Día Mundial contra el ruido. Uno de los contaminantes más peligrosos para la salud
¿Quién en estos tiempos no añora un momento de paz y de silencio y un ambiente tranquilo y menos hostil? El ruido es uno de los contaminantes más peligrosos para la salud.
En este Día Mundial contra el ruido, se trata de hace conciencia sobre sus efectos y las medidas preventivas para evitar daños en la salud integral.
El silencio llegó a ser tan importante y apreciado en algunas culturas antiguas, que por ejemplo, en Roma, en el siglo I, se prohibía la circulación de caballos y carretas por la ciudad y la pena para quien alteraba el orden y el silencio era la cárcel o incluso la muerte.
Pero la humanidad empezó a crecer de tal manera que empezó a construir ciudades, fabricas, industrias y comercios y con la revolución industrial, no sólo el humo fue el símbolo de progreso, sino también el ruido.
Así, el ser humano que siempre está buscando cómo mejorar y facilitar su vida, ha sobrecargado no solamente las grandes ciudades, sino su vida personal de una serie de aparatos, instrumentos, maquinaria y equipos, que si bien logran su objetivo, también ocasionan un grave daño al ambiente y a la salud, provocando uno de los elementos más contaminantes y dañinos de la era moderna: el ruido.
El ruido es un conjunto de sonidos carentes de cualidades “musicales” o de significados que lo hagan agradable, en otras palabras es un sonido indeseable, irritante y molesto y la molestia varía dependiendo de su intensidad y de su origen y de la capacidad de cada persona para tolerarlo.
El ruido es parte de la contaminación ambiental y afecta seriamente la capacidad auditiva de quienes están en contacto frecuente con él, al mismo tiempo que ejerce una influencia negativa en la salud física y mental de todas las personas, propiciando diversos trastornos al organismo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el 76% de la población que vive en los grandes centros urbanos, sufre de un impacto acústico muy superior al recomendable y esto se refleja en su calidad de vida y se manifiesta a través de: estrés, irritabilidad, hipertensión, dolores de cabeza, taquicardias, fatiga, sordera, aceleración respiratoria y cardiaca y problemas cardiovasculares, problemas del sueño y molestias digestivas así como la disminución de la capacidad y del apetito sexual, al tiempo que ha contribuido en el alarmante incremento del número de accidentes.
Uno de los problemas más inquietantes hoy en día es que muchos jóvenes de hoy sufrirán trastornos auditivos en el futuro por el uso excesivo de reproductores de CD y radios con auriculares, el volumen que le ponen a la música en su casa y/o en su coche, lo que también aumenta el riesgo de accidentes y por el enorme volumen de la música en los “antros” y fiestas particulares. Está comprobado que el oído tarda alrededor de 36 horas en recuperar su sensibilidad auditiva normal, después de estar sometido una noche a la música estridente de un antro o discoteca.
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