaterales de comercio e inversión. Pues, como dice el gángster en la película, no se trata de que la cerveza sea buena sino que has de comprarla. Para el capitalismo solo vale ganar dinero.
Los tratados de libre inversión son como el gángster y el maletín explosivo. Así es el TTIP que negocian en secreto Unión Europea (UE) y Estados Unidos, y su homólogo el TTP entre EEUU y el resto del Mundo.
Estos tratados proponen un nuevo modelo económico, social y político de apropiación y desposesión de la ciudadanía. Un modelo autoritario y antidemocrático que perjudicará la vida cotidiana de la mayoría de población. Es la vuelta de tuerca definitiva del capitalismo que busca asegurar los privilegios de las grandes multinacionales para garantizar ganancias incesantes y crecientes. Por encima de los derechos de la mayoría de la población. Corrijo: contra los derechos de la población. Se acabó que los gobiernos gobiernen y que los parlamentos legislen. Con el TTIP se acabará la democracia. Solo cuentan los beneficios de las multinacionales.
Tratados como el TTIP convierten en mercancía cualquier necesidad, experiencia o acción humanas. Salud, educación, asistencia social, agua… Mercancías. Solo negocios. ¿Por qué considerarlos derechos? Es la razón por la que tratados como el TTIP buscan que los servicios públicos dejen de serlo y pasen a codiciosas manos privadas y nunca puedan volver a ser públicos. Para ganar dinero.
Si se firma el TTIP, afectará a toda la vida de la mayoría ciudadana. La salud, por ejemplo. El TTIP prolongaría la duración de patentes de laboratorios farmacéuticos. Mientras haya patentes, costará producir medicamentos genéricos, que curan igual que fármacos con patente y son más baratos. Al aumentar las medicinas con patente, más caras, quedarán fuera del alcance de la mayoría de gente. Más enfermedades, más sufrimiento, más mortalidad.
También habría menos seguridad alimentaria porque desaparecerían las normas europeas de control. Y se comercializarían en Europa pollos lavados con cloro (muy tóxico, prohibido en Europa). O se venderían pavos americanos alimentados con piensos que contienen arsénico. O terneros y vacas tratados para engordar con la hormona Somatrotropina Bovina Recombinante, de la que hay fundadas sospechas que provoca cáncer en las personas. Y cerdos tratados con la droga Clorhidrato de Ractopamina, prohibida en la UE por su amenaza para la salud.
La firma del TTIP afectaría a la seguridad de los alimentos, aumentaría los riesgos para la salud de la gente y habría nuevas enfermedades por no proteger alimentos de consumo habitual.
Si se firma el TTIP, se utilizarán en la agricultura europea pesticidas tóxicos peligrosos que afectarán a los productos agrícolas y a la gente. Desaparecerá la agricultura familiar de Europa, sustituida por enormes empresas agrarias globales que empobrecen el suelo agrícola, entre otros males. Y se dependería de las multinacionales de alimentación que harán lo que les dé la gana.
Las normas hoy vigentes en la Unión Europea se ‘igualarían’ a las de Estados Unidos. Desaparecerían. Con graves consecuencias en el mundo laboral, por ejemplo, porque EEUU no acepta la mayoría de convenciones de la Organización Internacional del Trabajo. Ni ha ratificado 175 de los 189 convenios de la OIT que protegen derechos de los trabajadores.
El TTIP destruiría empleo en multitud de pequeñas y medianas empresas, demás de hacerlo en los servicios sanitarios y educativos porque primarían los beneficios empresariales en universidades, hospitales y centros de diagnóstico por encima de la educación y la salud. Y por aceptar Europa la ausencia de normas de protección de derechos de los trabajadores, habitual en Estados Unidos.
Etcétera.
El TTIP es un ataque directo contra la vida segura y digna de la gente común. Por eso hay que moverse más y más e impedir que se firme. O lo pagaremos muy caro.

Fuente: CSS - 
Imagen: ‪identi.ca‬

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Una eurodiputada de Podemos, tras leer textos sobre agricultura en el TTIP: “Es lo que esperaba o peor”

"Si se aprueba este tratado se estará vendiendo nuestro campo y nuestra riqueza al mejor postor", asegura la europarlamentaria Estefanía Torres, que este martes ha accedido por primera vez a la 'cámara secreta' en la que los diputados pueden leer algunos documentos del tratado. Siempre, tras firmar el compromiso de no divulgar detalles sobre los textos.
 
Alejandro Lopez Miguel "Lo que he visto al entrar es un exceso de seguridad que revela todo lo que quieren ocultar", sostiene Torres
Sin embargo, tal y como adelantó este diario, los diputados deben pedir cita, firmar un documento de confidencialidad en el que se comprometen a no difundir un solo detalle y dejar todos los dispositivos electrónicos fuera de la sala, entre otros requerimientos de seguridad. Todo, para consultar textos escritos en inglés, con un vocabulario muy técnico que no pueden fotocopiar, durante un periodo máximo de dos horas. "Lo que he visto al entrar es un exceso de seguridad que revela todo lo que quieren ocultar. Que nos pongan más trabas a los representantes públicos que a las multinacionales ya pone de manifiesto lo que puede haber detrás de este tratado", denuncia Torres, que en su primera visita ha pasado cerca de una hora en la cámara secreta del parlamento en Bruselas, una de las dos estancias de este tipo que existen en la capital belga.
"Si se aprueba este tratado se estará vendiendo nuestro campo y nuestra riqueza al mejor postor. Es una alfombra roja para multinacionales como Monsanto, y permitirá que se termine de asfixiar a los agricultores", sostiene la eurodiputada de Podemos, midiendo sus palabras para no revelar detalles concretos sobre el texto que ha podido leer, uno de los más actualizados, y que refleja posiciones estadounidenses y europeas en esta materia.
"Ya no solamente es que nos pongan tantas trabas para entrar; es que además dicen que hay transparencia cuando no la hay, porque no puedes contar lo que has leído. La ciudadanía tiene derecho a conocer el contenido de este tratado, si hay algo que va a tener consecuencias drásticas todos deberíamos tener acceso a los contenidos", asevera.

Fuente: publico.es - Imagen: intersindicalaragon.org

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