En búsqueda de una política ambiental





Cristian Frers –
Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social –

En general, cuando utilizamos la palabra política, junto con un adjetivo que la califica, por ejemplo: política ambiental, lo hacemos con la finalidad de designar un conjunto de acciones que se estiman necesarias, con base en ciertas previsiones, para alcanzar una serie de objetivos como conservar los principios naturales de la vida humana y fomentar el desarrollo sostenible. A estos objetivos se deben incorporar decisiones y acciones específicas destinadas al cumplimiento de los mismos, con el respaldo de normas, instituciones y procedimientos que permitan lograr la funcionalidad de dichas políticas.
La idea de política ambiental representa una especificidad de la idea más general de política, ya que designa un conjunto de acciones, diseñadas habitualmente por el Estado, que se consideran indispensables para lograr una ordenación racional del ambiente; y que de no mediar tales acciones sería imposible de lograr. La política ambiental es, por decirlo de una manera simple, la respuesta a la pregunta sobre el ¿qué hacer? para conseguir una ordenación racional del ambiente. Se trata, en síntesis, de determinar como debe actuarse sobre la realidad para generar ciertos efectos ambientales positivos, que de acuerdo con las tendencias actuales, de esta realidad no podrían generarse.
Muchas veces la falta de coordinación y de planificación de las acciones de los gobiernos han derivado en una total ineficacia de sus políticas, y han significado, en las cuestiones ambiente y de infraestructura, la necesidad de volver al principio, a cero. Por ejemplo, las muy pocas veces que se han establecido medidas anticontaminación de los cursos de agua, se acciona contra diversas empresas, pero no se tienen en cuenta los basureros a cielo abierto, que siempre se encuentran a la vera de los ríos, o se vierten líquidos cloacales sin tratamiento alguno, o simplemente se fugan efluentes con la complicidad de ciertos funcionarios que hacen la vista gorda.
Llevar a cabo una buena planificación ambiental significa desarrollar un buen plan de manejo ambiental donde se deben establecer las acciones que se requieren para prevenir, mitigar, controlar, compensar y corregir los posibles efectos o impactos ambientales negativos causados en desarrollo de un proyecto, obra o actividad incluyendo también los planes de seguimiento, evaluación y monitoreo y los de contingencia.
El diseño e implementación de una política ambiental en los países actualmente en desarrollo, se erige como una condicionante importante para lograr la equidad, el desarrollo económico e indiscutiblemente, el cuidado del ambiente. Dicha política ambiental deberá reunir características de estabilidad a través del tiempo; consistencia con el desempeño institucional y general; y de consideración de las capacidades de liderazgo público y privado, así como de las condiciones económicas, políticas y sociales municipales. Aún más, el éxito de la gestión ambiental deberá fundarse en una clara definición de objetivos y prioridades que, además debe ser congruentes con las necesidades reales de la sociedad.
Las políticas ambientales, sobre todo aquellas dirigidas a frenar el daño que causa la contaminación deben ser a todo o nada, es decir que si se emprende una campaña no se pueden dejar fisuras o empezar por pequeñeces. No sirve llevar a los jardines de infantes a juntar papelitos, mientras se deja que una poderosa industria desvíe su efluente contaminante de la planta de tratamiento. No es eficiente hacer un llamado a la adhesión voluntaria a un plan de producción limpia, al que acudirán los que siempre colaboran, pues aquellos a quienes la producción limpia no les interesa seguirán contaminando libremente.
Gran parte del problema de deterioro ambiental en Argentina se debe al convencimiento de que los recursos naturales son ilimitados e invulnerables, a la falta de una política adecuada, a la ausencia de coordinación en la aplicación de las normas y a la insuficiencia de información y conciencia publica sobre la protección de la naturaleza y el alcance de los sistemas de protección.
Sufrimos perjuicios por las inundaciones rurales y urbanas, por la desertización de los suelos y la deforestación. Más del 22% de los habitantes de la argentina carecen de agua potable y al menos el 44% no tiene cloacas. Enfrentamos el problema de qué hacer con los desechos. Debemos promover la industria del reciclaje. Estamos ante la depredación de la pesca, y hay otros muchos casos que afectan el desarrollo, la salud, los intereses y el bienestar de los ciudadanos. Siempre se reacciona cuando ocurren las crisis, pero no se piensa ni se actúa para prevenirlas.
Es por eso que creo fervientemente que la municipalidad de la ciudad de Carmen de Areco – Provincia de Buenos Aires, debería dar origen a una secretaria de desarrollo sostenible para que planifique: La evaluación de los proyectos a desarrollarse en el Municipio, que determine cuales de ellos tienen efectos sobre el ambiente o sobre la salud de la población y que garantice la participación de los vecinos en consultas sobre dichos proyectos conforme a las leyes y, además, para capacitar a los técnicos y profesionales en los temas relacionados con la gestión ambiental.
Esta secretaria serviría a su vez para:

¬ Que las autoridades se comprometan a resolver el problema de los residuos sólidos urbanos creando un programa progresivo que permita la reducción, reciclado y reutilización de los residuos producidos en las casas de familia. Cerrando los basureros abiertos actuales poniendo en marcha su remediación. Realizar un relevamiento médico epidemiológico para determinar las causas de enfermedad en la zona urbana y rural; implementar un registro confiable y poner en marcha un plan de salud acorde con los resultados obtenidos.
¬ Sanear los cursos de agua urbanos y rurales (arroyos, ríos, canales y zanjones) en pro de la salud comunitaria.
¬ Promover la educación ambiental como herramienta para la formación de las nuevas generaciones en ámbitos formales y no formales. 

Esta secretaria actuaría como la Autoridad de Aplicación en cuanto a los problemas ambientales y sería la generadora de las ordenanzas municipales referidas a la gestión, uso y saneamiento del agua, a la implementación y gestión de la educación ambiental, entre otras.
Es importante tener en cuenta que la elaboración de una política ambiental regional satisface importantes necesidades para todos los sectores de la vida local.
Ella demanda, que cada comunidad regional haga un balance ambiental sobre el proceso histórico de desarrollo regional. También exige elaborar un diagnóstico actualizado, definiendo cómo esa realidad ambiental es afectada hoy por su entorno económico, social, cultural, institucional, nacional e internacional. Cada región muestra una realidad ambiental específica, en sus recursos naturales y potencialidades, en la diversidad y magnitud de los problemas que debe enfrentar.

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