Acuerdo histórico a nivel internacional. Los países adoptan directrices mundiales sobre la tenencia de la tierra
En una decisión histórica el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) ha aprobado un conjunto de directrices mundiales de gran alcance destinadas a ayudar a los gobiernos a salvaguardar los derechos de las personas a la propiedad o acceso a la tierra, los bosques y la pesca.
Las nuevas Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional esbozan principios y prácticas a los que los gobiernos pueden referirse cuando formulan leyes y administran los derechos a la tierra, la pesca y los bosques.
Las directrices se basan en un proceso de consulta global iniciado por la FAO en 2009 y posteriormente se finalizaron con las negociaciones intergubernamentales lideradas por el CSA en las que participaron funcionarios gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, representantes del sector privado, organizaciones internacionales y académicos.
El objetivo de las directrices: promover la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible mediante la mejora de un acceso seguro a la tierra, la pesca y los bosques, y proteger los derechos de millones de personas a menudo muy pobres.
Histórico y de largo alcance
"Dar a las personas pobres y vulnerables derechos seguros y equitativos de acceso a la tierra y a otros recursos naturales es una condición clave en la lucha contra el hambre y la pobreza. Se trata de un avance histórico que los países han acordado en estas primeras directrices mundiales sobre la tenencia de la tierra. Ahora tenemos una visión compartida. Es un punto de partida que ayudará a mejorar la situación, a menudo desesperada, de las víctimas del hambre y la pobreza", dijo el Director General de FAO, José Graziano da Silva.
El debate público se ha centrado en el llamado fenómeno de "acaparamiento de tierras", uno de los temas abordados en estas directrices.
Si bien las directrices reconocen que las inversiones responsables de los sectores público y privado son esenciales para mejorar la seguridad, también recomiendan proteger los derechos de tenencia de la población local de aquellos riesgos que pudieran derivarse de la adquisición de tierras a gran escala, y también salvaguardar los derechos humanos, los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria y el medio ambiente.
Existen modelos alternativos de inversión que no dan lugar a la adquisición de tierras a gran escala y que debieran ser promovidos. Las inversiones también deberán fomentar objetivos políticos como la mejora y promoción de la seguridad alimentaria local, la erradicación de la pobreza, la creación de empleo, y "la generación de beneficios para el país y sus habitantes, incluyendo a los pobres y más vulnerables".
Las directrices abordan una amplia gama de temas, entre los que se incluyen:
• Reconocimiento y protección de los derechos de tenencia legítimos, incluso en los sistemas informales
• Mejores prácticas para el registro y transferencia de los derechos de tenencia
• Asegurarse de que los sistemas administrativos de tenencia sean accesibles y asequibles
• Gestión de las expropiaciones y restitución de tierras a personas que fueron desalojadas a la fuerza en algún momento en el pasado
• Derechos de las comunidades indígenas
• Garantizar que la inversión en tierras agrícolas se realiza de forma responsable y transparente
• Mecanismos para solucionar las disputas sobre los derechos de tenencia
• Abordar la expansión de las ciudades a las zonas rurales
• Cuestiones de valoración y tributación
"Algunos de los temas abordados por las Directrices Voluntarias se remontan incluso a siglos atrás. El hecho de que estas directrices traten estas cuestiones tan arraigadas, así como las nuevas preocupaciones, es lo que las hace tan significativas", dijo Graziano da Silva.
Próximos pasos
"Estas directrices son el fruto de tres años de consultas y negociaciones que han reunido a numerosas partes interesadas y han asegurado la existencia de un amplio abanico de opiniones", afirmó Yaya Olaniran, actual Presidente del CSA. "El resultado es que tenemos un conjunto significativo de principios y prácticas que todo el mundo -países, sector privado, agricultores, sociedad civil- puede aceptar y respaldar, y que funcionará en el mundo real".
Según Olaniran, ahora corresponde a los países que aprobaron las directrices ponerlas en práctica sobre el terreno. "Estos cambios no se van a producir de la noche al día. Pero también sabemos, como resultado de las amplias consultas realizadas por la FAO y el proceso de negociación liderado por el CSA, que existe una significativa identificación y respaldo a las directrices. La aprobación del CSA las dota de legitimidad y fuerza, y todos los países involucrados están dispuestos a aceptarlas", señaló.
Hablando en nombre de las organizaciones de la sociedad civil que han participado en la formulación de las directrices, Ángel Strapazzón, del Movimiento Campesino Indígena Argentina-Vía Campesina, comentó: "Celebramos el proceso que se ha adoptado para el desarrollo de las directrices, que ha dado la oportunidad a la sociedad civil y a los representantes de los pequeños productores de alimentos a participar en todas las etapas, para llamar la atención sobre los problemas de la vida real y hacer propuestas concretas".
Luc Maene, presidente de la Red agroalimentaria internacional, en representación del sector privado, afirmó: " Las directrices establecen elementos clave importantes para la tenencia de la tierra. En muchos lugares, los sistemas de tenencia de la tierra son prácticamente inexistentes. Para el sector privado y para nuestros socios agricultores, es importante que la administración local de los registros de tierras sea efectiva y honesta.
Graziano da Silva añadió que la FAO está dispuesta a prestar apoyo y asistencia a los países en la adaptación y aplicación de las directrices.