¿Cómo afrontar el declive ecológico de una forma justa?
Yayo Herrero Los seres humanos dependemos radicalmente de una naturaleza finita y de los tiempos que otras personas, mayoritariamente mujeres en las sociedades patriarcales, dedican al cuidado de los cuerpos, también finitos y vulnerables. Ambas dependencias son insoslayables, pero la cultura capitalista, y tristemente también algunas racionalidades de corte anticapitalista, se han construido de espaldas a la existencia de esa doble dependencia. Vivir de espaldas a los límites materiales ha conducido a construir un modelo de producción distribución y consumo en guerra con las bases físicas y los procesos dinámicos que mantienen la vida. Y además este modelo es profundamente injusto y desigual y no ha sido capaz de satisfacer las necesidades básicas de la mayor parte de la población.. Nuestro mundo occidental denomina producción a la generación de beneficios monetarios sin que importe nada la naturaleza de la actividad que sostiene esa producción. Da lo mismo “producir”