Tres voces distintas y seis manos unidas en defensa de la Iniciativa Yasuni-ITT




Entrevista conjunta a Vandana Shiva, Franco Viteri y Alberto Acosta

Los entrevistados provienen de realidades diversas pero marcada por una característica común: su apuesta por la defensa de los derechos de la naturaleza. Reunidos con Decio Machado estuvieron conjuntamente: la científica, escritora y activista social Vandana Shiva proveniente de la India que visitó recientemente el Ecuador; el actual presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE) -estructura amazónica de la CONAIE-, Franco Viteri, activista contra la explotación petrolera en su comunidad de Sarayacu; y el economista, académico e intelectual Alberto Acosta, recientemente elegido como candidato único de las izquierdas para los comicios presidenciales que tendrán lugar en Ecuador el próximo mes de febrero.
-(DM) Vandana, recientemente visitaste por invitación oficial al Parque Nacional Yasuní, considerado como la región de mayor diversidad biológica del mundo. ¿Cuáles son tus sensaciones tras ese viaje?
-(VS) No conocía el Yasuní, agradezco de todo corazón a la secretaria de Estado para la Iniciativa Yasuní-ITT, Ivonne Baki, y al gobierno ecuatoriano su invitación, lo que me ha permitido poder vivir esta maravillosa experiencia.
Básicamente hay tres cosas muy importantes de las que puedo hablar tras volver de allá: primero, la enorme riqueza en materia de biodiversidad existente en el Parque Yasuni; en segundo lugar, el profundo sentido de pureza sagrada que uno siente al estar allí; y por último, la diversidad y  multipiclidad de vida existente en esta zona protegida.
Le agradezco enormemente al pueblo ecuatoriano haber imaginado y generado un proyecto de estas características. La Iniciativa Yasuní-ITT no es solo un proyecto que debe ser defendido por las comunidades indígenas afectadas, las organizaciones ambientales o el conjunto de la sociedad ecutoriana, es un proyecto vital para todo el planeta.
-(DM) Franco, tu acabas de llegar del Parque Natural Yasuní por una ruta diferente a la utilizada por Vandana en su visita. ¿Cómo ves la situación en la que se encuentra el Yasuní en estos momentos?
-(FV) En efecto, acabo de llegar del Yasuni, y debo confesar que vengo mucho más preocupado que antes de viajar para allá. Aunque teníamos información de las actividades en la construcción de infraestructura petrolera que se está realizando en el Bloque 31 y alrededor del parque, una vez allí debo indicarte que el Plan B del gobierno, es decir la lógica que se encamina a la extracción del petróleo en el ITT, está avanzando en el Yasuni. El discurso oficial a nivel internacional es bonito y seductor, el gobierno de Correa dice defender a la naturaleza, el medio ambiente y a los pueblos indígenas, sin embargo la realidad dista mucho del mensaje propagandístico.
-(DM) Alberto, tu eres uno de los impulsores de esta propuesta. ¿Cuéntanos básicamente que es la Iniciativa Yasuní-ITT?
-(AA) Hablamos de una propuesta que supera las visiones sectoriales e incluso la visión nacional. La iniciativa busca mantener el petróleo en tierra en el Parque Nacional Yasuní, a cambio de recursos financieros de la comunidad mundial, propuesta con la que en el año 2007, el Ecuador sorprendió al mundo.
Dicha iniciativa no tiene padre ni gerente alguno, recoge las propuestas de varias personas y organizaciones de la sociedad civil acumuladas en el tiempo, es el producto de un largo proceso de resistencias y luchas de los pueblos indígenas y los colonos de la Amazonía, así como de muchas personas que, desde otras regiones del país, acompañamos consecuentes este proceso.
La Iniciativa Yasuní-ITT constituye un punto de ruptura en la historia ambiental. Supera la etapa de los discursos sin propuestas efectivas, desarrollándose como un paso vigoroso para cuestionar la lógica del desarrollo extractivista, a la par que una opción para construir globalmente el buen vivir, entendido este como la vida en armonía de los seres humanos consigo mismos y con la naturaleza. El proyecto, en concreto, se sustenta en una visión respetuosa de la naturaleza y de las opciones culturales de los pueblos libres en aislamiento voluntario que todavía habitan en ese territorio amazónico.
-(DM) Vandana, ¿te parece viable en el mundo de hoy, sometido al poder de las transnacionales petroleras, la propuesta de dejar el crudo en el subsuelo que conlleva la Iniciativa Yasuní-ITT?
-(VS) Al contrario que el Ecuador, la India es un país inmensamente poblado pero en el que aún dejamos espacio para la subsistencia de los animales que consideramos sagrados en nuestra cultura.
En un mundo interdependiente como en el que habitamos en la actualidad, hemos desarrollado desde la segunda mitad del pasado siglo el concepto de “aldea global” en referencia a la manera en que las nuevas tecnologías de la comunicación han transformando nuestra idea de distancia y nuestra relación con lugares y sociedades lejanas del mundo. Debo indicar que el Yasuní es el corazón de nuestra “aldea global”. Hablar del Yasuní es hablar de algo que va mucho más allá del manejo de parques naturales o de la conservación de la vida animal. Hablar de la Iniciativa Yasuní-ITT es hablar del reconocimiento que hace la Constitución del Ecuador a la Madre Tierra.
En este sentido vale la pena matizar que la Madre Tierra merece de todos nuestros respetos. No somos nosotros los que le damos derechos a la Madre Tierra, es la Madre Tierra la que nos proporciona derechos a nosotros.
La Constitución del Ecuador a través del reconocimiento de los derechos de la naturaleza, ha dado respuesta a más de 500 años de explotación salvaje de los recursos naturales existentes en nuestra naturaleza. La colonización de nuestras tierras se desarrolló sobre el sacrificio de los pueblos autóctonos, de los pueblos indígenas. A partir de ahí se desarrolló la colonización de la naturaleza, de las comunidades indígenas, de las mujeres, de la cultura y del futuro. Todo ello está interrelacionado.
Por lo tanto, en consonancia con la Constitución del Ecuador, la Iniciativa Yasuní-ITT debe seguir adelante, y por lo tanto también, el petróleo existente en su subsuelo del ITT debe mantenerse en él. Trabajaremos firmes para que dicha propuesta tenga éxito a nivel internacional.
Hablar sobre los derechos de la naturaleza, implica hablar sobre la Iniciativa Yasuni-ITT, hablar sobre la descolonización de la naturaleza, y dejar de pensar en la naturaleza como algo que esta muerto. En el mundo globalizado de hoy y ante la depredación a la que está sometido el planeta, estamos obligados a pensar en la descolonización de los pueblos indígenas, la descolonización de la naturaleza y de las mujeres. Debemos descolonizar el futuro, debemos dejar de pensar egoístamente bajo el criterio de que queremos todo para el momento de hoy y empezar a pensar seriamente en las generaciones futuras y en la viabilidad del planeta.
Para mi conocer el Yasuni no fue solo una experiencia sagrada. El Yasuní se convirtió para mi en una universidad de la naturaleza y de la vida, algo que requiere la necesidad de pensar de una forma diferente. Cada cosa que necesitamos, es la naturaleza quien nos la da. Más allá del número de reptiles y pajaros existentes en el Yasuní, estamos hablando de la interconectividad de la vida. El Yasuni representa en realidad la riqueza de la vida frente a la sociedad de consumo y la riqueza material.
-(DM) Franco, el gobierno ecuatoriano promueve para el próximo mes de octubre la Onceava Ronda Petrolera a través de la cual se licitarán al menos doce nuevos bloques petroleros del centro y sur oriente del país. ¿No te parece una contradicción el planteamiento de la Iniciativa Yasuní-ITT con respecto a la afectación ambiental que tendrá en territorio amazónico esta nueva ampliación de la frontera petrolera?
-(FV) Cierto, vivimos efectivamente en una contradicción. Mientras se esboza un discurso ecologista en los ámbitos internacionales, el gobierno del presidente Rafael Correa ha lanzado la XI Ronda Petrolera. Pero primero de hablar de esto, quiero matizar algunas cuestiones al respecto de la Iniciativa Yasuní-ITT.
Dejar el crudo en el subsuelo del Yasuní es una iniciativa gubernamental que ha sido el fruto de la presión de los pueblos indígenas. Tenemos como objetivo en este aspecto, hacer entender a los diferentes pueblos de este mundo que debe dejar de practicar el colonialismo sobre nuestras comunidades.
Si bien en algún momento logramos actuar juntos para la defensa de la Iniciativa Yasuni-ITT, ¿qué nos asegura hoy que los fondos recaudados por esta iniciativa que llegaran al Ecuador no serán utilizados para seguir profundizando una lógica depredadora que irrespeta la naturaleza y a los pueblos indígenas? El actuar cotidiano del gobierno ecuatoriano nos genera muchas dudas e inquietudes en este sentido.
Para nosotros no es tan importante el dinero que se pueda recaudar a través de la Iniciativa Yasuni-ITT como lo es la defensa de la vida. Es desde esa perspectiva, como entendemos la propuesta revolucionaria que se encarna en la Iniciativa Yasuni-ITT. Para nosotros, el objetivo es la defensa de la riqueza natural amazónica, su espiritualidad y nuestras formas de vida tradicionales. Hablamos de una riqueza que no se puede medir en términos cuantitativos, forma parte de nuestra cosmovisión, de nosotras y nosotros mismos. No nos interesa tanto el dinero, a pesar de que lo necesitamos dada los altos porcentajes de pobreza existente en el mundo indígena. La pobreza en el mundo indígena está cuantificada oficialmente en un 60%, algo vergonzoso. Lo que buscamos es que la gente aprenda algo de como nosotros amamos la vida, una vida en la que hombres y mujeres son un elemento mas en el contexto de la naturaleza y por lo tanto pretendemos vivir en armonía con ella.
Volviendo a lo concerniente a la XI Ronda Petrolera, la CONFENIAE ha denunciado recientemente a la opinión pública que la Constitución ecuatoriana y los derechos de los pueblos indígenas han sido atropellados al implementarse irresponsablemente el Decreto Ejecutivo 1247 –emitido el 19 de julio de 2012- correspondiente a la consulta previa, libre e informada para la extracción de hidrocarburos, el mismo que ya está siendo aplicado sin ningún tipo de consulta.
La Declaración de NNUU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, los Tratados, Convenios y Pactos sobre derechos indígenas y colectivos en el marco de los estándares establecidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos no han sido acatados a plenitud por el régimen.
La campaña publicitaria y mediática desplegada por el gobierno en las comunidades amazónicas, así como el proceso de socialización impulsado para promover la XI Ronda Petrolera, utiliza información parcializada hacia los intereses extractivistas, que convierten al pueblo en un simple receptor de información. Los relacionadores comunitarios están haciendo un trabajo de colonización y alienación al transmitir las supuestas bondades de las políticas públicas del Estado a las comunidades ya que es más fácil negociar con las comunidades que han perdido todo.
-(DM) ¿No existe entonces Franco, según tu visión, una consulta real a las comunidades indígenas?
-El Estado ecuatoriano ha reducido la consulta previa, libre e informada a una simple charla de información de socialización de funcionarios de la Subsecretaría de Hidrocarburos que no cumplen los parámetros que determina el Sistema Interamericano pero que si han servido para confundir a la opinión pública y a algunos miembros de las nacionalidades quienes con botiquines regalados por dicha subsecretaría han dado sus rúbricas como es el caso de la comunidad Sápara, quienes están sufriendo la intromisión del gobierno y causando división en su territorio.
Cabe recordar en este sentido, que la Nacionalidad Sápara fue declarada por la UNESCO como “patrimonio oral e inmaterial de la humanidad”. Tememos seriamente la intervención de las fuerzas armadas para llevar adelante la implementación de la XI Ronda Petrolera en las comunidades que se opongan a la extracción de sus recursos naturales.
-(DM) Alberto, explícanos cuales son los orígenes y en que consiste el Plan A y el Plan B del gobierno respecto a la Iniciativa Yasuni-ITT, cual es el estado de las tensiones internas entre los que defienden una posición y otra.
-La Iniciativa ITT, en referencia a las reservas petroleras del corredor Ishpingo-Tambococha-Tiputini, ubicado en el Parque Yasuní y que representa apenas una fracción de este parque, fue asumida oficialmente por el presidente Correa en la sesión del directorio de Petroecuador del 30 de marzo del año 2007. La posición asumida por el presidente Correa zanjó transitoriamente la pugna existente entre el Ministerio de Energía del cual yo era en aquel momento titular, y que proponía dejar el crudo en el ITT a cambio de una compensación económica internacional, y Petroecuador, quien aceleraba subrepticiamente la firma de acuerdos de intención para llegar a la extracción del crudo allá existente.
Desde ese momento se aceptó el Plan A como primera opción, es decir, dejar el crudo represado en tierra, con el fin de no afectar un área de extraordinaria biodiversidad y no poner en riesgo la existencia de varios pueblos en aislamiento voluntario o pueblos no contactados. Esta medida es considerada siempre que la comunidad internacional entregue al menos la mitad de los recursos que se generarían si se opta por la explotación del petróleo, lo cual se valora económicamente en unos 3.600 millones de dólares.
Esta decisión es innovadora y contradijo la lógica dominante en el planeta, la cual se basa en extraer hasta la última gota de crudo de los yacimientos descubiertos en cualquier lugar del mundo.
Mantener el crudo bajo tierra en el campo ITT tiene importantes implicaciones éticas, sociales e incluso económicas, y como bien indica Franco, no todas cuantificables en términos monetarios. En primer lugar, evitaría la extinción de la cultura waorani, cuya subsistencia se ha basado en la caza, recolección y agricultura itinerante. Es un hecho que la actividad petrolera y la permanente y expansiva explotación de los bosques han afectado irreversiblemente a la mayor parte de la población waorani y a otros grupos indígenas. Se trata de salvar a los pocos que quedan a salvo del asedio occidental: los tagaeri, los taromenane y los oñamenane.
Por otro lado, a través de esta propuesta, se evitaría la emisión de unas 410 millones de toneladas métricas de CO2; es decir, ahorraría al mundo el costo de su abatimiento.  Evitaría también los efectos de la deforestación causada por la explotación petrolera. Las reservas de petróleo del ITT se encuentran bajo un territorio que consta de la mayor biodiversidad concentrada del planeta, donde existen al menos 165 especies de mamíferos, 110 de anfibios, 72 de reptiles, 630 de aves, 1.130 de árboles y 280 de lianas, sin contar con innumerables especies de invertebrados todavía no clasificados.
Sin embargo, con el paso del tiempo, el presidente Rafael Correa ha mantenido posiciones inconsistentes y contradictorias respecto a dicha propuesta, ambigüedad que pone en riesgo la Iniciativa Yasuní-ITT. Nos encontramos con que periódicamente se hacen compromisos públicos por el Plan A, al tiempo que se amenaza con desarrollar el Plan B, la explotación del crudo existente en el Yasuní. Esta situación genera dudas en la comunidad internacional, condición que es utilizada por está para no apoyar de forma contundente una iniciativa que coincide en tiempos con una grave crisis económica a nivel internacional.
-(DM) Entiendo Vandana que la riqueza para ti no significa necesariamente dinero. Sin embargo la Iniciativa Yasuní-ITT se soporta sobre aportaciones económicas provenientes de la comunidad internacional. ¿Cómo ves eso?
-Por su puesto que la riqueza no implica necesariamente dinero. En el Yasuni uno puede experimentar la riqueza de la naturaleza. Uno experimenta el bienestar simplemente por el hecho de estar allí. Sin embargo, esto no es así en el mundo de las corporaciones.
Simplemente cruzando el río Napo, ya no se aprecia esa gran riqueza de pájaros y monos, lo que se ve es una gran cantidad de camiones transportando materiales y maquinaría al servicio de la extracción del petróleo.
Uno debe ser fuerte con los valores de su cultura. El Yasuni es fuerte en si mismo, es una fuente de fuerza para la vida, es allí donde esta el valor real de las cosas, lo que se refleja en el valor real de dejar el petróleo en el subsuelo. Yo diría que no podemos darnos el lujo de destruir uno de los pocos lugares del mundo donde la naturaleza y la vida están intactos.
-(DM) En 7 mil millones de dólares cuantifica el gobierno del Ecuador el valor del crudo enterrado en su subsuelo.
-¿Qué son los 7 mil millones de dólares que están enterrados en su subsuelo? Las compañías transnacionales que comercializan semillas genéticamente modificadas -transgénicas- obtienen mucho más de 7 mil millones de dólares de beneficio. Se han gastado mucho más de 70 mil millones de dólares en salvar a los bancos de Wall Street. El dinero que se gastó para salvar a Wall Street carece de valor si se compara ante el  compromiso que tiene que ver con salvar esta riqueza natural. Es un reto que el conjunto de la humanidad debe asumir, es parte de la lucha por la vida.
Y por otro lado, yo confió que sea la sociedad del Ecuador sea quien asuma el compromiso de dejar el petróleo en el subsuelo del Yasuni. Yo personalmente asumo el rol de impulsar la iniciativa internacional del Yasuni, y acepté hace unos días la propuesta realizada por la Secretaria de Estado Ivonne Baki de ejercer como embajadora de buena voluntad para recaudar fondos que den viabilidad a la iniciativa. La Iniciativa Yasuní-ITT lleva al Ecuador al centro de los derechos de la naturaleza a nivel internacional.
-(DM) Ecuador en la actualidad extrae unos 500 mil barriles de petróleo diario y se pretende ampliar la extracción a través de explotación de nuevos campos. Paralelamente el pasado 8 de marzo se firmó la primera concesión para minería a gran escala en una zona altamente sensible con la transnacional china ECSA, y en la actualidad se modifica la legislación para facilitar la firma de una nueva concesión en ese territorio con una empresa de similares características llamada Kinross. Sin embargo, la agenda estratégica nacional, así como el Plan Nacional del Buen Vivir y la propia Constitución hablan de avanzar a una sociedad postextractivista. ¿Te parece que esa es la hoja de ruta para llegar a una sociedad postextractivista Vandana?
-(VS) Pienso que el extractivismo actual es una contradicción a todo lo escrito en la Constitucion del Ecuador. La Constitución debería ser la línea base sobre la cual se define el paradigma para el buen vivir y la conformación de una futura sociedad posextractivista.
Debemos pensar en que no siempre tendremos recursos para educación, salud y demás cuestiones a través de la explotación de recursos naturales, tenemos que renovar la economía de los países. Veamos en Ecuador cuales son los daños causados por Chevron Texaco y cuales son sus consecuencias, y ahora pensemos que aunque la Chevron pagase todos los daños que ha causado nada será igual ya en las zonas que contaminaron.
En la actualidad las comunidades indígenas son consideradas como culturas primitivas, sin embargo pienso que son ellos los que nos van a dar el camino para seguir adelante. Debemos superar el concepto por el cual las corporaciones son consideradas en decremento de los ciudadanos, entendiendo que estas son las que nos van a generar el dinero que necesitamos.
Tenemos que dirigirnos hacia los derechos de la naturaleza, esa es la gran valía de proyectos como la Iniciativa Yasuní-ITT, debemos caminar hacia una nueva ideología.
-(DM) Franco, ¿cómo se llega a lo que nos plantea Vandana?
-(FV) Para nosotros, los pueblos indígenas, visualizamos el desarrollo desde una perspectiva diferente. Nosotros no tenemos muchas cosas, pero lo más importante para nosotros es estar al aire libre, y sentirnos en contacto con la naturaleza y formar parte ella, así como cultivar la convivencia comunitaria y familiar.
Observamos cosas ridículas que se hacen en nuestro territorio, como el hecho de que se esté construyendo una ciudad del milenio en Pañacocha minusvalorando el conocimiento ancestral y las formas de vida locales. Se mete cemento en la selva y otros materiales constructivos nocivos y alejados de nuestra cultura, tradición y formas de vida. Seguimos viviendo la prevalecencia del pensamiento único. En la selva el pensamiento es diverso, y exigimos el respeto a nuestra cultura, nuestras formas de vida y organización social. Trabajemos con sentido común y razón.
-(DM) Alberto, ¿Cuál es la propuesta en este momento para salvar el Yasuní-ITT?
-Una vivencia en el Yasuni nos da una nueva forma de entender la vida. Todos los habitantes del país deberían poder visitar alguna vez el Parque Nacional Yasuni para entender que todos los seres vivos tienen una razón de ser.
Hace cuarenta años comenzó la actividad petrolera en Lago Agrio, nombre por cierto que proviene del primer pozo petrolero de la Texaco en la región. Un agosto de 1972 comenzamos a exportar petróleo y pensamos que todos los problemas se iban a resolver exportando petróleo. Estábamos a las puertas del desarrollo se nos decía, algo parecido a lo de hoy. Tras 4.500 millones de barriles de petróleo extraídos en 40 años, Ecuador de no se ha desarrollado y las provincias amazónicas son las mas pobres del país. ¿Porque repetir lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes?
Lo interesante de la Iniciativa Yasuní-ITT es que nos abre la puerta a buscar soluciones para toda la humanidad. Ya no se trata de recibir fondos en base a una compensación, se trata de responsabilidades compartidas pero diferenciadas. Todos debemos proteger a la naturaleza, pero hay unos que tienen mayor responsabilidad en la situación actual de deterioro en el planeta que otros. Vamos a requerir no solo un Yasuní, sino dos, tres, cinco, diez y mil Inicitivas Yasuní-ITT para defender al planeta.
Debemos entonces inventar una nueva opción, el Plan C: vamos a defender el Yasuní aunque no tengamos un solo dólar. Debemos transformar al Yasuni en una herramienta para grandes transformaciones internacionales. Pero para ello necesitamos un gobierno coherente que no se desdiga permanentemente y que además actúe consecuentemente con sus objetivos. No se puede explotar el petróleo en el Bloque 31, el cual está al interior del Yasuní y pone en riesgo al conjunto del ITT. Además se debería llegar a acuerdos con el Perú para ampliar la zona protegida hacia el país vecino.
La Amazonia ha sido nuestra zona de colonización, ha sido la periferia de la periferia. No podemos seguir tratando a la Amazonia como el patio trasero de la Republica. Para ello debemos desmercantilizar la naturaleza, debemos ver el verde de los árboles y no el verde los dólares en el Yasuní. La Iniciativa trata de construir un esquema de justicia ecológica global, para ello, el factor fundamental no esta basado en la lógica del dinero.
-(DM) ¿Cómo ves Alberto la Onceava Ronda Petrolera?
-La XI Ronda Petrolera no es más que la continuidad de la lógica extractivista del actual gobierno. Generará graves conflictos sin tener siquiera una gran expectativa económica de extracción de petróleo. Se estima entre 100 y 120 millones de barriles de petróleo lo contenido en el subsuelo correspondiente a los pozos implicados en la XI Ronda Petrolera, mientras que en el subsuelo del Yasuni hablamos de entre 850 y 900 millones. Desde un punto de vista social, todas las comunidades indígenas serán afectadas. Y desde la perspectiva ambiental, destruir en centro sur de la amazonia es algo que no nos van a perdonar nuestros hijos ni nuestros nietos.
-(DM) ¿Algo que añadir Vandana? 
-(VS) Quiero indicar que efectivamente, se debe replicar la Iniciativa Yasuní-ITT, evitar que los ríos y mares se contaminen y que los últimos bosques sean destruidos. Debemos trabajar para luchar contra las semillas genéticamente modificadas, y luchar contra el poder de las corporaciones. A su escala, cada semilla libre es igual a un Yasuní.


Entradas populares de este blog

Francia: ‘Mi orina contiene glifosato, ¿y la tuya?’ Denuncia contra el polémico herbicida

Sobre transgénicos, semillas y cultivos en Latino América

Antártida: qué países reclaman su soberanía y por qué