Por una justicia ecológica, liberemos al clima de los mercados financieros




Autor: ATTAC



"Al principio creía que luchaba por salvar a las heveas (plantas del caucho), luego que lo hacía para salvar a la selva amazónica. Ahora comprendo que lucho por la humanidad" Chico Mendes (algunos meses antes de ser asesinado).

Desde hace algunos años, el desarrollo de una crisis ecológica global, que afectará el futuro de los habitantes del planeta, resulta evidente. La magnitud de la crisis ha sido demostrada por los trabajos del grupo intergubernamental de expertos sobre la evolución del clima (GIEC) que en sucesivos informes ha señalado el realismo del calentamiento climático global e identificado su causa primordial : el aumento de los gases de efecto invernadero, en primer lugar del dióxido de carbono (CO2) producido por el uso siempre creciente de combustibles fósiles. Los otros elementos que participan en la degradaciòn ambiental son : la deforestación, el agotamiento y la contaminación de los suelos, el aire y el agua . El marco natural que permitió el desarrollo de la humanidad durante milenios, se ha convertido en fuente de problemas, (sequías, hambrunas, enfermedades, migraciones, guerras para la propiación de los recursos . 

Los efectos sobre las demás especies no son menos preocupantes, disminuciòn de la biodiversidad, desertificación, degradación de los ecosistemas, factores todos que repercuten seriamente sobre la calidad de vida humana y, en posible corto plazo, su subsistencia. La crisis climática pone de relieve la profundidad de la crisis ecológica global. Muestra hoy en día la contracción de los límites y de las contradicciones de un modelo de organización de las sociedades que el planeta no puede ya seguir soportando. La posibilidad de vivir en sociedades construidas sobre la base de valores como, la libertad, la solidaridad, la justicia social y la democracia se halla ciertamente amenazada. La globalización económica y la ampliación del capitalismo a escala mundial han acelerado un proceso iniciado hace cerca de dos siglos. Esta crisis es el resultado de un doble movimiento vinculado a una doble creencia. La primera consiste en hacer como si las organizaciones económicas y sociales, cualesquiera fueren, pudieran disponer hasta el infinito de los recursos de la naturaleza y supone que las innovaciones permitirían sustituir por medios técnicos la falta de naturaleza, creando una segunda naturaleza mediante sucesivas manipulaciones y transformaciones.. La segunda creencia contemporánea al nacimiento del capitalismo, consiste en hacer como si la economía y las fuerzas dueñas y dominantes pudieran, en nombre de la rentabilidad, de la ganancia, del progreso (o sea del « socialismo ») apropiarse y someter indefinidamente a las sociedades consideradas solo como un campo de expansión del capital. 

Las políticas neoliberales y la globalización económica al permitir la expansión de este modelo productivista al conjunto del planeta, han acrecentado y acelerado la presión sobre los recursos hasta extremos inimaginables. La globalización atacando todos los límites que se oponen a la mercantilización y al crecimiento infinito han descubierto paradógicamente los límites ecólogicos del mundo. La simultaneidad de la explosión de los desequilibrios financieros, sociales, agrícolas, ecológicos no son un azar del calendario, sino la señal de que este sistema ha llegado a sus límtes. La lógica económica de rentabilidad a corto plazo, la maximización de las ganancias y de los dividendos de los accionistas, el libre comercio y la competencia han sido impuestos al conjunto de la sociedad y han sometido al conjunto de la vida social a esta dinámica predadora. Esto ha conducido a una exhacerbación de la explotación de los trabajadores , al pillaje del planeta, a la precarización y a las desaparición de millones de campesinos y de campesinas, a la condena al exilio a cada vez a mayor cantidad de desarraigadas poblaciones. 

En tal sentido la crisis climática es mucho más que una crisis ambiental, es una criis del dominio de la economía sobre el conjunto de la vida social y de la política que el neoliberalismo ha llevado a extremos de conducirla y transformarla en un verdadero proyecto político. La crisis social y la crisis ambiental no son la consecuencia de una crisis económica que tendría su propia lógica interna, desconectada de la sociedad y del ambiente, son las componentes de una crisis global que es la de un modelo de sociedad que ha hecho de la organización económica, la lucha por la ganancia y la rentabilidad, inmediata el fundamento de las sociedades. 

Pero lejos de ceder, los neoliberales se montan ahora a horcajadas de la crisis climática para tratar de convertirla en una nueva « oportunidad de crecimiento económico » y de valorización financiera, una ecología de mercado, una ecología financiera. El protocolo de Kioto que fue ciertamente el primer paso significatico de una negociación internacioanal bajo la éjida de la ONU abrió el camino en tal sentido. Sin embargo el informe del PNUD 2007/2008 subraya que « una de las más duras enseñanzas del cambio climático es que el modelo económico de los países ricos que impulsa al crecimiento y al consumo que lo acompaña es ecológicamente insostenible. » La confeencia de Copenhage en diciembre de 2009, que debería continuar a Kioto pone en juego la salvación del planeta y su reparación al mismo tiempo que la elección del tipo de sociedades, las formas de cooperación internacional entre el Norte y el Sur, las formas de distribución de la riqueza, la justicia social, la administración de los bienes públicos y de los bienes comunes 

Attac ha convertido a la urgencia y la justicia climáticas en prioridades de su campaña de educación popular. Este informe se inscribe en la continuidad de los trabajos y de las luchas y se compromete a mostrar y a explicitar los desafíos del financiamiento del camio climático, desafíos ecológicos, económicos, sociales y políticos. Se trata de un paso esencial para apropiarse de los debates que no pueden dejarse solamente en manos de los expertos y que pueden conjugar ecología y solidaridad, ecología y justicia, ecología y democracia. Sería suicida olvidar qie la cuestión climática se ha vuelto una de las incontestables prioridades planetarias y en primer término el fruto de los alertas y de los notables trabajos de la comunidad científica y académica a los jefes de estado pero también trabajos permanentes de contra-expertos independientes y ciudadanas que contrabalanceen el discurso de los gobiernos y de las transnacionales de todos los sectores poco inclinados a considerar nuestros modelos de desarrollo.

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