Ser mapuche, presos políticos en huelga de hambre y bicentenario





Por Armando Marileo Lefio

Para comprender en parte este complejo mundo mapuche les invito a hacer un viaje en el tiempo y se recomienda abrir un espacio en nuestra mente para conectarnos más allá de lo imaginable, acercarnos al origen, al año cero, a la esencia, articulación del modo y estilo de vida creada como reflejo del ordenamiento de la naturaleza, de la espiritualidad, del mapudungun y de los sistemas de educación, salud y organización, construidas hace muchos miles de años antes de la invasión occidental.


¿Quiénes somos los mapuche? Los fundamentos filosóficos del ser mapuche presos políticos en huelga de hambre y el bicentenario
Hasta hoy no hay una respuesta clara de quienes somos los mapuche. Para el mundo occidental, siempre seremos indios ignorantes, incivilizados y flojos tal cual fue concebido por los cronistas desde la invasión española y hoy en el mundo moderno somos terroristas. Dicho estereotipo construido desde entonces es el único fundamento en que se avalan los hombres y mujeres de mente xenofóbica y racista y de aquellos quienes ostentan el poder económico y político en Chile para seguir calificándonos como seres inferiores.
Sin embargo, ¿alguien sabe a ciencia cierta quienes somos los mapuche? Y ¿Por qué luchamos y estamos dispuestos a entregar nuestras vidas como lo hicieran los hombres y mujeres que nos antecedieron, y en éstos últimos años Alex Lemun, Matías Catrileo, Jaime Mendoza Collío y ahora los 34 hermanos mapuche en huelga de hambre secuestrados en las cárceles de chile?
Quizás éste sea el momento oportuno para conectarnos y comprender en síntesis porque somos tan distintos a los demás hombres y mujeres venidos de otras tierras, ¿será porque somos salvajes? o ¿talvez porque nuestro mundo ancestral fue concebido y estructurado por nuestros antecesores de una manera holística e integral, en que la naturaleza, el cosmos y las energías que sustentan la existencia forman un solo cuerpo y son transversales?
Para comprender en parte este complejo mundo mapuche les invito a hacer un viaje en el tiempo y se recomienda abrir un espacio en nuestra mente para conectarnos más allá de lo imaginable, acercarnos al origen, al año cero, a la esencia, articulación del modo y estilo de vida creada como reflejo del ordenamiento de la naturaleza, de la espiritualidad, del mapudungun y de los sistemas de educación, salud y organización, construidas hace muchos miles de años antes de la invasión occidental.
¿Podrán creer y nos darán el crédito quienes se sienten seres superiores si les anunciamos que nosotros nacimos o mejor dicho brotamos en estas tierras junto a los árboles y los animales hace miles de años, diez o veinte mil años y que no provenimos del Asia, África u otro continente, ni tenemos un tronco común con otros grupos humanos de otras latitudes? Las teorías existentes no logran develar el origen del pueblo mapuche. No obstante, los primeros abuelos y abuelas acertaron en la explicación de su origen:
“Mapumeu ta llegiyiñ, mapu ta choyüeiñmeu, fei meu mapuchengeiñ” “Nacimos de la tierra, la tierra nos parió o de ella brotamos, por eso somos Mapuche”.
Sin lugar a dudas, esa es la verdad, por cuanto en algún momento de la historia del universo nosotros brotamos en esta parte y en éste planeta como resultado de una fusión que hubo entre la energía y la materia. Y en ésta fusión se originaron y brotaron antes o después diversas y variadas formas de vida: árboles, animales, aves, ríos, vertientes, peces, insectos, humanos, entre otros, con las cuales cohabitamos y en conjunto conformamos la madre naturaleza o ñuke mapu. Con ellos tenemos un tronco común porque nacimos de esa fusión y en este lugar y llevamos el mismo newen que es nuestro ADN, el cual nos identifica como hermanos e hijos de la tierra.
Transcurridos los tiempos, nuestros abuelos tuvieron la enorme capacidad de construir y estructurar una cultura única con características particulares: Extrayendo los elementos de la naturaleza como los sonidos y melodías que emiten el viento, las hojas de los árboles y el murmullo de los ríos y de esta forma dieron origen al mapudungun (idioma ancestral) y así desde la nada sólo valiéndose de su increíble capacidad e inteligencia y compenetrándose en forma íntegra en las leyes y código naturales, construyeron este complejo mundo mapuche.
Comprendieron que la normativa cósmica es la que determina el ordenamiento y comportamiento en la naturaleza, en la tierra, en los animales, en las personas, definiendo las formas o estilos de vida, costumbres y normas adaptadas al territorio o wallmapu. Concibieron la existencia de energías que llamaron küme-newen y weda-newen; dichas energías opositoras y complementarias mantienen el equilibrio en el universo y generan orden en el mundo y en el cosmos, al que nuestros abuelos denominaron Ngünemapun, (orden cósmico).


Descifraron la conformación de la red de la vida y la interacción e interdependencia entre los componentes del Mapu y del universo mapuche. Y para mantener el equilibrio de esa red, entre el Che (humano) y su mundo natural, entorno social, cultural y territorial, tuvieron que adoptar los códigos y principios de la propia naturaleza y establecieron la autorregulación a nivel individual y colectivo. Lo cual, les permitió lograr el equilibrio y la armonía consigo mismo y con su mundo, transformándose éste último en su única razón de ser como pueblo.
No obstante, la mayor preponderancia en esta interrelación la constituye el mundo espiritual, en su perfecta articulación entre la mente, el cuerpo, el espíritu y las emociones, logrando un ser pleno y en armonía, capaz de cuidar, dar salud y bienestar a todo aquello que representa su Wallme.
Tal vez sea esta, la razón porque el che se autodenominó mapu-che y autoasumió la responsabilidad de proteger todos aquellos integrantes de la naturaleza, en ese sentido procurará mantener y restablecer permanentemente el equilibro y la armonía en el universo mapuche, para que exista el küme felen (el equilibrio integral) con todas las formas de vida que ésta sustenta y evitar transgredir y se transgreda las leyes naturales y principios cósmicos.
Sin embargo, un día hace aproximadamente 470 años, la Madre Tierra, las leyes naturales y la cultura de los antepasados fueron transgredidas y desarticuladas. Llegaron los winkas invasores, y destructores por esencia pertenecientes a una cultura de poder, ambición y de muerte, sus hijos y sus descendientes entraron a nuestras casas matando a los nuestros, se instalaron e implantaron sus leyes y desde allí dictan órdenes, exigen respeto y cumplimientos de las leyes y normas establecidas… hoy les llaman “estado de derecho”. Instaurando un poder hegemónico inspirado en procesos sociales y políticos a través de la colonización y occidentalización en todos los pueblos originarios de América.
Han transcurrido muchos años de despojos, muchas generaciones hemos visto como frente a nuestros ojos nos siguen matando, exterminando. Y que en ningún momento de la historia, ellos se han preguntado quienes somos los mapuche, del por qué nuestras diferencias y apego a la tierra. Lo que nos indica que viven en la absoluta ignorancia sobre la historia y cultura ancestral del pueblo mapuche.
Como resultado de años de agresión y sometimiento que ha sufrido nuestro pueblo, se produce una sistemática desarticulación y destrucción de nuestra identidad cultural; todo ello, amparado por un sistema político que legitima su supremacía para apoderarse del territorio, construir leyes que protejan los intereses de grandes terratenientes y violen los legítimos derechos de las comunidades que sufrimos años de abusos y atropellos en nuestros derechos inalienables de vivir en nuestra Tierra Ancestral.
Todo este proceso propició que hoy día exista un alto porcentaje de la población mapuche que vivimos el sincretismo, la confusión y la ruptura con nuestro ser; sin embargo estamos seguros que los sentimientos de pertenencia a este pueblo aún persisten y están impregnados en el corazón y espíritu de cada niño, de cada anciano, de cada mujer y hombre mapuche.
Por cuanto la dignidad de los hombres o de las personas obedece a un patrón universal; pero la dignidad de un pueblo, su cultura y la de sus hijos es propiedad de ese pueblo, porque la dignidad no se extiende a través de un decreto presidencial, ni a través de tal o cual religión, no se vende ni se compra, se recupera o se defiende hasta con la vida.
Esa misma convicción tuvieron nuestros abuelos que se enfrentaron a los primeros invasores, lo mismo abrazaron Lemun, Catrileo y Mendoza. Y con esa misma dignidad enfrentan hoy nuestros hermanos mapuche presos políticos “La huelga de hambre”. Es el legado de los primeros mapuche constructores de una conciencia colectiva y espiritual que no permite concebir a la tierra como propiedad privada, sino como generadora y protectora de todas las formas de vida que en ella existen.
En tal sentido nosotros mapuche, siendo el resultado de la fusión entre la energía y materia e hijos de la ñuke mapu (madre tierra), es nuestro deber y obligación recuperarla, protegerla y proyectarla para las futuras generaciones.
Por cuanto estamos seguros que los ciclos naturales se renuevan y la vida permanece y nosotros estamos al final de ésta historia de dolor y de muerte; iniciaremos el reencuentro consigo mismo, con nuestro ser y para ello debemos unir el mundo ancestral y el mundo moderno, eso significa que debemos comenzar a retroalimentarnos de los conocimientos ancestrales, conectarnos con el tiempo de los primeros abuelos, y poner al servicio lo que la ciencia y la tecnología nos ofrecen.
La forma como ha de reconstruirse nuestro mundo ancestral está en cada uno de nosotros, solo basta mirarnos hacia adentro y redescubrir quienes somos y porqué estamos en esta tierra; aquello nos obligará iniciar un proceso de re-articulación de los distintos aspectos de la cultura en miras a construir una nueva historia, La 4ª Historia Mapuche.
En estos días en chile está prevista una gran celebración con gran revuelo mediático llamado “bicentenario” o “aniversario de chile”. Toda esa publicidad de los medios y especialmente del gobierno y los poderes económicos genera una falsa identidad nacional y desconoce una conexión con los pueblos originarios de chile, ignorando los procesos de mestizajes de la población a lo largo de su historia e implantando un modelo de pertenencia en íconos difusos y estacionarios, que no sustentan una verdadera identidad real.
Para nosotros este aniversario de chile, representa una larga historia de dolor y exclusión que el estado chileno y sus leyes han hecho de la Nación Mapuche. Una historia de despojo, discriminación y violación a nuestros derechos como legítimos herederos de una cultura que se resiste a morir, y que sigue latiendo en el corazón de todos los mapuche de este Wallmapu.
“Nosotros Mapuche, un día tendremos nuestra propia celebración y ese día será cuando logremos recuperar lo que por esencia nos pertenece, nuestro Mundo Mapuche”.
TEMUCO, PEWÜNGEN, NGÜLUMAPU
NACIÓN MAPUCHE


Nota:
Armando Marileo Lefío es el autor de este documento inédito. Parte del texto fue extraído del Libro Mundo Mapuche, TOMO I, inscritos en los registros de propiedad intelectual. Es Ngenpin (autoridad ancestral de la zona del Budi). Fundador y Director de la Escuela de Filosofía y Sabiduría Ancestral Mapuche. Director del Centro de Estudios del Mundo Mapuche, “WallmeKintun”. Más información MapuChe: www.avkinpivkemapu.com.ar

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