Chile: Los caminos arrieros de Ñuble y Biobío, inspiración para el montañismo mundial

En la precordillera del Ñuble y el Bío Bío , donde los caminos se vuelven huellas, aún resuena el trote de caballos que llevan siglos transitando las veranadas : ese momento del año en que los animales suben a la montaña para alimentarse, pues el fardo escasea durante el verano. Son senderos marcados por el tiempo y la memoria, recorridos por generaciones de arrieros que han hecho de la montaña su hogar y su escuela. Hoy, sin embargo, estas rutas ancestrales enfrentan varios desafíos: el paso del tiempo, la crisis climática y la vida moderna que poco a poco las está borrando. Texto por Francisca López Espinoza Javier Sepúlveda junto a uno de sus caballos. © Fundación Madrugada Un vínculo profundo con la montaña La casa de Javier Sepúlveda está en las afueras de Antuco , rodeada de lomas suaves y senderos que huelen a boldo y tierra húmeda. Desde ahí, sus ojos recorren los cerros que conoce casi de memoria, porque lleva alrededor de 40 años guiando a su piño en busca de pasto y agua ...