Mexico: Exigen expertos prohibición de cultivos transgénicos en Yucatán




Luego de que el gobierno federal autorizara la siembra de 30 mil hectáreas de soya transgénica en la península de Yucatán, apicultores, empresarios, investigadores y ambientalistas, solicitaron al gobierno del estado que exija la anulación de dichos cultivos a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Está en riesgo producción de miel por presencia de polen contaminado con OGM
En Yucatán se encuentra el 40 por ciento de la producción de miel a nivel nacional de la cual dependen más de 16 mil apicultores. México se encuentra en el tercer lugar en exportaciones a nivel global y ante el riesgo del cierre de mercados que plantea la contaminación de la miel por la presencia de polen transgénico, los ponentes solicitaron la urgente prohibición de siembras a campo abierto de cualquier cultivo transgénico.
El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), dependencia de la Sagarpa, autorizó la alarmante siembra de 30 mil hectáreas de soya transgénica para los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo; 4 mil para Tamaulipas, San Luis Potosí y Veracruz; 12 mil para Chiapas; y más de 27 mil para Nayarit (1).
El destino de la miel del estado es principalmente Alemania, cuyos importadores, alertados por el caso de contaminación con polen transgénico en Baviera, que llegó hasta el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, han solicitado medidas para asegurar que sus importaciones no contengan presencia de ningún tipo de organismo genéticamente modificado (OGM). La resolución obliga a los comercializadores europeos a rechazar la miel contaminada, o lo que es igual, a hacer notar en la etiqueta la presencia de ingredientes transgénicos, cosa nadie quiere hacer, pues se derrumbarían las ventas. Dichas medidas suponen un sobrecosto para productores y exportadores de México.
Al evento asistió el director de la Oficina del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para la Península de Yucatán y Tabasco, Xavier Moya García, quien sen~aló: “El gobierno mexicano, las Naciones Unidas y múltiples empresas y fundaciones han venido financiando la construcción de un sector económico y social productor de miel de alta calidad, la cual representa la primera o segunda fuente de ingresos para más de 40 mil familias, la mayoría de origen rural e indígena del pueblo Maya. Esta actividad permite hacer un uso racional y conservar más de 4 millones de hectáreas de selvas subtropicales. Estos beneficios se verán severamente disminuidos si, como en 1995 y en 2004, se derrumban los precios internacionales de la miel mexicana, esta vez a causa de la –ya evidente- contaminación con polen de plantas transgénicas como la soya.
Lo que ocurrió a una cooperativa exportadora de miel de Campeche a Alemania cuyo producto fue rechazado en esta temporada, seguramente se repetirá con el resto, ahora que los análisis son obligatorios”.
“Llamamos a los gobiernos local y federal a que protejan una de las principales exportaciones del país y que reconozcan que una miel libre de OGM representa una ventaja comparativa dentro del mercado internacional. La producción de miel en el país está en riesgo. Alemania ya ha comenzado a solicitar costosas pruebas de laboratorio para asegurar la ausencia de organismos genéticamente modificados”, declaró Miguel ángel Munguía de la organización EDUCE-Cooperativa, especializada en la exportación de este y otros productos de alta calidad al mercado europeo.
“España, único país de la Unión Europea en que el Gobierno ha tolerado el cultivo de transgénicos a gran escala (casi 100.000 ha de cultivo de maíz insecticida de Monsanto y cientos de hectáreas experimentales) es un perfecto ejemplo de lo que no debería ocurrir en ningu´n otro país. Desde hace una década existen consecuencias ambientales y socio económicas que demuestran que la coexistencia entre cultivos transgénicos y no transgénicos es imposible. Los transgénicos contaminan, generan daños económicos para los productores agrarios y ganaderos, y destruyen el derecho a elegir de quienes quieren cultivar sin transgénicos”, afirmó Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campan~a de Agricultura sostenible de Greenpeace España.
“No necesitamos más evidencias para reconocer el riesgo que representan los cultivos transgénicos en el país. Estos tienen ya un largo expediente sobre sus impactos negativos en el medio ambiente, en los mercados y plantean un serio riesgo para los consumidores, por lo que prácticamente en todos los países europeos hace años dieron marcha atrás. Grecia, Austria, Luxemburgo, Francia, Hungría, Italia y Polonia han decretado moratorias a la siembra de este maíz y actualmente sólo un país lo cultiva a gran escala en toda Europa”, declaró Aleira Lara coordinadora de la campaña de Agricultura sustentable y transgénicos de Greenpeace México.
“Si el gobierno pretende que México siga participando dentro del mercado internacional es urgente la prohibición de los cultivos transgénicos. El gobierno está para velar por los intereses de los mexicanos, no de las empresas transnacionales -Monsanto, Pioneer, Dow AgroSciences y Syngenta- que pretenden vender sus semillas patentadas como la solución a los problemas del campo”, denunció Pablo Duarte Sánchez, coordinador de la UNORCA en Yucatán.
“Los cultivos transgénicos no producen más que los cultivos convencionales, no pueden hacer frente a los extremos del clima, no acabarán con el hambre en el mundo y sí están generando nuevos problemas para los agricultores, razones de sobra para decir no a la siembra de transgénicos en el país”, concluyeron los ponentes. 
Facultad de Economía - UADY, UNORCA Yucatán, PNUD, EDUCE, TECADER, GREENPEACE, CSEDC

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Detectadas plagas resistentes al insecticida de un maíz transgénico
Dejando a un lado las reticencias de la población hacia los alimentos transgénicos, los expertos llevan tiempo advirtiendo de que estos cultivos sí presentan un riesgo real fundamentado en el conocimiento científico. Los plaguicidas biológicos que llevan incorporados estas semillas, del mismo modo que cualquier otro insecticida, pueden seleccionar variantes de las plagas que sean inmunes a estos productos, lo que anula el propósito original de la modificación genética y dificulta aún más la lucha contra las plagas. Y según acaba de revelar un informe de la Agencia de Protección Medioambiental de EEUU (EPA), parece que esto ya está ocurriendo.
El documento de la EPA analiza "múltiples informes de daño inesperado en maíz CryBb1". Este galimatías es el nombre de una proteína bacteriana con efecto insecticida cuyo gen está insertado en el maíz MON 863 del gigante agrobiotecnológico Monsanto. La planta utiliza este gen implantado para producir la proteína bacteriana que es letal para el gusano del maíz, una larva de escarabajo que se alimenta de las raíces de este cultivo.
Los expertos de la EPA examinaron las alertas de cultivos dañados y concluyeron que "se sospecha resistencia en al menos algunas regiones de cuatro estados", concretamente en Iowa, Illinois, Minne-sota y Nebraska. La EPA recomienda que se implemente un "plan adecuado de remediación", consistente en emplear "insecticidas convencionales" y "métodos alternativos de control para impedir el establecimiento de insectos resistentes". La agencia federal propina un serio zurriagazo a la compañía biotecnológica al afirmar que "el programa de monitorización de resistencias [de Monsanto] es inadecuado [...], incluyendo las respuestas a revisiones previas realizadas por la agencia [EPA]".
Vender la soluciones
La compañía ha replicado poniendo en duda las conclusiones de la EPA. El portavoz de Monsanto en St. Louis, Lee Quarles, dijo a Bloomberg que toman el informe de la agencia "en serio", pero que no hay confirmación científica de las resistencias. Entre las medidas que recomienda Monsanto para "llevar la delantera al insecto" está rotar los cultivos de maíz con soja, pero también otra solución para engrosar aún más las arcas de la empresa: cambiar al maíz SmartStax, otra variedad de Monsanto que lleva no una, sino dos toxinas contra el gusano.
Por su parte, la EPA juzga que SmartStax puede perder eficacia en cultivos donde se han instalado gusanos resistentes. Propone, en cambio, plantar maíz no transgénico, ya que así los insectos inmunes podrán aparearse con otros que no lo son y producir nuevas generaciones de insectos susceptibles.

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