Asustémonos
Era un adolescente que amaba los libros cuando descubrí a Ray Bradbury. Me metió en su bolsillo con Crónicas marcianas. Luego vendrían Las doradas manzanas del sol, El país de octubre, Fahrenheit 451, El vino del estío… En fin, leí toda su obra: Pero evitaré un entusiasmo que me haría escribir sin parar sobre este artista notable y visionario, pues lo que me interesa ahora destacar es el carácter premonitorio que tuvieron Bradbury y otros escritores anglosajones de ciencia-ficción. Especialmente los que prefiguraron el proyecto neoliberal que se aceleró al terminar la Segunda Guerra Mundial, fijando recurrentemente una visión adelantada a su tiempo al advertir en prosa lo que vendrá.
Por Agustín Prieto
Los disidentes Bradbury, Orwell y Huxley, en fin, vivían en el corazón del sistema económico, político y social que impugnaban. Era el marco ideal. Las señales estaban en el aire, y alguien debía adueñárselas. Y ahí estaban esas mentes apropiadas.»
Nadie mejor que ellos comprenderían entonces por qué José Martí le escribe a su amigo Manuel Mercado en 1895: «Viví en el monstruo y le conozco las entrañas».
Hoy se recomienda, entre otros, un ensayo rotundamente distópico que da pavor. Pero es que hay que asustarse. Reaccionar. Y hay que informarse e informar, discutir, proponer y pensar cómo conjurar el mundo inhumano que ya se padece. Y lo que vendrá. Pero ya mismo porque —perdón, otra circularidad)—, «…la humanidad siempre ha reacciondo así, in extremis: cuando estamos perdidos, el instinto antes que la razón nos obliga a actuar a último momento; cuando el tiburón nos está por masticar, cuando el fuego nos lame los pies, cuando el ogro está por llevarse a la princesa, cuando los misiles ya han sido disparados, cuando el colapso de nuestra madre tierra se anuncia inexorable» (https://rebelion.org/cual-es-el-proximo-campo-de-batalla-americano/).
Al tiempo que el artículo antes citado establecía la disyuntiva entre ocultar para evitar la alarma, o revelar para difundirla, en otra nota nos preguntábamos: «¿Cuál es la síntesis entre un pesimismo desmovilizador y un optimismo bobo?». https://rebelion.org/convocatoria-esperanzadora-en-cuba/
Héctor Luis Saint-Pierre es uno de los que van hasta el fondo al escribir una nota devastadora. Pero tras los peores augurios, como la inevitabilidad de la guerra, nos da un respiro quizá esperanzador: «…la humanidad camina con la mirada fija en sus celulares hacia la autofagia de la especie...
Pero, tal vez, aún puedan levantar la vista para ver que en el horizonte histórico otra posibilidad se descortina dejando entrar la luz de la política, porque otro mundo es posible». https://www.elcohetealaluna.com/autofagia-de-la-humanidad/
Mientras sigue el genocidio en Palestina, recibimos con creciente frecuencia más anuncios de una catástrofe planetaria hasta ahora inevitable como la guerra nuclear, el colapso del medioambiente y el reemplazo de la humanidad por la inteligencia artificial.
En medio del avance arrollador de la ultraderecha, del odio, el racismo y el tecnofeudalismo, seguimos sin saber cómo responder a esta situación que no deja de empeorar.
Y aunque uno no se siente necesariamente obligado a dar respuesta, al asumir el compromiso de hacer estas afirmaciones, bueno, debería al menos probar. Citar, por ejemplo, esa insuficiente facultad que Spinoza situaba entre la mística y la razón, la intuición para conjeturar muy subjetivamente e intentando una evasión imposible, que salir de esto podría transformarse en una cuestión de vida o muerte.
¿Pero por dónde empezar? ¿Quién lidera la resistencia? ¿Cuáles son las consignas? ¿Dónde está la guarida del enemigo?
Eso sí, cuidado con el desaliento, porque las luchas accesorias son igualmente importantes para procurar hacernos del poder que en este momento no tenemos. Si aflojamos no lo tendremos jamás. Hay que arrebatárselo al 1%, a los que nos han hecho algoritmos, a los mesiánicos, genocidas y dementes libertarios. Hay que seguir en el centro comunitario, en el partido, el sindicato, la escuela y la universidad, el comedor popular, la manifestación, en el barrio. Cantar, pintar, filmar, escribir y crear porque es lo que da sentido a la vida.
Fuentes: Rebelión - Para leer la nota entera: https://info-caotica.blogspot.com/2012/11/ray-bradbury-el-peaton.html