Cristina festejó en un monumento atómico del Proceso de Reorganización Nacional, Atucha II





CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). “Le pusimos la tapa a un modelo de país neoliberal que condenó al fracaso a esta obra y la paralizó por más de una década”, afirmó Cristina de Kirchner en el acto en el que se selló el recipiente de presión del reactor de Atucha II, lo que permitirá iniciar la puesta en marcha de esa central de generación nuclear.
La Presidente recordó, según la agencia estatal de noticias Télam, que las obras estuvieron paralizadas durante más de 10 años porque, según ella dijo, en ese momento la energía "no era necesaria" en el país porque no se producía.
(En verdad, una exageración. Luego, ocurrió algo peor: el Estado Nacional consumió la financiación otorgada por Alemania).
Cristina también apuntó a Mauricio Macri, y sostuvo que "hay algunos que quieren volver al pasado, que andan diciendo por ahí que volverían a privatizar Aerolíneas Argentinas",
"Son los que sueñan con el viejo modelo de los '90. Claro, tal vez obtuvieron muchas ganancias durante esos años, años en que los argentinos quedaban sin posibilidades de progreso", afirmó.
(Alejandro Bianchi escribió en el diario Crítica de la Argentina, acerca de Aerolíneas Argentinas: "El año pasado fue el peor que se recuerde en la historia de Aerolíneas Argentinas y Austral. Según el balance de las empresas, al que tuvo acceso este diario, entre las dos sumaron pérdidas por $ 1.649 millones ($ 1.403 millones y $ 246 millones, respectivamente). El quebranto, que triplica al de 2007, se reparte entre Marsans y el Estado. Los españoles operaron la empresa hasta el 17 de julio de 2008, fecha en la que el Gobierno comenzó a pagar los sueldos, combustible y repuestos e incorporó al ex intendente de La Plata, Julio Alak, como gerente general. Para mantener los aviones en funcionamiento, el Tesoro giró $ 983 millones hasta diciembre pasado y $ 1.263 millones acumulados hasta marzo. El año 2009 no arrancó mejor. Entre enero y abril el déficit ya supera los $ 300 millones. En los próximos días, la Auditoría General de la Nación (AGN) presentará un dictamen sobre estas cifras. (...)".)
Pero Cristina habla. Y habla. Y habla. Y habla.
Atucha II es una planta de energía atómica ubicada sobre la margen derecha del río Paraná, en la localidad de Lima, municipio de Zárate, a 115 km de Ciudad de Buenos Aires, adyacente a la central nuclear Atucha I, aprovechando gran parte de su infraestructura.
Se encuentra dentro de la línea PHWR de reactores de agua pesada con recipiente de presión desarrollada por Siemens, de los cuales sólo se construyó el prototipo MZFR de 57 MWe de generación en Alemania y la Central Atucha I, con una potencia de 357 MW brutos, pero ambos con una capacidad de generación sensiblemente menor que Atucha II.
Al igual que Atucha I, es un reactor de agua pesada presurizada con tecnología de Siemens KWU, pero fue diseñado para tener una potencia más alta (potencia térmica aproximadamente 2.000 MW, 692 MW eléctricos).
En 1981 se formó ENACE, una empresa en la que el Estado tenía 75% y Siemens AG el 25% restante para construir Atucha II. Los alemanes aportaban el diseño de la central y parte de la financiación. Pero, los atrasos de las obras fueron enormes; luego, Siemens le vendió a la francesa Framatone (en la que los alemanes tienen 34%) sus negocios de fabricación de reactores nucleares.
Atucha II utilizará agua pesada como refrigerante y moderador lo que permite la utilización de uranio natural como combustible, siendo posible la recarga del mismo mientras la central opera a plena potencia, por lo que se logra un bajo costo de operación.
El edificio principal del reactor posee una esfera de contención de acero Aldur 50/650, de 35 mm de espesor y un diámetro de 56 m
El turbogenerador es del tipo monoaxial de 3 flujos y opera con un caudal de 957,13 kg/s de vapor vivo, a una presión de 55,9 bar, con un caudal de 38.400 kg/s de agua de refrigeración.
El alternador es de una potencia de 838 MVA, con un factor de potencia de 0,89; una tensión de salida de 21 kV, refrigerado por hidrógeno (H).
Cuando se comenzó, Atucha II tenía el recipiente de presión más grande que cualquier central nuclear del planeta. El costo total se estimó en US$ 1.600 millones.
Pero la paralización ha implicado una inversión total de más de US$ 3.5000 millones. El Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) administra 2 fondos fiduciarios por US$ 489 millones, para finalizar las obras de Atucha II.
El agua pesada y los elementos combustible necesarios para la Central serán producidos en el mercado doméstico.
Durante 1998 se montó la vasija de presión, el continente de acero donde las fisiones del uranio en el combustible calentarán el agua pesada que luego, a su vez, generará el vapor que mueva la turbina.
Las obras de finalización recomenzaron en 2006 y el cronograma del proyecto comprende una fase I de 12 meses de duración para el relanzamiento del proyecto (organización, recuperación de infraestructura, ingeniería y contratos), una fase II de 26 meses para las actividades de construcción y montaje y una fase III de 14 meses para la puesta en marcha de la central. Las tareas remanentes de diseño serán ejecutadas por Nucleoeléctrica Argentina S.A. en asociación con los recursos científicos y tecnológicos de la Comisión Nacional de Energía Atómica.
Todo esto ocurre mientras el juez federal Ariel Lijo viajó a Alemania buscando pruebas sobre los presuntos sobornos que la empresa Siemens, que en los últimos años ha ganado varias licitaciones de grandes obras públicas, habría pagado a funcionarios argentinos entre 1998 y 2003 al menos US$ 80 millones.
La diputada nacional Verónica Benas (Santa Fe-Solidaridad e Igualdad) advirtió a la revista El Parlamentario acerca de la obsolescencia del proyecto en ejecución: "El problema fundamental de Atucha II es que fue diseñada en los '70 y que se comenzó a construir recién en 1980. Treinta años después de que fue pensada, Argentina aún no pudo terminar las obras, ya que estuvo totalmente paralizada entre 1984 y 1992, y luego en 1994 hasta el actual Gobierno", dijo Benas.
Cuando le preguntaron si han cambiado las normas o los diseños, respondió: "Desde los '80 han cambiado varias cosas. Con el correr de los años, la IAEA -el ente internacional que regula la actividad nuclear- se puso mucho más exigente. Pero aquí parece ser que no se enteraron."
Según ella, la Autoridad Regulatoria Nuclear realizó estudios técnicos e informes que denuncian y alertan sobre problemas en el diseño de seguridad y viabilidad en la construcción de la Central Atucha II.
Pero el presidente de la estatal Nucloeléctrica Argentina, Eduardo Messi, manifestó públicamente que la central se construye con diseño y tecnología actualizados, más seguros que los utilizados en la planta ucraniana de Chernobyl. Pero el 80% de Atucha II fue construida en auqellos años, y la turbina y el generador de la central fueron provistos por la propia Siemens hace más de dos décadas.
Benas agregó, cuando le preguntaron si se reformó el proyecto inicial: "Se desconoce. Tampoco se informó sobre quién tuvo a cargo las modificaciones de rediseño ni el costo de la reforma y su adecuación a las nuevas normas y estándares internacionales en materias técnicas de seguridad que según especialistas superaría los US$ 700 millones".
A su vez Juan Carlos Villalonga, director de Greenpeace Argentina, denunció:
Greenpeace denuncia que el proyecto del gobierno de finalizar Atucha II es caro, tecnológicamente obsoleto e implica un alto riesgo.
"(...) Esta historia arranca casi 30 años atrás. La decisión de construir Atucha II, la 3ra. planta atómica de la Argentina, fue adoptada durante la dictadura militar en los últimos años de la década del ’70,  como parte de un plan de desarrollo atómico que hoy ya no existe. Cuando el Presidente Néstor Kirchner presentó a comienzos de 2004 su plan energético, Greenpeace señaló que debía tenerse en cuenta que la decisión de construir Atucha II fue adoptada dentro de otro marco político, señalando en ese entonces lo “notablemente diferente del contexto energético y tecnológico a más de dos décadas de diferencia”.
 
Villalonga agregó: "Los contratos para la construcción de Atucha II fueron firmados en mayo de 1980 y ratificados por la Junta Militar en julio de ese año. Las obras comenzaron en marzo de 1981 y alcanzaron casi su estado actual de avance durante los años 1982 y 1983. La decisión de construir Atucha II fue claramente parte de un programa nuclear cuyo objetivo central era político y militarista, no un programa energético. Cuando acaba el gobierno militar, a finales de 1983, comienzan los problemas para continuar esta obra. La propia decisión tecnológica para Atucha se fundamentó en razones de estrategia de negocios de la dictadura militar, eso motivó la elección de la Siemens KWU para construir un reactor, cuya única experiencia en Alemania había sido un prototipo de 57 MW que funcionó desde 1966 hasta 1984 y en Atucha I. Esa línea tecnológica fue desarrollada por Siemens y utilizada comercialmente por Argentina únicamente."
Greenpeace denunció: "Quienes acordaron con el Gobierno hacerse cargo de ese complejo paquete es la canadiense AECL, que no tiene experiencia alguna en reactores como Atucha II, pero lo hará porque ya negoció la venta de un par de nuevos reactores canadienses al Gobierno Nacional. Atucha II ha significado un inmenso agujero por el que se han ido miles de millones de dólares, y lo seguirá siendo mientras siga vigente esta anacrónica fascinación por lo nuclear. Las estimaciones de los gastos en la inconclusa obra rondan los US$ 4.000 millones. (...)".
Y remató: "El costo de cada kilovatio instalado rondará la cifra de US$ 6.000, una de las centrales eléctricas más caras del planeta. Si se lo compara con otras opciones convencionales o con iniciativas energéticas renovables y limpias, como la energía eólica, las comparaciones muestran la magnitud del error. También se ha dicho que finalizar la planta es más barato que cerrarla. No es verdad, los costos de cerrar el proyecto fueron sobrestimados por la CNEA para alcanzar una cifra similar a su terminación y así forzar la continuidad de las obras, pero terminar Atucha II sale por lo menos unas 20 veces más que cerrar el proyecto. Atucha II es un proyecto equivocado, de alto riesgo, caro, tecnológicamente obsoleto, un pesado legado de la dictadura militar. Querer reflotar este proyecto a raíz de la crisis energética es un error, hay modos mucho más eficaces de encarar la crisis y de invertir el dinero del Estado. (...)".
http://www.urgente24.com/index.php?id=ver&tx_ttnews[tt_news]=124355&cHash=65e558c5c8
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Organización critica campaña de empresas mineras en Chile

Adital -
El Programa Chile Sustentable divulgó hoy un comunicado en que denuncia empresas mineras de dificultaren la entrada de nuevas compañías al sector eléctrico en Chile. Según el comunicado, el Consejo Minero - que agrupa 17 empresas transnacionales - y la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) han financiado una campaña comunicacional para lograr subsidios fiscales del gobierno chileno.
Además, la organización denunció "el despliegue comunicacional del Consejo Minero, la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) y la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), que pretenden bloquear el incipiente desarrollo de las Energías Renovables No Convencionales, impulsadas durante el presente gobierno; y dificultar la entrada de nuevas empresas al sector eléctrico".

"Los que oculta esta campaña empresarial es una intención de bloquear el desarrollo de las nuevas  energías renovables, como la eolica, geotermia, solar, etc., para así obstaculizar la entrada de nuevas empresas - más modernas, más responsables ambientalmente - al mercado eléctrico", añade la declaración del Programa Chile Sustentable.

Para la directora ejecutiva de la organización, Sara Larrain, la intención del Consejo Minero y de la Sonami es pedir al Estado chileno que subsidie con recursos públicos la energía nuclear. De acuerdo con la directora, esas son las mismas empresas que han sido insensibles a los diferentes conflictos locales que genera su uso del agua o la contaminación.
Sin embargo, Larrain comenta que la sociedad chilena no está dispuesta a dejar que su dinero "sea utilizado para opciones energéticas peligrosas, no renovables y que encadenarían al país a la dependencia tecnológica y al riego de contaminación radiactiva por las características sísmicas de Chile".
El comunicado del Programa Chile Sustentable critica también a la Corporación Nuclear Eléctrica, filial de la empresa Intermash, "por entregar resultados parciales a la prensa sobre el estudio de impactos y riesgos de la opción nuclear y su comparación con otras fuentes de energía".
Según el comunicado, el representante de la Corporación, Anatole Gubin, adelantara los resultados de un estudio del gobierno que afirma la necesidad de contar con una autoridad reguladora para el desarrollo núcleo-eléctrico. "Tal parece que el señor Gubin es nuestro nuevo Ministro de Energía, pues da a conocer públicamente los resultados de un estudio del gobierno, antes que el ministro [de Energía] Tokman, y recomienda que nuestra matriz futura responda a los intereses de su negocio", ironizó Larrain en el comunicado.

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