Energía
Me gusta encargarme de cortar la leña. Es un trabajo duro, que me tensiona los músculos, pero a la vez de precisión, que me exige concentrarme para dar el golpe en el lugar exacto para partir los trozos del tamaño adecuado y evitar los nudos. Bueno, eso es cuando cortamos una rama grande, pero habitualmente cortamos ramitas. Entonces la tarea consiste en encaramarnos al árbol con la sierra y luego apilarlas. Solo cuando están secas las partimos y muchas veces es con las manos y haciendo palanca con la pierna. No es como con el hacha... Pero todo esto llega solo después del trabajo intelectual. El de observar el árbol y los árboles de alrededor. El de elegir la rama adecuada que lance la señal a través de las raíces del subsuelo de que hay una agresión y que todo el sistema tiene que hacer un esfuerzo por crecer. El de cortar el trozo que permita penetrar al sol, o todo lo contrario, según toque. El de seleccionar la rama que no debilite al árbol, ni sea una vía de penetración de enfe