Las comunicaciones terrestres serían muy afectadas por una tormenta solar
PL
Las comunicaciones terrestres podrían haber sido muy dañadas si una tormenta magnética ocurrida en julio del 2012 hubiera impactado a la Tierra, señala un estudio divulgado en la revista Nature Communications.
El informe, presentado por expertos de la Universidad de California, Estados Unidos, y la Academia China de Ciencias en Pekín, explica que en esa fecha tuvo lugar una de las más intensas erupciones solares, enviando hacia el espacio una gran nube de plasma magnetizado.
La Tierra no recibió tal impacto por encontrarse en el otro lado del Sol, pero de suceder, las consecuencias en la red eléctrica y satelital serían catastróficas, y el mundo necesitaría varios años para recuperarse, destaca el artículo.
El masivo estallido de viento solar y de campos magnéticos salió disparado del Sol el 23 de julio de 2012 y habría impactado directamente contra la Tierra si se hubiera producido nueve días antes, según los cálculos de Luhmann, y probablemente se habría parecido a la grande ocurrida en 1859, pero el efecto hoy, con nuestras tecnologías modernas, habría sido tremendo, manifestó Janet G. Luhmann, investigadora del equipo de Stereo y del Laboratorio de Ciencias Espaciales.
Las llamaradas solares impulsaron hacia el sur campos magnéticos que habrían afectado al campo magnético norte de la Tierra, provocando un giro en las corrientes eléctricas que habrían hecho que los transformadores eléctricos se incendiaran. Las interferencias magnéticas también habrían afectado a los sistemas posicionamiento por satélite como los GPS.
"La gente sigue diciendo que estos peligros naturales son poco comunes, pero están sucediendo en el Sistema Solar a pesar de que no siempre los vemos. Es como con los terremotos, es difícil convencer a la gente de la importancia de prepararse a menos que una sufra un terremoto de magnitud 9", expresó Luhmann.
Por su parte, Ying D. Liu, de la Academia China de Ciencias, señaló que "una tormenta de clima espacial extrema -una super tormenta solar- es un evento de baja probabilidad pero de grandes consecuencias que plantea una grave amenaza para infraestructuras críticas de la sociedad moderna".
"El coste de un evento así, si golpea la Tierra, podría llegar a miles de millones de dólares con un potencial de tiempo de recuperación de cuatro a 10 años. Por lo tanto, es de suma importancia para la seguridad y el interés económico de la sociedad moderna entender las supertormentas solares", aseveró.
"Las observaciones de supertormentas solares han sido muy escasas y limitadas, y nuestra comprensión actual es muy pobre. Preguntas fundamentales como, por ejemplo, cómo se forman y evolucionan los eventos extremos y cuan graves pueden ser en la Tierra, no son abordadas por la falta de observaciones", dijo Liu.
Los investigadores determinaron que la gran explosión detectada por Stereo el 22 de julio, impulsó plasma solar a más de dos mil kilómetros por segundo. Atravesó la órbita de la Tierra, pero el planeta estaba en el otro lado del Sol en ese momento, explica el estudio.
Hasta el momento la tormenta solar más severa registrada en la historia ocurrió en 1859, y se lo conoce como la fulguración de Carrington, o el evento Carrington. La misma causó fallas electromagnéticas a lo largo de todo el mundo, y aparecieron auroras boreales en latitudes tan extrañas como el Ecuador.
Las comunicaciones terrestres podrían haber sido muy dañadas si una tormenta magnética ocurrida en julio del 2012 hubiera impactado a la Tierra, señala un estudio divulgado en la revista Nature Communications.
El informe, presentado por expertos de la Universidad de California, Estados Unidos, y la Academia China de Ciencias en Pekín, explica que en esa fecha tuvo lugar una de las más intensas erupciones solares, enviando hacia el espacio una gran nube de plasma magnetizado.
La Tierra no recibió tal impacto por encontrarse en el otro lado del Sol, pero de suceder, las consecuencias en la red eléctrica y satelital serían catastróficas, y el mundo necesitaría varios años para recuperarse, destaca el artículo.
El masivo estallido de viento solar y de campos magnéticos salió disparado del Sol el 23 de julio de 2012 y habría impactado directamente contra la Tierra si se hubiera producido nueve días antes, según los cálculos de Luhmann, y probablemente se habría parecido a la grande ocurrida en 1859, pero el efecto hoy, con nuestras tecnologías modernas, habría sido tremendo, manifestó Janet G. Luhmann, investigadora del equipo de Stereo y del Laboratorio de Ciencias Espaciales.
Las llamaradas solares impulsaron hacia el sur campos magnéticos que habrían afectado al campo magnético norte de la Tierra, provocando un giro en las corrientes eléctricas que habrían hecho que los transformadores eléctricos se incendiaran. Las interferencias magnéticas también habrían afectado a los sistemas posicionamiento por satélite como los GPS.
"La gente sigue diciendo que estos peligros naturales son poco comunes, pero están sucediendo en el Sistema Solar a pesar de que no siempre los vemos. Es como con los terremotos, es difícil convencer a la gente de la importancia de prepararse a menos que una sufra un terremoto de magnitud 9", expresó Luhmann.
Por su parte, Ying D. Liu, de la Academia China de Ciencias, señaló que "una tormenta de clima espacial extrema -una super tormenta solar- es un evento de baja probabilidad pero de grandes consecuencias que plantea una grave amenaza para infraestructuras críticas de la sociedad moderna".
"El coste de un evento así, si golpea la Tierra, podría llegar a miles de millones de dólares con un potencial de tiempo de recuperación de cuatro a 10 años. Por lo tanto, es de suma importancia para la seguridad y el interés económico de la sociedad moderna entender las supertormentas solares", aseveró.
"Las observaciones de supertormentas solares han sido muy escasas y limitadas, y nuestra comprensión actual es muy pobre. Preguntas fundamentales como, por ejemplo, cómo se forman y evolucionan los eventos extremos y cuan graves pueden ser en la Tierra, no son abordadas por la falta de observaciones", dijo Liu.
Los investigadores determinaron que la gran explosión detectada por Stereo el 22 de julio, impulsó plasma solar a más de dos mil kilómetros por segundo. Atravesó la órbita de la Tierra, pero el planeta estaba en el otro lado del Sol en ese momento, explica el estudio.
Hasta el momento la tormenta solar más severa registrada en la historia ocurrió en 1859, y se lo conoce como la fulguración de Carrington, o el evento Carrington. La misma causó fallas electromagnéticas a lo largo de todo el mundo, y aparecieron auroras boreales en latitudes tan extrañas como el Ecuador.