La ‘píldora’ y el medio ambiente
Las nuevas que nos llegan a la redacción son agoreras. Es como si estuviéramos en el almirantazgo de uno de los bandos de una guerra silenciosa y, desde varios frentes, llegaran las noticias fúnebres.
Pedro Burruezo, en un artículo que a más de uno le parecerá descabellado, se pregunta por qué razón existe la píldora anticonceptiva. ¿Para esterilizar a las usuarias o para esterilizar al planeta? No se asusten. En este asunto, no hay ningún desvarío “moral” en cuanto a la utilización de la píldora ni contra los derechos de la mujer. Pero sus consecuencias van mucho más allá de la salud de las consumidoras de este peculiar fármaco. Las nuevas que nos llegan a la redacción son agoreras. Es como si estuviéramos en el almirantazgo de uno de los bandos de una guerra silenciosa y, desde varios frentes, llegaran las noticias fúnebres. El asunto está claro. La polución química nos está esterilizando. La píldora anticonceptiva es un eslabón más de esta cadena de lucha contra la fertilidad. Así de estridente. Le duela a quien le duela, así es.
LOS EFECTOS EN LAS USUARIAS
Cuando la píldora anticonceptiva llegó a la sociedad, todo el mundo la recibió con una gran alegría. Fue lanza de batalla de toda la progresía, pero también de buena parte de la derecha que no quería perder el tren del progreso. Se suponía que era la panacea de la independencia femenina, de la liberación sexual y de no se sabe cuántas cosas más. Hoy, más o menos medio siglo después, el panorama no es tan diáfano. Los efectos secundarios han sido bien documentados en todo tipo de investigaciones. Muchos casos de cáncer podrían tener su origen en el consumo de la píldora, además de menopausias precoces, esterilidad femenina, todo tipo de disrupciones endocrinas, tumoraciones, obesidad, falta de libido, trombos y muchos otros problemas de salud. Las evidencias científicas al respecto son enormes, aunque las farmacéuticas se empeñen en ocultarlas. El consumo de la píldora, además de graves problemas de salud, puede también conllevar disfunciones “menores” que nos hacen la vida menos placentera: mareos, tirantez en los senos, náuseas…
ALEJANDRA POPE
Alejandra Pope, una activista en contra de la píldora poco sospechosa de pertenecer a grupos ultracatólicos, ha dicho: “Son muchos los efectos secundarios de la píldora. Depresión, cambios de humor, pérdida de libido, aumento de peso... Afecta en general a la salud incluyendo el debilitamiento de la función inmunológica debido a la disrupción nutricional que supone la píldora en nuestro organismo. Las mujeres que toman la píldora u otros anticonceptivos hormonales pueden experimentar varios de estos efectos al mismo tiempo. La píldora también afecta a la fertilidad. Después de dejar de tomarla, la regla puede tardar mucho en volver y retrasar bastante la concepción. Menos comunes, pero más serios, son efectos secundarios como la osteoporosis, trombosis y cáncer de mama y cervical”. Pope ha afirmado: “Las empresas farmacéuticas han ganado mucho con la implantación de los sistemas anticonceptivos hormonales. Es un producto muy rentable para ellas. Para los médicos también es muy rentable. Simplemente recetan lo mismo cuando se acaba. A las mujeres que muestran preocupación les recetan otra marca de píldora y listo. Por desgracia muchos médicos no informan lo suficiente de los efectos secundarios ni de las contraindicaciones. A veces dicen algo pero de forma muy rápida. Hay algunos médicos que no son partidarios de la píldora, pero son pocos y dispersos. Hablar en contra de la píldora en el ámbito sanitario es visto como un suicidio profesional”.
FASCISMO INVISIBLE
¿Ha valido la pena la irrupción de estos “chutes” estrogénicos en nuestra sociedad? Si eres una de las millones de afectadas, probablemente no. Una vez más, el tecnopatriarcado ha sabido ingeniárselas para hacer pasar por “progre” lo que era una vanguardia de su fascismo cada vez más invisible. En realidad, quien ha hecho el agosto con este asunto han sido unas cuantas industrias farmacéuticas, como muy bien dice Pope, a cuenta de la salud de las usuarias y del ambiente, y de la esterilización gaiana. Los mismos inversores que invierten en este tipo de productos, y que obtienen pingües beneficios por ello, son también los que invierten en construcción de centrales nucleares, armamento sofisticado, ingeniería genética… El caso es que, por si esto fuera poco, la industria farmacéutica ha sobornado a millones de médicos para que fueran cómplices de hacer llegar el “desarrollo” y el “progreso” a tantas familias, mucho más de lo “necesario”. Las últimas generaciones de píldoras anticonceptivas, para más inri, “tienen el mismo efecto que las de segunda generación, pero son infinitamente más perjudiciales porque pueden generar embolia pulmonar y llegar a provocar la muerte”, explicaba a El Confidencial el francés Philippe Even, profesor emérito en la Universidad Paris Descartes y antiguo miembro de la comisión científica del Ministerio de Sanidad galo. Las declaraciones se producen después de que saltara a la prensa el enorme escándalo producido tras el hecho de que los ginecólogos franceses rompieran su silencio. Sí, señoras y señores, miles de facultativos franceses fueron generosamente “seducidos” con todo tipo de “regalos” y sobornos por parte de farmacéuticas para que recetaran las “últimas” píldoras a diestro y siniestro. Es sólo un ejemplo de los muchos posibles. Pero el asunto va más allá. La Federación Francesa de Médicos ha criticado la falta de transparencia en los informes de la Agencia Nacional de Seguridad Farmacológica (ANSM). Según los datos oficiales, en 2012 “solo” se reportaron 133 casos de pacientes con embolia y 122 con ictus cerebrales relacionados con el consumo de estos medicamentos. “Unas cifras muy bajas que dejan al descubierto la inoperancia y la falta de transparencia del sistema de vigilancia farmacológica”, según criticaba la Federación en un comunicado. Eso es sólo la punta del iceberg. Eran mujeres jóvenes que podrían haber llevado a cabo otros métodos, más seguros e inocuos, pero nadie les informó de nada…
MÁS ALLÁ DE SUS CUERPOS
Más allá de sus cuerpos, de los cuerpos de las usuarias, la píldora sigue generando conflictos. Las evidencias científicas nos muestran que esta contaminación estrogénica es completamente imposible de filtrar en las depuradoras de aguas residuales actuales. Diferentes estudios científicos muestran que la polución química llega a la fauna silvestre de ríos y mares. "Hemos recomendado realizar estudios para medir el impacto a largo plazo que puede tener para la salud humana la presencia de estos residuos en el agua", ha dicho Mª Pilar González, de la ONU. Porque "estos residuos de medicamentos pueden causar problemas en la reproducción de la especie marina y además bajan las defensas de su sistema inmunitario", afirmaba a BBC Mundo Philippe Garrigues, del Instituto Nacional de Investigación (CNRS) de Francia. Una vez que esos fármacos entran en la cadena trófica vuelven al ser humano, ya que nos comemos esas especies. Como señaló recientemente una conocida bióloga de Ecologistas en Acción, "los fármacos y las píldoras pueden esterilizar a las hembras y feminizar a los machos. Es una bomba de relojería el brutal chute estrogénico con el que estamos contaminando nuestros ecosistemas fluviales y/o marinos". Estamos esterilizando a la fauna marina y nadie dice nada. No olvidemos que la píldora es un artefacto químico para esterilizar al ser humano. ¿Por qué no va a tener efectos sobre los peces, que tienen un sexo mucho más lábil que el humano? Y lo peor no es que esterilice solo a las hembras. También actúa sobre la sexualidad de los machos.
MACHOS QUE SE TRANSFORMAN EN HEMBRAS
Hay estudios realizados que conciernen a la fauna que vive cerca de la depuradora de la población vasca de Guernica. En las cercanías, por ejemplo, según estudios de la Universidad del País Vasco, los investigadores han descubierto la alarmante feminización de varias especies de moluscos. Los machos, afectados por la contaminación de hormonas sintéticas, procedentes de la píldora anticonceptiva y de otros fármacos, se transforman en hembras. El problema es gravísimo porque las consecuencias de esta contaminación podrían estar dañando a generaciones futuras de especies y su reproducción. Según los estudios, la presencia de compuestos químicos exógenos en el agua afectan al crecimiento, comportamiento, reproducción y función inmune de los organismos, ya que interactúa con su sistema endocrino. Estos estudios han sido difundidos en la prensa y en medios especializados. Lo increíble es que las autoridades sigan mirando hacia otro lado. El problema no está en Guernica, sino en todo el litoral y en todo el planeta. Otro grupo de investigadores de la U. del País Vasco acaba de comprobar, tras analizar seis zonas costeras diferentes, que en todas ellas los peces macho tienen una clara tendencia a adquirir rasgos propios de las hembras, según ABC. Y no sólo en lo que se refiere a las características de sus órganos genitales, sino también a nivel molecular. Los resultados de esta impactante investigación se han publicado en dos artículos diferentes, en Science of the Total Environmen y en Marine Environmental Research. Pero nadie actúa al respecto. Hay que decir que, ni aunque las depuradoras fueran de una tecnología muy avanzada, no podrían eliminar por completo estos contaminantes disueltos en el agua.
RÍOS INGLESES
Es algo que está ocurriendo en todo el planeta. Hay estudios contundentes. Biólogos de las universidades británicas de Exeter, Brunel y Reading lo tienen claro. Los científicos han pescado más de mil ejemplares de 30 ríos ingleses en puntos donde van a parar aguas residuales y han demostrado que hay un nuevo grupo de sustancias químicas que actúan como antiandrógenos, es decir, que bloquean las hormonas sexuales masculinas de los peces en su entorno natural, según se ha publicado en Environmental Health Perspectives. Entre estas sustancias, están los residuos de anticonceptivos hormonales. Uno de los responsables del estudio sentencia: "Hace años hubiera dicho que la feminización de los peces era por los residuos de píldoras anticonceptivas. Pero ahora hemos visto que se trata de un auténtico cóctel químico que tiene efectos en la salud de la fauna. Es decir, en el agua contaminada, los residuos de hormonas sintéticas procedentes de la píldora no están solos. Se unen a miles y miles de otros contaminantes químicos. Es la tormenta perfecta…
¿QUIÉN SE COME ESOS PECES?
Los responsables del citado artículo… señalan: “Puesto que el funcionamiento de los testículos de los peces y los humanos es similar, los problemas en los primeros pueden concernir también a los segundos, aunque se expongan a la contaminación más levemente". O sea, que el alimentarse de pescado feminizado podría conllevar la feminización del consumidor. ¿Es ciencia ficción? Nada de eso. Pero para eso no hace falta siquiera comer moluscos de Guernica o truchas de algún río inglés. Basta con comerse un canapé de salmón ahumado. Buena parte de los salmones ahumados y truchas que consumimos han sido feminizados mediante estrogenización con fármacos, ya que las hembras, al tener más grasa, tienen más sabor. ¿Cómo convierten a los salmones macho en hembras en las piscifactorías? A base de fármacos estrogenizantes. En fin, me voy al huerto a coger mis lechugas para la cena…
¿ATACAR A LA "PÍLDORA" ES ATACAR LOS DERECHOS DE LA MUJER?
Alejandra Pope, una mujer y muy feminista, contesta... Supongo que nos referimos aquí a las actitudes antifeministas y patriarcales. Hoy en día la píldora se considera sinónimo de la anticoncepción. Desafortunadamente existe una gran ignorancia sobre otras formas anticonceptivas, así que cuando se cuestiona la píldora parece que estamos cuestionando la contracepción misma, y de ahí la reacción. Es muy triste que no se anime a las mujeres a conocer el funcionamiento de su propio ciclo menstrual, negándoles así la oportunidad de experimentar el método anticonceptivo más poderoso, el conocimiento de su propia fertilidad. Con dicho conocimiento las mujeres tienen verdadero control sobre sus cuerpos, y la capacidad de elegir desde su posición de poder. Se asume hoy en día que las mujeres son incapaces de manejar su fertilidad por sí mismas y que tienen que ser controladas por la medicina. Esas ideas pertenecen al siglo XIX, no al siglo XXI. Tenemos que cambiar las actitudes negativas sobre la menstruación y rescatar nuestro ciclo menstrual o ciclo de fertilidad como recurso exclusivamente femenino que, una vez entendido, proporciona no sólo herramientas anticonceptivas, sino también un método de autodescubrimiento y control personal.