RESIDUOS RADIACTIVOS EN EUROPA
Una mina de sal, símbolo del dilema atómico de Alemania
POR DANIEL GUTMAN
Está en Sajonia y almacena residuos nucleares. Berlín aún le busca reemplazo y crecen las críticas.
ASSE, BAJA SAJONIA. ENVIADO ESPECIAL -
Las casitas de madera con techos de tejas de los antiguos pueblos de la Baja Sajonia parecen de cuento. Imágenes de la época medieval en las que se mezclan autos de lujo, símbolos de la Alemania moderna. No todo, sin embargo, es lo que parece. Recorriendo las rutas rodeadas de verde de la región, en el centro del país, se llega a una colina que encierra una historia que también parece de cuento.
En lo que antiguamente era la mina de sal de Asse, a 800 metros de profundidad, hoy están enterrados casi 50.000 metros cúbicos de residuos radioactivos que se han convertido en un dilema para el gobierno de Angela Merkel, presionado por la población de la región y por el movimiento antinuclear de todo el país, que pide que los retiren por el riesgo que representan para la salud pública.
La historia empezó en 1967, cuando el gobierno de lo que entonces era la República Federal de Alemania ordenó depositar los residuos de sus centrales nucleares allí. Entonces se pensaba que la sal era un material compacto, que daba seguridades contra los riesgos de contaminación. Todavía era poco lo que se sabía sobre la radioactividad y los movimientos ambientales prácticamente no existían. A partir de 1978 Asse dejó de recibir residuos nucleares, pero entonces los problemas no hicieron otra cosa que empezar.
En 1998, comenzó a entrar agua subterránea a las galerías, lo que les dio la razón a los que sostenían que la sal no era tan compacta como se creía y, por lo tanto, la mina no era un lugar seguro para almacenar residuos radioactivos.
Hoy, el gobierno alemán –que este año, después de la catástrofe de Fukushima, anunció que el país abandonará completamente la energía nuclear a más tardar en 2022– no sabe qué hacer con el depósito de Asse. Mientras, gasta al menos 75 millones de euros anuales en una estructura de 300 empleados, 250 de los cuales bajan cada día para extraer el agua que amenaza con inundar la mina y provocar un desastre.
“De acuerdo a los conocimientos actuales, la mejor opción es el rescate de los barriles, porque no podemos garantizar que no suceda un accidente. Pero todavía no es el momento de hacerlo porque no sabemos en qué condiciones están las cámaras y los barriles. Y tampoco hay otro lugar preparado para recibirlos”, dijo Ingo Bautz, de la Agencia Federal de Protección contra la Radiación.
“Lo que necesitamos es que se consiga otro cementerio para los residuos nucleares, que sea una solución para los siglos que vienen, y transparencia informativa, porque durante muchos años se ocultaron los problemas en Asse, ya que ponían en riesgo la continuidad de los proyectos nucleares de Alemania, que indudablemente estaban relacionados con la cuestión militar”, dice Stefan Wenzel, de la Iniciativa Ciudadana contra el Cementerio de Asse, un movimiento de creciente popularidad en la Baja Sajonia.
El movimiento antinuclear alemán tiene una historia de más de 30 años. La amenaza de Asse es hoy su principal bandera, en la primera potencia industrial del mundo que prometió despedirse para siempre de la era atómica.
Fuente: clarin.com
Foto: ENTIERRO. ASÍ MANIPULABAN LOS RESIDUOS RADIACTIVOS, A FINES DE LOS 60.
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Unos 15 sitios en todo el Reino Unido resultaron contaminados por radioactividad proveniente de dispositivos militares de la Segunda Guerra Mundial, de acuerdo con revelaciones divulgadas ayer por el Ministerio de Defensa. Al menos una docena de esos lugares, que incluyen actuales y antiguas bases navales y aéreas, no fueron identificados con anterioridad por la Secretaría castrense. En consecuencia, algunos de ellos son accesibles al público en la actualidad al ser reutilizados bajo la fachada de hogares o pequeños negocios.
Aunque el Ministerio de Defensa asegura que los riesgos son poco claros, la situación resulta más preocupante todavía en la playa escocesa de Dalgety, cercana a un viejo campo de aviación militar. En ese lugar, la contaminación proviene del radio que se utilizaba para recubrir los diales de las aeronaves y de otros equipos para aumentar la visibilidad del avión en la oscuridad. Si bien tales dispositivos, una vez convertidos en basura fueron quemados y tirados en la década de 1940 y 1950 a la zona costera, los desechos son capaces de mantener la radioactividad durante miles de años.
En ese sentido, la comunidad científica advirtió que en caso de no tomarse medidas para limpiar el trecho de costa, la playa podría convertirse oficialmente en el primer tramo de tierra contaminada por radiactivos en Reino Unido. Hasta el momento, el Ministerio de Defensa eludió comprometerse a participar en labores de limpieza por temor a resucitar viejos casos similares sobre radioactividad, estimaron expertos.
En esa postura influyeron también los recientes recortes presupuestarios en el rubro militar, indicaron fuentes al diario The Guardian. Durante los últimos tres meses, 475 puntos de acceso radiactivos fueron descubiertos en la playa cerca de un sendero público y un club náutico. Varios de los hallazgos son suficientes como para causar quemaduras en la piel o para aumentar significativamente el riesgo de padecer cáncer en caso de que un ser humano ingiera alguno de los residuos.
medioymedio.com.ar