El Líbano ve peligrar sus recursos de agua dulce





Atrás quedó la idílica imagen de un Líbano verde y azul, rico en vegetaciones y en agua dulce. Según afirman los expertos, este país árabe se está viendo obligado a administrar sus recursos hídricos, que disminuyen constantemente.
Esta mayor escasez de agua preocupa a políticos y es motivo de sufrimiento para los ciudadanos. Los menores recursos de agua dulce del país hacen peligrar el abastecimiento a los hogares, que ya sufren restricciones de agua durante los veranos.
La situación no es tan dramática como en otros países vecinos, o no tan vecinos (México, Kenia, India etc.), pero lo cierto es que el Líbano ha perdido su tranquilidad sobre este tema. Ya no puede permitirse el lujo de ignorar la gestión de sus recursos hídricos: ahora se enfrenta al doble problema de un aumento de la demanda y una pareja disminución del agua dulce.
El experto Issam Boujaude explica cuál es la actual situación del Líbano:
En el Oriente Medio, tenemos abundantes recursos hídricos en relación con nuestros vecinos, pero si comparamos el Líbano con un país europeo, la imagen se vuelve sorprendentemente diferente. Estamos perdiendo mucho de lo poco que nos queda. (Traducción libre)
Para solucionar el problema se prevé construir presas. En concreto, el gobierno ha planeado levantar un total de 27 nuevas presas, pero este anuncio ha provocado una guerra de opiniones entre los expertos. Éstos debaten si es ésta la solución a la escasez de agua en el país o habría que estudiar otras alternativas.
Los que están en contra sostienen que no se puede gestionar lo que no se puede medir. Así, echan de menos datos básicos para calcular la demanda de agua en el Líbano, para poder calcular la capacidad de las presas necesaria para resolver la grave escasez de agua que le espera al Líbano hacia el 2020.
Otro de los problemas son los altos costes. Si bien la construcción de represas activa la economía, el Líbano es un país pequeño con una deuda pública que ya ronda los 47 mil millones de dólares, situación que todavía hace más necesario contar con datos fiables sobre los resultados que podrían obtenerse.
Del lado de los partidarios de construirla, están los argumentos del ahorro de agua, la generación de electricidad y el uso para la agricultura, pues ésta representa aproximadamente el 70 por ciento del agua del Líbano. Aunque estos argumentos a favor tienen otras alternativas, como el riego por goteo, el aumento del costo de los servicios públicos de riego o la colocación de una turbina generadora de electricidad en el mismo río. Del mismo modo, establecer contadores de agua también concienciaría más a la población sobre este valioso y escaso recurso.
Se adopten las medidas que se adopten, quizás la clave está en que los libaneses tienen que ir despertando del sueño de un Líbano rico en agua. Sobre todo porque las voces expertas advierten que “ya puede ser demasiado tarde”.
Vía | www.dailystar.com.lb
Fotografía | iheartsharts
ecologiablog.com

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