Ocho países bloquean tratado contra ensayos nucleares
IPS
El Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT, en inglés), aprobado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1996, aún no entró en vigor porque le falta la firma o la ratificación de ocho países.
Diecinueve años después de la aprobación del CTBT, tres países aún no lo firmaron – Corea del Norte, India y Pakistán –y cinco no lo ratificaron– China, Egipto, Estados Unidos, Irán e Israel.
Cuando la ONU conmemoró el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares el 29 de agosto, el secretario general del foro mundial, Ban Ki-moon, pidió a los Estados que aún no adhirieron al tratado, y especialmente a los ocho mencionados, que lo firmen y ratifiquen como “paso fundamental en el camino a un mundo sin armas nucleares”.
Actualmente, muchos de los Estados que poseen armas nucleares aplican una suspensión voluntaria de los ensayos.
“Pero las moratorias no son sustituto para la vigencia del CTBT. Los tres ensayos nucleares realizados por la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte) lo comprueban”, declaró Ban.
Según los medios de comunicación, el martes 15 Corea del Norte reinició su programa de producción de armas nucleares.
Pero las posibilidades de que esos ocho países adhieran al CTBT en un futuro próximo son remotas, opina John Hallam, del Proyecto de Supervivencia Humana, una iniciativa de la organización Gente por el Desarme Nuclear y el Centro para la Paz y la Resolución de Conflictos de la australiana Universidad de Sidney.
“Creo que es muy poco probable que los ocho Estados recalcitrantes firmen y ratifiquen (el CTBT) para 2016”, señaló Hallam en diálogo con IPS.
En el caso de Estados Unidos, aunque Washington firmó el tratado, los legisladores del opositor Partido Republicano dejaron en claro que no lo ratificarán, añadió.
Tampoco India o Pakistán tienen intención alguna de firmar o ratificarlo, “menos aun India, con el actual primer ministro Narendra Modi”, aseguró.
China y otros países dicen que ratificarán el CTBT una vez que Estados Unidos lo haya hecho, explicó Hallam.
“El objetivo de acabar con los ensayos nucleares ha sido una preocupación primordial a lo largo de mi carrera diplomática”, afirmó Ban en una mesa redonda de alto nivel para conmemorar el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares.
Como secretario general de la ONU, y depositario del CTBT, “he hecho del logro de la prohibición legal de las pruebas nucleares una prioridad personal”, agregó.
Ban mencionó que visitó la localidad kazaja de Semipalatinsk, el lugar donde se realizaron 456 ensayos nucleares, incluidos algunos de los mayores de la historia.
“Me he reunido con víctimas de los ensayos nucleares. He sido testigo del perdurable daño social, ambiental y económico que causaron los ensayos nucleares”, expresó.
Desde la primera prueba realizada en Nuevo México, Estados Unidos, hace 70 años, el mundo sufrió más de 2.000 ensayos nucleares, recordó Ban. Los mismos devastaron ambientes vírgenes y poblaciones locales en todo el mundo, subrayó.
Muchos nunca se recuperaron de las consecuencias, como aguas subterráneas contaminadas, cáncer, defectos congénitos y lluvia radiactiva, destacó el secretario general.
“La mejor manera de honrar a las víctimas de las pruebas pasadas es evitarlas en el futuro”, exhortó.
El CTBT es un medio de carácter jurídicamente vinculante y verificable que limitará el desarrollo cuantitativo y cualitativo de las armas nucleares.
Hallam señaló a IPS que Estados Unidos realizó más de 1.100 ensayos nucleares en los estados de Nevada y Alaska, en islas Marshall, y otras partes del Pacífico y el espacio exterior.
Los ensayos en Nevada provocaron la contaminación de los habitantes del estado y un alto porcentaje de enfermedades.
El mayor de los ensayos nucleares estadounidenses fue el llamado Castle Bravo, de 15 megatones, el 28 de febrero de 1954, sobre el atolón de Bikini en Islas Marshall, que contaminó a la población local y a la tripulación del barco de pesca japonés Lucky Dragon, provocándole la muerte a los pescadores tras una lenta agonía producida por la radiación.
El mayor ensayo nuclear de la historia lo realizó la ex Unión Soviética, conocido como la Bomba del Zar, el 30 de octubre de 1961, en el archipiélago Nueva Zembla, en el mar de Barents, explicó Hallam.
Con 60 megatones, la bomba vaporizó los cotos de caza sagrados del pueblo nenets, envió radiación a todo el mundo y provocó movimientos sísmicos en el planeta durante horas.
Hallam dijo que la Unión Soviética realizó aproximadamente 800 pruebas nucleares, muchas de ellas en Semipalatinsk, que provocaron la contaminación radiactiva generalizada, con efectos catastróficos, de la población local.
Otras pruebas nucleares fueron realizadas por China (en Sinkiang), Francia (en Argelia y el océano Pacífico), Gran Bretaña (en Maralinga y Emu Field, Australia), India (en Pojran, Rajastán), y Pakistán (Baluchistán).
Los ensayos de China, Corea del Norte, Francia y Gran Bretaña provocaron enfermedades y mortandad en las poblaciones locales como consecuencia de la radiación.
Estos ensayos son la columna vertebral de la carrera armamentista y la proliferación nuclear. La reanudación de los ensayos nucleares por parte de un país, incluida Corea del Norte, acerca al planeta cada vez más a un abismo al que esperemos que nunca llegue, advirtió Hallam.
La mejor manera de detener la proliferación es la entrada en vigor del CTBT, sostuvo.
Mientras tanto, el presidente de Kazajistán, Nursultan Nazarbayev, presentó un proyecto internacional, llamado ATOM (las siglas en inglés de Abolición de las Pruebas, Nuestra Misión), una campaña electrónica mundial que pide a los gobernantes que cesen, de una vez por todas, las pruebas nucleares.
Traducido por Álvaro Queiruga