Esto fue Río+20, y la casa está en llamas

Jade Lindgaard Viento Sur Iba a ser una cumbre histórica, la inauguración de una nueva alianza al servicio de un doble ideal: la lucha contra la pobreza y la protección del medio ambiente. Sin embargo, en la víspera de la apertura de la conferencia de Río+20, el miércoles 20 de junio, ya nadie se lo creia. Las perspectivas de un acuerdo eran reales, pero sobre un documento que se contenta con limitar los daños. “Es una cumbre que nadie desea”, analiza Anabella Rosemberg, responsable de desarrollo sostenible de la Confederación Sindical Internacional (CSI). “Nunca la han visto con buenos ojos, ni el país anfitrión ni los países en desarrollo, ni los movimientos sociales –que no están de acuerdo con los temas– ni todos aquellos que dicen que el problema es la crisis y el paro, pero no el desarrollo sostenible. Seguimos viviendo en la pesadilla de Copenhague.” La pesadilla de Copenhague es la incapacidad de la comunidad internacional para establecer reglas con vistas a ...