El Buen Vivir y los Estados Plurinacionales.





Los retos de la CAOI
Por Tatiana Roa Avendaño

La CAOI ha tenido que enfrentar las continuas agresiones que enfrentan los pueblos indígenas en sus territorios debido a la imposición de más de dos décadas de modelo económico extractivista y neoliberal. En los últimos años se ha hecho más intensa la promoción de proyectos extractivos. Se impulsan tratados, leyes y proyectos que privatizan los bienes naturales y favorecen el saqueo y la depredación de la Naturaleza. Se militarizan los territorios y se criminalizan las luchas sociales. Hay tambien importantes logros del movimiento indígena; las propuestas centrales de Buen Vivir y Estados Plurinacionales han sido ya incorporadas en las constituciones de Bolivia y Ecuador, y comienzan a ser referentes y a ser incluidas en las agendas políticas de los movimientos sociales del continente. Son éstos dos asuntos los que destacaremos en este artículo.


Entre el 11 y 13 de marzo se realizó el II Congreso de la CAOI (1), en la sede la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE. Aproximadamente 400 personas se hicieron presente entre delegados de organizaciones indígenas miembros de la CAOI provenientes de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, Argentina y Chile (estás dos últimas aceptadas como miembro en este Congreso), delegados fraternales de Guatemala y Panamá, observadores de América y Europa y, medios de comunicación.
La nueva cita tuvo como propósito abordar las problemáticas que les aquejan pero también para levantar propuestas y acciones que les permitan alcanzar el sumak kawsay y la construcción colectiva de los Estados Plurinacionales.
En la instalación los dirigentes indígenas señalaron con claridad las amenazas que hoy sufren los pueblos indígenas pero también las potencialidades que en la región andina tiene su movimiento. Mientras los líderes espirituales llamaron a los participantes y a la dirigencia indígena a fortalecer sus luchas mediante la espiritualidad y, la recuperación de los saberes ancestrales y la memoria colectiva. Haciendo eco a este llamado Claudia Herrera, vicepresidenta de ONPIA (Argentina) que recalco que “no es posible una política indígena sino prácticamos nuestra espiritualidad”. La participación de la mujer fue destacada particularmente en la delegación boliviana que en cada espacio de participación garantizó una presencia equilibrada de mujeres y hombres.
La CAOI ha tenido que enfrentar las continuas agresiones que enfrentan los pueblos indígenas en sus territorios debido a la imposición de más de dos décadas de modelo económico extractivista y neoliberal. De hecho, en los últimos años se han hecho más intensa la promoción de proyectos extractivos: mineros, petroleros, forestales y agroindustriales de cultivos para la exportación. Se impulsan leyes y proyectos que privatizan los bienes naturales, se promueven tratados que favorecen el saqueo y la depredación de la Naturaleza, mientras se militarizan los territorios y se criminalizan las luchas sociales.
No falta destacar, el reconocimiento de los importantes logros del movimiento indígena; las propuestas centrales de Buen Vivir y Estados Plurinacionales han sido ya incorporadas en las constituciones de Bolivia y Ecuador, y comienza a ser referentes y a ser incluidas en las agendas políticas de los movimientos sociales del continente. Son éstos dos asuntos los que destacaremos en este artículo.
Situación de los pueblos indígenas andinos
El creciente interés del capital por la demanda de energéticos y otros bienes naturales como materias primas para sostener el desarrollo capitalista ha venido ampliando las fronteras naturales amenazando los territorios indígenas y la pervivencia de los pueblos indígenas es un asunto que reiteradamente mencionaron los participantes. Lo paradógico es que la crisis ha agudizado la dependencia económica de estos países andinos en los mercados foráneos, forzando la tasas de extracción de bienes naturales provocando, como plantea Alberto Acosta, un “crecimiento empobrecedor” (2). Los movimientos indígenas denunciaron al modelo neoliberal extractivista que saquea, depreda y contamina a la Pacha Mama.
Mientras el capital busca resolver la crisis por sobreacumulación del capital a través de procesos de «acumulación por desposeción» (3), la pobreza crece en los países del Sur. La pobreza tiene rostros indio, negro o campesino como bien lo expresaron algunos de los participantes y, afecta aún con más fuerza a las mujeres. Desde la perspectiva de Humberto Cholango, dirigente ecuatoriano y expresidente de la Ecuarunari, “la disputa es por los bienes naturales, gran parte de ellos en territorios indígenas”. Y claro, las nuevas fronteras naturales están en las tierras ancestrales de los pueblos que las han sabido conservar. Por ello, siguiendo a Cholango, “hoy más que nunca está vigente la lucha por la tierra y por el territorio; no es posible el Buen Vivir sin procesos de redistribución de la tierra”, concluyó.
La situación es dramática. El consejero mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia, Luis Evelis Andrade advirtió que más de 62 pueblos indígenas de Colombia están en peligro de extinción; sus territorios están siendo entregados a empresas nacionales y transnacionales petroleras, mineras y madereras. Mientras aumenta la militarización de sus territorios con el fin de “proteger” los intereses transnacionales. Sin duda, la instalación de 7 bases militares estadounidenses en territorio colombiano agudizará la grave situación de derechos humanos que hoy sufren los pueblos indígenas colombianos. En el Pacífico colombiano, el territorio embera – katio fue bombardeado por el ejercito nacional y, en el Cauca continua el hostigamiento y la agresión de los diversos grupos armandos legales e ilegales que rampantemente invaden sus territorios.


Más al sur del continente pululan los proyectos extractivos, en Perú el gobierno de Alan García impusó la inversión minera y petrolera contra la voluntad de los pueblos indígenas. La mayor parte del territorio amazónico peruano ha sido concesionado a empresas petroleras, algunos proyectos extractivos trascienden la frontera como la minería en la Coordillera del Condor que afecta tanto a Perú como Ecuador. Pervive el recuerdo de los hermanos awajún-wampis masacrados por el ejercito peruano, conocida como la “Masacre de Bagua”, cuando rechazaban las leyes que el congreso de este país impulsaba para facilitar la inversión extranjera. Entre tanto, la lucha antiminera de la CONACAMI sigue inspirado a otros pueblos que también defienden sus territorios y culturas.
Los pueblos mapuches de Argentina y Chile denunciaron la imposición de proyectos extractivos, forestales y energéticos. Su situación es crítica agravado a raíz del reciente terremoto que afectó la región central de Chile, según advirtieron los indígenas de Chile que participaron y que demandaron la solidaridad del Congreso.
En Ecuador, el gran reto que tienen los pueblos indígenas es lograr que la formulación de las nuevas leyes: minera, del agua, de soberanía alimentaria entre otras, se correspondan con los principios de su nueva Carta Constitucional. Está será la garantía del respeto a los derechos conquistados: a la Naturaleza, al agua y a las soberanías alimentaria y energética. No ha sido fácil, los indígenas ecuatorinao no encuentran voluntad política de algunos sectores políticos para que se respete la esencia constitucional, que podría conllevar a un “proceso de desconstitucionalización” (4) como lo advirtió Boaventura de Souza Santos durante la Asamblea Constituyente.
Pero también hay cosas destacadas. Las delegaciones reconocen los logros de los pueblos indígenas bolivianos, los cuales consideran son producto de su articulación y disciplina política. Por ello invitaron a seguir su ejemplo, para caminar de la “resistencia al poder”. Pero mientras tanto, se hace un llamado para estar alerta de lo que la derecha pueda hacer para entorpecer este proceso de construcción de un Estado plurinacional.
El sumak kawsay un nuevo paradigma
Los pueblos indígenas andinos han logrado levantar el Sumak Kawsay o Buen Vivir como un paradigma para construir colectivamente un nuevo régimen de desarrollo, que reproduzca la vida amenazada por la crisis global ambiental para anteponerlo a los proyectos de muerte que promueven gobiernos y transnacionales.
Hubo consenso entre los asistentes en la necesidad de comprender a cabalidad el Buen Vivir, allí encuentran una oportunidad para la construcción de sociedades verdaderamente democráticas, que no sólo recoja las propuestas de los pueblos y nacionalidades indígenas, sino de amplios sectores de la población. Pasando así de “la resistencia a la propuesta”.
El sumak kawsay expresa para los pueblos indígenas una ruptura al sistema económico mundial expresado actualmente en el modelo neoliberal y representa una alternativa en tanto replantea las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza. El buen vivir propone un nuevo horizonte de vida y una alternativa frente a la noción monocultural de la actual civilización occidental, concluyeron varios de los dirigentes indígenas que intervinieron en los paneles.
De acuerdo a Marlon Santi presidente de la CONAIE “buscamos el sumak kawsay para realizar cambios reales en nuestros países”. No es para menos, el Buen Vivir implica una transformación en las relaciones con la naturaleza, “desde una visión de respeto, […] es la oportunidad de devolverle la ética a la convivencia humana, […] (es la necesidad de) un nuevo contrato social en el que puedan convivir la unidad en la diversidad. […] es la oportunidad de oponerse a la violencia del sistema” (5).
Los Estados plurinacionales
El Congreso constantemente demandó avanzar en la construcción de los Estados plurinacionales no sólo como un reto sino en una necesidad. En este continente, no obstante la diversidad de culturas, se impuso una cultura dominante mediante la exclusión y el racismo, oponiendo y desconociendo la cosmovisión de los pueblos indígenas. Los culturas originarias perviven en medio de los intentos homogenizadores y uniformadizadores. Por ello, para los asistentes al Congreso de la CAOI, a través de Estados plurinacionales, se podrá enfrentar la colonialidad del poder y el modelo económico de acumulación.
La plurinacionalidad, según expresaron los indígenas, debe constituirse en un ejercicio de democracia incluyente, como propuesta de vida diversa que propone una relación más armónica y cercana a la Naturaleza. De ahí, que la construcción de la plurinacionalidad tiene con ver con el territorio y con las formas de relación y apropiación de los bienes naturales, no puede ser solo un ejercicio pasivo de reconocimiento a la diversidad de pueblos y nacionalidades, un mero “canto a la bandera” como coloquialmente lo expresó un delegado.
El camino hacia Estados plurinacionales requiere gran voluntad política por parte de toda la sociedad, demanda reconocer la matriz originaria, que sin duda contribuirá no sólo a un enriquecimiento cultural sino también a superar concepciones y prácticas vergonzosas como el racismo y la discriminación. Los Estados plurinacionales es la oportunidad de que, en un mismo Estado puedan convivir otras formas de participación, otras formas de entender el mundo, otras cosmovisiones, otras identidades ligadas al territorio, que no son las mismas que se han impuesto históricamente.
Lo que viene...
Una intensa agenda tendrá el movimiento indígena durante los próximos meses. Se espera una masiva participación en la Cumbre Climática de Cochabamba respaldando así la convocatoria hecha por el Presidente Evo Morales. La Cumbre posibilitará buscar el camino para hacer vinculantes las decisiones del Tribunal Internacional de Justicia Climática de los Pueblos, a partir de la redacción y aprobación por Naciones Unidas de una Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra. La Cumbre permitirá preparar la ruta hacia la COP16 de Cambio Climático en México en noviembre de 2010 que busque trascender las propuestas de mercado o falsas soluciones que se impulsan desde las instancias internacionales con el beneplacito de gobiernos y transnacionales. Sin duda, para los pueblos indígenas, la crisis climática exige transformaciones en el sistema.
La CAOI se propone realizar una movilización a nivel continental en defensa de la madre naturaleza, para fortalecer las campañas de resistencia a las industrias extractivas que agresivamente avanzan en los territorios indígenas. Y exigiendo a los gobiernos se respeten las luchas sociales y se desmilitaricen los territorios indígenas. La esperanza de consolidar tareas y compromisos para fortalecer y hacer más fuerte su organización fue la motivación para cumplir con las extensas sesiones de trabajo. El II Congreso terminó pero la lucha continua con un gran espíritu de unidad.

www.ecoportal.net
Tatiana Roa Avendaño - Ambientalistas en Acción - Censat Agua Viva: www.censat.org
Notas:
(1) La Confederación Andina de Organización Indígenas, CAOI se constituyó el 17 julio de 2006, en Cuzco Perú. Surge de la necesidad de contar con una instancia de articulación del movimiento indígena en la región andina. La joven organización ha logrado constituirse en una organización referente para las organizaciones indígenas y oríginarias de Abya Yala, por su protagónico rol en el proceso de unidad y organización del movimiento indígena continental.
(2) Jagdish N. Baghwati citado por Alberto Acosta, en “La Maldición de la Abundancia”, Abya Yala, Quito, 2009. Pg: 29
(3) Harvey, David. El nuevo imperialismo, Madrid, España, Ediciones Akal, S.A. 2007
(4) De Souza Santos, Boaventura, “Las Paradojas de nuestro tiempo y la plurinacionalidad”, en Acosta, Alberto y Martinez Esperanza, Plurinacionalidad. Democracia en la diversidad. Abya Yala, Quito, 2009. Pag: 62
(5) Davalos, Pablo en http://alainet.org/active/23920

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