Los incendios forestales en Madeira hacen peligrar el futuro de un ave europea poco común





La fardela freira, un ave europea poco común hallada sólo en Madeira, ha sufrido descensos potencialmente devastadores en su población a causa de los incendios forestales que han azotado la zona de cría en esta isla del Atlántico.
Un incendio en la macizo central de Madeira ha matado a 25 polluelos, un 65% de las aves jóvenes de este año, con únicamente 13 crías halladas vivas en sus madrigueras subterráneas las cuales tendrán que enfrentarse a los graves efectos de erosión del suelo que el fuego ha provocado. Tres aves adultas han sido halladas también muertas.
 
Creída una vez extinta, la Pterodroma Madeira, una de las aves más poco comunes del mundo, fue redescubierta en 1969. Desde entonces sus números han descendido a unas pocas decenas de parejas, sin embargo la intensa labor de conservación en las últimas décadas ha visto crecer su población y cerca de 80 parejas anidan hoy en la isla. En las últimas semanas, los incendios forestales han destrozado varias zonas de Madeira azotando el corazón del macizo central, cuyos salientes montañosos sustentan varias plantas y animales endémicos (algunas las flores silvestres sobreviven porque son inaccesibles a las cabras).
Los fardelas se reproducen en los salientes de 5.250 pies de altura donde construyen sus nidos. Se enfrentan a múltiples amenazas que van desde depredadores como ratas y gatos a la degradación del hábitat y el impacto humano: en 1991 fueron hallados en un saliente los restos de 10 fardelas freiras, al parecer víctimas de los gatos. En el pasado los pastores solían recoger las aves más jóvenes como alimento y los recolectores de huevos asaltaban las madrigueras.
A finales del año pasado surgió otra amenaza bajo la forma de una estación de radar de la OTAN en la cima de Pico do Areeiro, la montaña en el corazón de la principal zona de reproducción. Las autoridades insisten en su necesidad para fines militares pero se teme que la construcción y la estación afecte a la especie.
Hasta la fecha el ave ha estado protegida por un esfuerzo de conservación en la zona. 'Perder un 65% de la población joven es un golpe para la especie,' dice Ana Isabel Fagundes, de la sociedad nacional ornitológica de Portugal SPEA.
Los equipos de conservación han reforzado los nidos con las aves supervivientes y retirado los cuerpos sin vida. 'También se han retirado los matorrales y árboles quemados para evitar el peligro de colisión de las aves adultas en sus visitas nocturnas para alimentar a sus polluelos,' dice Paulo Oliveira, director del Parque Natural de Madeira. 

 Fuente: oceansentry.org 

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