El bosque ‘perfecto’ es multifuncional

La diversidad de árboles afecta al número de servicios que el bosque puede aportar
 
Además de ser el hábitat de miles de especies animales y vegetales, los bosques tienen muchas funciones: almacenar CO2, regular el clima, suministrar alimentos, producir madera o ser espacios recreativos a la vez que regeneran la flora son solo algunos de los servicios que prestan.
La pérdida de biodiversidad que provoca la actividad humana puede reducir el bienestar de nuestra propia especie porque deriva en la disminución de las funciones que ofrecen los ecosistemas boscosos. “El efecto que hemos llamado en inglés "Jack of all tardes" o 'aprendiz de todo y maestro de nada’ que se produce en los bosques es parecido a lo que ocurre con los deportistas. La del decatlón es la disciplina deportiva que forma los atletas más completos, pero es una especialidad en la que no gana el que más corre o el que más salta sino el que lo hace todo con una media mejor, el más equilibrado y completo.
La diversidad de árboles afecta al número de servicios que el bosque puede aportar. En los bosques ocurre lo mismo, a la larga, funcionan mejor y ponen a nuestra disposición más servicios los ecosistemas multifuncionales que albergan muchas especies”, explica Fernando Valladares, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales y coautor de un trabajo publicado en Nature Communications sobre los bosques europeos.
Gracias a este estudio han descubierto que la calidad de los servicios que provee un ecosistema no difiere mucho en función la diversidad de especies, es decir, a la hora de medir la calidad del servicio da igual si hay muchas o pocas especies pero la diversidad de árboles si afecta al número de servicios que el bosque puede aportar.
Frente a los bosques homogéneos, los que tienen árboles de muchas especies suministran casi todos los servicios en un nivel bueno pero no alto. “La razón de que el efecto ‘aprendiz’ sea bueno para el bosque es que varias especies crean diferentes beneficios. Algunas aportan hábitats para los pájaros, otras retienen mejor la humedad y mejoran la salud del suelo, otras aportan buena madera. El resultado de mezclarlas se traduce en que los bosques diversos nos abastecen de muchos servicios”. Los investigadores han usado simulaciones computacionales de ecosistemas que muestran que sería bueno que este efecto se tenga en cuenta y se expanda por los ecosistemas terrestres ya que promover la biodiversidad asegurará que muchos ecosistemas sean capaces de proveer a un nivel moderado todos los servicios.

Referencia bibliográfica: "Jack-of-all-trades’ effects drive biodiversity-ecosystem multifunctionality relationships in European forests".Nature Communications. 2016 DOI: 10.1038/ncomms11109
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Y vos, ¿cuántos “baños de bosque” tomas a la semana?
 
Actualmente un grupo de investigadores de la isla de Yakushima, en Japón, se encuentra realizando estudios sobre un fenómeno que bautizaron como shinrin-yoku o “baños de bosque”.
Numerosos científicos han tratado de calcular los precisos beneficios de abrazar un árbol; entre ellos se encuentra Matthew Silverstone, quien comprobó que la energía vibracional de los árboles y las plantas brindan una serie de beneficios a la salud de los humanos. Sin embargo, ¿qué pasa si la energía del grounding alcanzara otros niveles, quizá más profundos?
Actualmente un grupo de investigadores de la isla de Yakushima, en Japón, se encuentra realizando estudios sobre un fenómeno que bautizaron como shinrin-yoku o “baños de bosque”. De acuerdo con sus resultados, las personas que toman baños de bosque adquieren sustancias benéficas al respirar el aire de un bosque. Esto se debe a que el ecosistema es tan variado que brinda una mayor diversidad microbiótica tanto alrededor como dentro de nosotros.
La investigación ha identificado tres factores principales que nos vuelven más saludables: bacteria, aceites esenciales derivados de las plantas e iones con carga negativa. Parece ser que desde nuestro nacimiento hasta la muerte, las bacterias que viven en el ambiente –y que respiramos del aire–, nos ayuda a mejorar los procesos de digestión y a producir sustancias que proveen estabilidad tanto física como mental.  En otras palabras, estar en el bosque permite sentirnos más felices y poseer mayor salud física.
Entre los aceites esenciales que desprenden las plantas y las bacterias, se encuentran los fitoncidos, los cuales son exterminadores derivados de las plantas que combaten microorganismos tóxicos.
En palabras de Goethe, “La naturaleza no es un núcleo ni una cáscara; es todo al mismo tiempo.” Por lo que al sentirnos conectados con ella, somos capaces de entender los mecanismos innatos del amor de la naturaleza para cuidarnos –desde los procesos digestivos con la mejora en la flora bacteriana en el estómago, como la generación de neurotransmisores del bienestar psicológico.

Fuente: http://www.ecoosfera.com

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