Las guerras climáticas ya están aquí
Por David Hammerstein Millones de refugiados se agolpan a las puertas de Europa poniendo a prueba nuestros valores más preciados de solidaridad y equidad. Es todo un aviso para navegantes sobre los peligros del futuro que nos espera. Cuando una sociedad humana se siente amenazada tropieza con la disyuntiva de elegir entre la libertad y la seguridad, es muy probable que se opte por la segunda opción autoritaria. En la respuesta que demos a este dilema práctico corremos el riesgo de suspender los principios morales más apreciados en nuestras acomodadas sociedades democráticas. Las libertades pueden tirarse al basurero cuando se percibe que los refugiados constituyen una amenaza a la propia seguridad. Solo un reajuste socio-ambiental global por encima de las fronteras, capaz de distribuir la creciente escasez de los recursos biofísicos según los valores de suficiencia material y ecológica y de manera más equitativa, podrá ayudarnos a mitigar la gran catástrofe que se avecina,