La deforestación del Amazonas afecta las precipitaciones en la Argentina


La pérdida de bosque tropical puede afectar a las personas, la economía y la biodiversidad a miles de kilómetros de distancia, según un nuevo estudio.
La deforestación del Amazonas afecta las precipitaciones en todo el continente meridional
Un estudio realizado por los investigadores de la Universidad de Leeds, en Inglaterra, y el Centro de Ecología e Hidrología del Consejo de Investigación Medio Ambiente británico (NERC por sus siglas en inglés), comprobó que la deforestación puede causar una grave disminución de la precipitación en los trópicos, con graves consecuencias para las personas, no sólo en esta región sino en las zonas vecinas.
El aire que pasa a través de grandes áreas de bosque tropical produce por lo menos dos veces más lluvia de lo que se mueve a través de zonas con escasa vegetación. En algunos casos, los bosques contribuyen al aumento de las precipitaciones a miles de kilómetros de distancia, según el estudio publicado en la revista Nature.
Teniendo en cuenta las estimaciones de deforestación en el futuro, los autores afirman que la destrucción de los bosques pueden reducir las precipitaciones en la Amazonía en un 21% para el año 2050 durante la estación seca.
Nuestra investigación, dijo el autor del estudio Dominick Spracklen de la Escuela de la Tierra y Medio Ambiente de la Universidad de Leeds, “sugiere que la deforestación en el Amazonas o el Congo podría tener consecuencias catastróficas para las personas que viven a miles de kilómetros de distancia en los países vecinos”
Impacto en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay
El estudio demuestra la importancia fundamental de la protección de los bosques, según sus autores.
En declaraciones previas a la BBC, el científico José Marengo, especialista en cambio climático del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil, INPE, explicó por qué la selva amazónica afecta tanto a las lluvias en el sur de Brasil, en Argentina, Uruguay y Paraguay.
Los vientos alisios, que vienen desde el Océano Atlántico hasta el continente, arrastran la humedad sobre la América del Sur tropical, es decir, el Amazonas y el noreste de Brasil. Y aparte de la humedad desde el Atlántico, la vegetación amazónica contribuye a un aumento de la humedad a través de procesos de evaporación provenientes de los ríos junto con la transpiración de las plantas.
“Esta humedad es transportada por el viento hacia los Andes, que se desvía hacia el sudeste de América del Sur. Así que algunas de las lluvias que se producen en la cuenca del Río de la Plata, incluyendo el sur de Brasil, de hecho provienen de la Amazonía”, aseveró Marengo.
“Si no fuera por la selva amazónica, el Sur tendría menos humedad y el sur de Brasil como así Paraguay, Uruguay, Argentina, se verían afectados por falta de precipitaciones”.
Desplazamiento de aire
Los científicos han debatido sobre la relación entre la vegetación y la precipitación en las últimas décadas. Se sabe que las plantas devuelven la humedad al aire a través del proceso de evapotranspiración, pero no está claro el impacto de los bosques tropicales en términos de cantidad y distribución geográfica.
Los investigadores analizaron la trayectoria de las masas de aire de diferentes partes de los bosques, utilizando datos satelitales de la NASA sobre la vegetación y la precipitación, y un modelo para predecir los patrones de circulación del viento.
Cuanto mayor es la vegetación sobre la que el aire había viajado, mayor la cantidad de lluvia y humedad producida.
“Las observaciones muestran que para entender cómo los bosques impactan en las lluvias, tenemos que tener en cuenta cómo el aire interactúa con la vegetación durante su viaje de miles de kilómetros”, dijo Stephen Arnold, investigador de la Universidad de Leeds y co-autor del estudio.
“Esto tiene implicaciones importantes para la toma de decisiones cuando se considera el impacto ambiental de la deforestación, ya que sus efectos sobre las precipitaciones puede sentirse no sólo localmente sino a escala continental”.
“Brasil ha hecho algunos progresos en la reducción de las altas tasas de deforestación, y nuestro estudio muestra que este progreso se debe mantener”.
En un estudio anterior, publicado en la revista Nature en enero, mostró que la combinación de la agricultura, la deforestación y el cambio climático están debilitando al ecosistema amazónico, que puede conducir a la pérdida de su capacidad para retener el dióxido de carbono y la generación de lluvia.
El estudio concluye que a pesar de la gran reducción de la deforestación en la Amazonía brasileña (28 mil hectáreas en 2004, a 7 mil hectáreas en 2011), el bosque sigue siendo frágil. 
Agencia Latinoamericana de información http://www.alainet.org

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