El deshielo del Ártico hace babear a las mineras






Codicia y desparpajo ante un desastre planetario: el deshielo por el calentamiento global está revelando en el Ártico nuevos depósitos de petróleo, gas, y valiosos minerales, que podrían alcanzar miles de millones de dólares. La extracción minera del fondo oceánico comienza a verse factible, aunque los desafíos técnicos y su impacto ambiental podrían frenar su expansión


Fuente: Vistaalmar.es


El casquete desaparecerá completamente dentro de 20 a 30 años, pero disminuirá enormemente mucho antes. Dentro de unos diez años, el océano Ártico será considerado como un mar abierto" a la navegación durante el verano.
Varios países como Rusia, Canadá, Estados Unidos, Noruega y Dinamarca empiezan a disputárselos. Todos, con excepción de Rusia, pertenecen a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), por lo que la alianza también está entrando en baza.
En el verano del 2007, un equipo de científicos rusos exploró el lecho del océano Ártico a bordo de dos mini submarinos. La misión científica pretendía encontrar evidencias de que una vasta cordillera submarina era la extensión geológica del territorio ruso.
Como primer gesto simbólico, los científicos plantaron una cápsula de titanio con la bandera rusa a 4.200 metros de profundidad.
Si Rusia logra reclamar la pertenencia del territorio, podría tener reservas de petróleo dos veces más importantes que las de Arabia Saudita, según estimaciones de los expertos.
Sin embargo, políticos europeos ya advirtieron que el control del Ártico podría provocar conflictos entre Europa y Rusia.
Entrevistado por la BBC, el representante de la Oficina de la Comisión Europea en Moscú, Marc Franco, declaró que "los costos y beneficios que surgen de esta nueva oportunidad deben repartirse de manera justa", dentro del marco de la ley internacional y después de negociaciones.
Pero el asunto va mucho más allá. Mientras la explotación de las reservas de petróleo tardará, algunos expertos estiman que Moscú está interesado por las nuevas vías marítimas creadas por el deshielo, que posiblemente podrían navegar a partir del 2020.
Nuevas rutas ya han aparecido. En septiembre de 2007, la Agencia Europea del Espacio avisó que la ruta más directa entre los océanos Atlántico y Pacífico a través del Paso del Noroeste se había quedado abierta por primera vez desde que la zona comenzó a ser observada hace casi 20 años.
En el verano de 2020 los barcos podrán cruzar del Pacífico al Atlántico por este paso del Noroeste sin tener que recurrir a embarcaciones rompehielo, lo que permitirá reducir en más de 4.800 kilómetros el recorrido de los cargueros. El cambio de hielo ártico en el verano será el mayor impacto que el calentamiento global tendrá en la apariencia física del planeta.
Canadá ya afirmó tener soberanía sobre el área, que se encuentra en su territorio, pero Estados Unidos y otros países parecen dispuestos a disputársela.
Entrevistado por Richard Garpin, corresponsal de la BBC en Moscú, uno de los portavoces de la OTAN explicó que la organización podría ofrecer proteger los barcos y puertos involucrados en el transporte del petróleo y del gas.
Esta decisión podría ser muy polémica en una región políticamente delicada y en un tema donde la apuestas son tan altas
Recordemos que este deshielo provocará un aumento del nivel de los océanos, además de la desaparición de la fauna, modificaciones atmosféricas y corrientes marinas, pero también la liberación de volúmenes importantes de gases de efecto invernadero, ya que el permafrost ártico (tierras permanentemente heladas) encierra grandes cantidades de CO2.
Un apunte sobre la minería marina
La carestía del mercado de metales como el cobre o el oro está volviendo cada vez más interesantes los recursos mineros de las profundidades marinas. Sin embargo, los expertos recuerdan las dificultades técnicas y sobre todo, el impacto ambiental que podría ocasionar el desarrollo de la minería marina a gran escala.
La extracción minera del fondo oceánico comprende las perforaciones en busca de petróleo y gas, la demolición de los arrecifes coralinos y el dragado del lecho del mar para obtener diversos minerales. Mientras que la industria del petróleo y gas lleva más de 60 años firmemente instalada en mar abierto (en la actualidad, casi un tercio del petróleo mundial tiene este origen), la mayoría de las extracciones en el lecho marino todavía no han dado sus primeros pasos, al resultar más caras que las ubicadas en tierra.
No obstante, esta situación podría cambiar en los próximos años. El ritmo de producción de los yacimientos terrestres ha decrecido en algunos casos de manera significativa. Por ejemplo, la producción mundial de oro se ha ido reduciendo en los últimos años debido al agotamiento de las principales minas mundiales, siendo las caídas más fuertes en Canadá, Sudáfrica y Australia. Por el contrario, la demanda de este preciado metal no deja de crecer, y los expertos consideran que el desarrollo económico de Asia y China incrementará aún más dicha demanda, y con ello, los precios.
Por ello, empiezan a surgir buscadores de fortuna convencidos de que en el fondo marino yace el nuevo Dorado. En este sentido, empresas como la australiana Nautilus Minerals o la británica Neptune Minerals quieren empezar a abrir brecha. Su objetivo principal se encuentra en las apagadas fumarolas marinas, fisuras entre la unión de placas tectónicas por las que fluye agua caliente y en donde se sabe que hay gran cantidad de minerales y metales como oro, plata, cobre o zinc.
Nautilus Minerals está explorando la costa de Papúa (Nueva Guinea) y pretendía comenzar a producir este 2009. Por su parte, Neptune Minerals está haciendo lo propio en aguas neozelandesas. El responsable de Nautilus Minerals, David Heydon, estima que su empresa será capaz de producir entre 300 y 500 mil onzas de oro, y 100 a 200 mil toneladas de cobre, sin olvidarse de la plata y zinc del yacimiento. Asimismo, Heydon afirma que hay potencial para encontrar concentraciones de mineral mucho más altas que en minas terrestres.
Para ello, ha desarrollado un sistema de extracción basado en un gran robot subacuático taladrador que tritura el fondo marino. El material es extraído a la superficie a través de una enorme tubería, succionado por potentes bombas. Posteriormente, es depositado en un barco especial, construido por una compañía dragadora belga, Jan de Nul, capaz de almacenar hasta 24.000 toneladas de roca molida. No obstante, por el momento, la empresa de Heydon emplea un barco de menor capacidad, al encontrarse en fase de exploración.
Inconvenientes técnicos y medioambientales
Algunos expertos recalcan los inconvenientes medioambientales y técnicos de estos sistemas. Rod M. Fujita, ecólogo marino de la organización "Defensa Medioambiental" destaca que la perforación del fondo marino puede levantar enormes nubes de polvo y arena. Este "smog marino", como lo ha denominado, podría provocar la muerte de gran cantidad de vida marina, al ser ingerido por los seres vivos o al reducir la cantidad de luz proveniente de la superficie, dificultando así la fotosíntesis de la flora submarina.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), si los sistemas de extracción de los diversos tipos de fondo marino se generalizan, y sobre todo, si algunos de los procesos industriales se hacen en el mar, las consecuencias negativas para las pesquerías pueden resultar importantes. Al igual que el experto de la organización Defensa Medioambiental, la FAO subraya la turbidez creada por la descarga de roca residual.
Por otra parte, los inconvenientes técnicos que hay que superar todavía son muy elevados. La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), una organización internacional establecida para controlar la explotación de los recursos marinos y su subsuelo fuera de los límites de la jurisdicción nacional, destaca que el coste operativo de recuperar los minerales y transportarlos a tierra puede ser el gran problema que haga inviable el sistema. Asimismo, los expertos recuerdan que hará falta desarrollar la tecnología que permita alcanzar profundidades mayores.
Minería marina para el sector de la construcción
El dragado del lecho marino de la costa también se utiliza para extraer grava y arena, aprovechando los lechos de corales fósiles que proporcionan así materiales de construcción en los países donde escasean o resultan caros.
Según la FAO, este tipo de extracción perjudica a diversos organismos marinos, al destruir su hábitat, como por ejemplo los lugares de desove de peces. Asimismo, desde este organismo internacional se recuerda la importancia de los arrecifes coralinos, que suelen quedar gravemente comprometidos por la minería marina.

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