Pseudoecoturismos fraudulentos
Toni Cuesta
El término ecoturismo, aunque pueda parecerlo, no es cosa nueva. Algunos señalan que empezó a utilizarse hace cerca de treinta años.
El ecoturismo es lo que es. También está claro lo que es un alimento ecológico. Sin embargo, vivimos en la sociedad del sucedáneo y el fraude está a la orden del día. Descarta imitaciones y pseudoecoturismos fraudulentos. Se viaja no para buscar el destino sino para huir de donde se parte... Miguel de Unamuno El términoecoturismo, aunque pueda parecerlo, no es cosa nueva. Algunos señalan queempezó a utilizarse hace cerca de treinta años. La definición exacta ha estado sometida a dimes y diretes en estas tres décadas. En la actualidad, el auténtico ecoturismo representa una opción viable de conservación del patrimonio natural y cultural de los pueblos y de sus ecosistemas. Es un turismo que, al mismo tiempo, fomenta la noción de desarrollo económico sustentable para las zonas visitadas por los turistas. Fue Héctor Ceballos Lascuráin, arquitecto y autor, quien, en 1983, definió al ecoturismo (o turismo ecológico) como una modalidad de turismo responsable y consciente. Algunos han querido crear sucedáneos y, en no pocas ocasiones, un falso turismo rural se ha querido beneficiar de la tirada del verdadero ecoturismo.
De la misma manera que algunas empresas de cosméticos e higiene señalan que sus productos son respetuosos y “verdes” sin serlo, con publicidades engañosas y sofisticados lemas pseudonaturales.
¿QUÉ ES EL ECOTURIMO?
El ecoturismo, simplificando mucho, consiste en viajar por áreas naturales/rurales sin perturbarlas, con el fin de disfrutar, apreciar y estudiar tanto sus atractivos naturales (paisajes, flora y fauna silvestres), como las manifestaciones culturales que allí puedan encontrarse (patrimonio arquitectónico, costumbres culinarias, riqueza lingüística, agroecología, artesanías… En definitiva: la biodiversidad cultural de la que goza el planeta y que la globalización quiere atenuar a toda costa).
LA DIFERENCIA
El ecoturismo tiene unas características intrínsecas que le diferencia de otros turismos que, aunque puedan parecerle similares al profano, no lo son. -
Mínimos impactos.
Por un lado, el ecoturismo real y legítimo tiene que comportar los mínimos impactos ecológicos. De hecho, es más, el turismo ecológico puede servir, de formas directas o indirectas, o debería servir, para no sólo conservar los ecosistemas tan como son en su origen, sino para mejorarlos en el caso de que haya habido impactos por razones de diferente índole. Imaginemos una zona selvática, por ejemplo, de un gran valor ecológico. Parte de las ganancias generadas por el turismo ecológico podrían utilizarse para llevar a cabo actuaciones de diferente índole con el objetivo de proteger más aún la zona o de crear tecnologías alternativas que conlleven un aprovechamiento de los recursos pero garantizando la viabilidad del proyecto y la conservación para las generaciones venideras. En este caso, por decir algo, reintroducción de las especies vegetales o animales más castigadas por el “progreso”, etc.
Comunidades locales.
El turismo ecológico no se puede entender sin la participación activa, directa e indirectamente, de las comunidades locales. Es decir, las comunidades autóctonas son las que tienen que decidir sobre los recursos locales y, por otro lado, tienen que ser las legítimas beneficiarias de los recursos generados por ese turismo sostenible. Imaginemos una zona muy bella, con grandes recursos agrarios, explotada por empresas transnacionales. Si los beneficios y las decisiones no se toman en el área, eso no es turismo ecológico.
Educación para la conservación.
Los proyectos de turismo ecológico tienen que conllevar procesos educativos que tiene su impacto tanto en la comunidad local como en las comunidades de visitantes. Es decir, de una parte, todos los proyectos tienen que conllevar procesos educativos que permitan que los jóvenes y los niños de la comunidad local puedan crecer y educarse en esos vienen intangibles, conociéndolos y asumiéndolos como propios, con el objeto de que, en su edad adulta, puedan seguir “explotándolos” de la mejor y más sostenible manera, y de que los conocimientos de tipo ecológico no se pierdan. De otra parte, todos esos saberes redundarán en los visitantes, que, a su vez, los harán llegar a sus centros de trabajo, familias, centros educativos, expandiendo un saber que antes sólo era autóctono.
Maximizar el derrame económico en la comunidad.
Al convertirse en un medio de vida que permite cubrir sus necesidades económicas, el ecoturismo educa y fomenta que las comunidades que habitan los sitios con riquezas naturales excepcionales se conviertan en sus más fervientes defensores.
TURISMO ALTRUISTA
El ecoturismo es una actividad turística que se lleva a cabo sin alterar el equilibrio del medio ambiente local y que evita de todas las manera los daños a los ecosistemas autóctonos. Se trata, de alguna manera, de compatibilizar una industria turística, con muchos límites, y la ecología y las actividades de conservación medioambiental. El ecoturismo está vinculado a un sentido de la ética y de la sostenibilidad que conlleva prácticas altruistas. Porque aquí no se trata sólo de viajar para disfrutar de una forma egoísta, sino que se trata, también, de compartir el bienestar y la “ganancia” con las comunidades locales. No sólo se trata de respetar el ecosistema. Sino de q ue, además, los población vernáculas dispongan de medios para adquirir el bienestar que no pongan en peligro la Naturaleza.El turismo ecológico también busca incentivar el desarrollo sostenible (es decir, el crecimiento actual que no dañe las posibilidades futuras).
COMPATIBILIDADES E INCOMPATIBILIDADES
El ecoturismo convive en el presente con otras tendencias. Por ejemplo, algunas de ellas son el turismo gastronómico, el turismo gay, el turismo para singles, el turismo woman/only, el turismo científico, el turismo de ferias y salones, el turismo cultural, el turismo arqueológico…
El ecoturismo puede ser compatible con algunas de estas tendencias siempre que no se lleven a cabo prácticas irreconciliables. En cambio, con algunos otros tipo de turismo, el ecoturismo presenta realmente incompatibilidades manifiestas. Por ejemplo, con el turismo de sol, playa y cuatricilos, con el turismo estudiantil de borrachera, con el turismo “masivo”…
Por suerte, algunas de las tendencias que viven y conviven con el ecoturismo son, en realidad, tendencias muy cercanas. El ecoturismo gastronómico se integra perfectamente en el turismo sostenible cuando el viajero busca fincas, restaurantes y costumbres de la ecogastronomía tradicional. Igualmente, el turismo cultural asume como suyas los axiomas del ecoturismo cuando se viaja a la selva peruana para conocer las músicas autóctonas y no para asistir a una sesión de Paquirrín Dj en una discoteca de Quito. Asimismo, el turismo científico también puede compatibilizarse con el ecoturismo si el tipo de interés científico que tiene el profesional, el viajero o el grupo en cuestión tienen más que ver con un tipo de ciencia consciente y al servicio de la agroecología o de las energías renovables, de los intereses conservacionistas o de la preservación del equilibrio climático, que no al servicio de empresas de biotecnología que llevan a cabo una impune labor de piratería biológica, por decir algo.
DIME DÓNDE TE HOSPEDAS
La nueva tendencia en viajes se suma a la tendencia de la sostenibilidad global. Pero hay que ser consecuente. De poco sirve ir a no sé dónde, con unas selvas muy bonitas, si luego te hospedas en un complejo hotelero completamente insostenible. Ahora bien, el incremento de la preocupación por el medio ambientey su conservación ha llevado al sector hostelero a ofrecer innovadores lugares donde poder pasar las vacaciones donde se prioriza la eficiencia energética, las energías renovables, el ahorro de recursos, la ecogastronomía, los productos locales y el empleo de las personas de la comunidad, también en los cargos directivos. Todo es posible ya. Hoteles que tienen una carta “bio” y local inmejorable y que se calientan con calderas de biomasa local… hasta casas rurales con huerto propio y actividades paralelas que excluyen cualquier acción que no sea sustentable como los quads y afines. Ya muchas casas de ecoturismo, de aquí o de allí, se han hecho siguiendo principios de bioconstrucción. Y muchos hoteles casi convencionales tienen su huerto ecológico propio. Todos estos alojamientos tienen dos objetivos claros: por un lado colaborar con el medio manteniendo y fomentando la biodiversidad de la zona donde están enclavados y por otro que los huéspedes se sientan cómodos, sobre todo si son personas con alto grado de sensibilidad y consciencia, pues a quién que tenga principios ecologistas le gusta hospedarse en un lugar donde se despilfarra la energía o en el que la carta tiene disponible sólo platos donde la protagonista es la proteína animal.
AGENCIAS
Ya hay agencias que certifican lo que es ecoturismo y lo que no, para que no haya gato por liebre. A la hora de elegir el alojamiento, algunas agencias recomiendan tener en cuenta varios aspectos de los alojamientos ecológicos, que a fin de cuentas diferencian los unos de los otros. Entre estas diferencias se encuentra la armonía con el medio ambiente, las energías renovables, la alimentación, la distancia a núcleos urbanos grandes y las posibilidades de ecoocio, para que éstas siempre sean de carácter sustentable.
Fuente original: http://vidasana.org/ Imagenes: www.taringa.net