Turismo decrecentista

Relato Era el típico despacho del típico instituto, con la típica profesora que trataba de sacar palabras a la típica alumna, que no tenía ninguna intención de abrir la boca para hacer algo que no fuera bostezar. Después de 32 minutos rebosantes de un silencio incómodo, la profesora se levantó. Abrió un cajón. Volvió donde estaba la alumna y le dijo: Toma, puedes irte. Y la alumna salió de ese lugar sin decir adiós y con un cuaderno de tapa verde y hojas recicladas cogido en su mano izquierda. María González Reyes Cuando comenzó el curso siguiente lo metió por debajo de la puerta de ese típico despacho, de ese típico instituto para esa típica profesora que confiaba en que eso, justo eso, es lo que sucedería. La historia que estaba escrita en el cuaderno podría ser un diario, pero en realidad se parecía más a un relato que podría haberse titulado: “El verano en el que fui camarera de piso en vez de turista”. Había usado un boli negro. En algunas esquinas, había dibujos hechos con ese mi...