El consumo excesivo de papel en el Norte promueve los desiertos
Se calcula que, a largo plazo, la demanda mundial de papel y cartón
aumentará entre el 2 y el 3 por ciento por año, y que en Asia y
Europa Oriental (principalmente India, China y Rusia) dicho aumento
puede llegar a ser considerable. Se calcula que las exportaciones de
pasta de papel de América Latina desde tierras convertidas en
monocultivos de árboles, denominados desiertos verdes, crecerán un
70% entre 2000 y 2010.
La madera, la celulosa, la caña de azúcar y los agrocombustibles se
exportan desde los países del Sur para ser consumidos en los países
del Norte, con grandes ganancias para las empresas transnacionales.
Sin embargo, las grandes industrias de plantación tienen un sinnúmero
de efectos negativos, tanto sociales como ambientales y económicos:
desplazan a la población local, hacen estragos en la biodiversidad,
agotan los recursos hídricos, usan tierras que podrían ser dedicadas
a la agricultura, empobrecen a trabajadores, agricultores y
comunidades.
Si bien el papel es esencial para la comunicación moderna, existe en
los países del Norte un consumo innecesario. La distribución de la
demanda es desigual: el 22% de la población del mundo que vive en
Estados Unidos, Europa y Japón consume el 72% del papel del mundo. Lo
más alarmante es que este consumo excesivo no siempre se justifica.
Como en el caso de muchos otros bienes, este consumo excesivo es el
resultado de necesidades o usos inútiles, como lo muestran los
siguientes ejemplos:
" El desarrollo de productos descartables como pañales o vasos de
papel.
" La impresión inútil en las empresas: según a un estudio de Lexmark
e Ipsos realizado en Europa, sólo la mitad de las empresas
entrevistadas cambiaron sus políticas de impresión y sólo el 12% hizo
inversiones financieras para estimular a sus empleados a manejar mejor
lo que imprimen. Por lo tanto no es sorprendente que la mayoría de los
empleados europeos piensen que podrían reducir en un 30% lo que
imprimen, especialmente sabiendo que la mitad de los impresos y
fotocopias van a parar a la basura antes de que termine la jornada
(ver http://www.shrinkpaper.org). Si bien el número de impresiones
disminuyó en los últimos dos años, cada empleado europeo imprime el
equivalente de 35kg de papel por año.
" El embalaje y el exceso de embalaje: hoy en día, la mitad del
papel utilizado en el mundo corresponde al embalaje. El Centro
Nacional francés de Información Independiente sobre los desechos
calcula que, en Francia, el embalaje genera 5 millones de toneladas
de desechos por año. La mayor parte se recicla pero más del 50% se
incinera, lo cual representa un peligro para el suelo, el agua, el
aire y la salud de las personas. Como en el caso de la impresión
excesiva, la mayor parte de los embalajes se podrían evitar, por
ejemplo los numerosos envases individuales o pequeños que están tan
de moda hoy en día.
" Los impresos publicitarios: la enorme cantidad de publicidad que
recibimos en nuestras casas puede hacernos pensar que el papel es un
material gratuito. Sólo en Francia, 18.000 millones de prospectos se
distribuyen en los buzones, o sea el equivalente de 40kg de papel por
familia. Si el 5% de las personas pudiera decidir no recibir impresos
publicitarios, se podría ahorrar 150 millones de euros en el
procesamiento de residuos.
Es por eso que Amigos de la Tierra París organizó en setiembre
pasado una acción de denuncia cuyo objetivo era informar sobre la
deforestación, sus relaciones con las plantaciones de árboles y el
exceso de publicidad. Para el Día Internacional contra los
Monocultivos de Árboles, la organización local invitó a los artistas
Barbara Hashimoto y Andrew Chartier a presentar su trabajo en el
Espacio Krajcberg. Hashimoto comenzó su proyecto artístico en 2007 en
Chicago, recolectando y triturando todos los impresos publicitarios
que había recibido en su estudio durante un año. En 2009, junto con
Amigos de la Tierra París, The junk mail experiment contó con la
participación de 200 alumnos de una escuela local, quienes juntaron
los prospectos recibidos en sus casas durante varios meses. Así,
Barbara Hashimoto logró que el público parisiense tomara conciencia
del increíble volumen de papel que recibe en sus buzones. Andrew
Chartier explora en su trabajo las relaciones entre la tecnología, el
arte y el medio ambiente. En la exposición realizada en París presentó
su máquina de árboles, que entrega un brote de árbol a cambio de un
pedazo de papel: ¡lástima que esta máquina de revertir no sea más que
un sueño!
Hoy en día, lo que realmente está en juego es reducir drásticamente
el consumo excesivo de papel, evitando la deforestación y la
ocupación de tierras provocadas por el establecimiento de
monocultivos de árboles a gran escala. Si tan sólo los países
norteños dejaran de consumir papel para fines sin importancia, se
lograría una enorme economía de bosques y una valiosa ganancia para
la humanidad.
Amigos de la Tierra París, e-mail: paris@amisdelaterre.org
, http://www.amisdelaterre.org/-Paris-.html
Fuente: WRM Boletin 147