Patagonia Argentina: “Bienvenido al mundo de la incertidumbre”


Por Romano Paganini

Peleas, hambre, guerra y una sensación dentro de nuestros cuerpos, de que algo está cambiando. Grifen Hope, huertero y constructor, sobre el por qué del mundo actual y el cómo se puede generar una cultura de transición. Cuando Grifen Hope da una charla, lleva a sus oyentes al fondo del mar y a las eternidades del cielo. Los hace bailar, reflexionar, cuestionar, reír y los deja al final con la sensación, de que se puede vivir en harmonía con la naturaleza y por lo tanto, consigo mismos.
Se puede.

Pero primero, eso también deja en claro el padre de dos hijos, hay que ver la realidad en la que estamos viviendo. Hay que conocer el paradigma actual y lo que ha generado en nuestras sociedades occidentales consumistas. Lo que se siente en 2014 no es ni más ni menos que una crisis socio-económico-energético-alimentaria-moral-cultural. O como dice Grifen: una crisis espiritual. “Vivimos en la época más violenta desde la segunda guerra mundial y para superarla, tenemos que activar el genio colectivo de nuestros pueblos, de nuestras comunidades.”
Así lo dijo el Neozelandés de 37 años durante la charla “Aprendizaje transformativo en acción” en el encuentro Bio-Construyendo* a principios de Marzo en El Bolsón, Patagonia Argentina. Unos días después, entre el desayuno y un taller sobre huertas orgánicas, dictado por él, profundiza su visión y habla del propio cambio, qué tuvo que hacer, para llegar a donde está hoy en día.
Grifen Hope, ¿cómo se cambia un paradigma? Primero hay que entender ¿qué es un paradigma? Un paradigma es un marco mental, una estructura grande que compartimos entre nosotros. Está compuesta por lo que podemos ver, lo que conocemos y lo que hacemos. Es decir lo que llamamos vida cotidiana.
Claro. Se han instalado muchas normas sociales y cuentos, que los tenemos dentro de nuestros cerebros y sin estar conscientes los repetimos generaciones tras generaciones. Por eso vivimos en un mundo híper-industrial y por eso tenemos tantas huevadas en la cabeza. Veo muchos malos entendidos, mucha confusión y somos muy violentos con nuestras palabras. Quizás haga falta una crisis profunda, para que una mayoría se empiece a despertar.
Es cierto: Muchas veces empieza el cambio con una crisis o un choque, en donde uno se da cuenta, que el mundo exterior y el mundo interior está en contradicción. Puede ser también una perturbación o un impulso desde afuera como este evento mismo (el Bio-Construyendo). Mucha gente que esta acá se está encontrando por primera vez un su vida con una sensación de familia, de comunidad, de amor y de felicidad. Se encuentran con algo que es nuevo y por lo tanto extraño.
Un espíritu, que no es fácil de conservar después en la vida cotidiana. No es para nada fácil, porque volvemos a nuestras casas, a nuestros trabajos, nos encontramos con nuestras familias y ellos dicen: Vos estás loco. Lo que vos querés vivir, no es posible. ¿Un choque para los demás?
Para los demás y también para los que vienen con estas nuevas visiones e ideas. Después del Bio-Construyendo se dan cuenta, como está armado el mundo. De ahí en más, uno puede empezar a jugar con el cambio, con los nuevos roles, actitudes, comportamientos hasta que se manifiesta en la vida cotidiana – tanto en los pensamientos, como en las acciones y por lo tanto en los valores. Creo que una vez prendido el switch, no se puede apagar. No hay vuelta atrás. El ser humano necesita reconciliarse con la coherencia entre lo que piensa, lo que sienta y lo que hace.
¿Cómo se activa ese espíritu, si se está atrapado en la vida cotidiana? Ese espíritu tiene sus raíces en la cristiandad. El mensaje de Cristo fue muy bonito. No tenemos que buscar mucho más allá porque el mensaje de Cristo dice lo mismo que los mensajes de Buddha, de los musulmanes y de casi todas las religiones. Entonces ese pensamiento no está tan lejos de la gente del mundo. Ya existe una base. Una base espiritual.
Si, sólo hay que tomar el bastón de nuestros antepasados que ya han hecho un gran trabajo. Al final somos todos uno. Yo soy parte de algo más grande, que existe, que está vivo. Y si no vivo en comunión con esa cosa más grande, estoy dominando por el ego, que en el fondo actúa como un cáncer. Las jerarquías como están armadas hoy día no están consistentes con un mundo vivo y sus recursos finitos. Si queremos evolucionar, necesitamos un nuevo entendimiento de nuestra creación del planeta, una nueva cosmovisión.
Son procesos largos.
Tenemos que aceptar que el cambio no es para nada rápido. Va a demorar. Se dice que la curva de la industrialización hasta su pique, en cual estamos viviendo ahora, duró más o menos 500 años y va a demorar 500 años más, hasta que se pueda vivir de nuevo en una civilización en harmonía con la naturaleza.
¿Quién dice eso?
Todas las teorías del pico de petróleo y también David Holmgreen de la Permacultura. Sabemos que hay un ritmo en la naturaleza, es un pulso, como una respiración. Son ciclos grandes. Pero como hay mucha gente en el mundo que siente que algo está cambiando, empieza a reconciliarse con ese conflicto interno.
¿Cómo lo hiciste vos?
Yo fui un joven muy enojado. Nacido en una comunidad de hippies en Nueva Zelanda me encontré fuera de esa comunidad con una sociedad de individualistas y con un mundo de competencia. Fue un choque grande. Estaba con rabia, pena, tristeza. Pensaba que el mundo no podía ser así, ¡no quiero ser parte de ese mundo! Tenía 15 años empecé con alcohol, drogas, sexo. Escapes. Durante muchos años yo mismo no tenía claro lo que necesitaba. Recién pisando los 30 encontré mi camino.
¿Con algo concreto?
Con la llegada a Sudamérica, ocho años atrás. No me podía comunicar en mi lengua. Me faltaba mi cultura, mi identidad. Los primeros dos años fue como una búsqueda de mi identidad. ¿Quién es Grifen? Me sentí muy extraño. Pero después de ese tiempo reformulé quien soy y hoy día me siento muy cómodo con la incertidumbre, con la complejidad y la grandeza de la tarea que tenemos.
¿La tarea de cambiar el mundo?
La tarea de desarrollar una cultura de transición. Es un camino largo, pero yo tengo un papel y voy a seguir. Con lo que yo conservo en mi vida – los principios, la ética, la práctica, la enseñanza, empoderar otras personas – contagiar a otras personas para así ir multiplicando ese espíritu. Lo más importante es lo que pasamos a nuestros hijos, porque lo que ellos van a sentir y adsorber de nosotros es lo que ellos van a conservar en sus vidas.
¿Una cultura de transición desde un sistema enfermo hacia una vida en harmonía con nuestro entorno?
Exactamente. Paso por paso hay que bajar nuestro consumo de energía, o el consumo en general. Somos muy diversos, hay mucha gente muy atrás en el camino y mucha gente que está muy adelante. Necesitamos movernos todos, paso por paso. No podemos saltar de repente a la sustentabilidad.
¿Cómo te transformaste vos?
Nosotros estuvimos durante cuatro años luchando contra el ingreso de los transgénicos a Nueva Zelanda. Luchamos, enseñamos, mostramos – y perdimos. El gobierno dijo, que no es tan importante lo que piensan los ecologistas sino el crecimiento económico. Eso fue una gran frustración.
¿Valió la pena la protesta?
Si, la contra es muy importante. Es válido luchar contra Monsanto. Pero hoy necesitamos otras cosas que son en Pro de la vida, en Pro de la polinización abierta, en Pro de lo orgánico.
Es decir un cambio paradigmático dentro tuyo, desde el indignado hacia un luchador a favor de la vida.
Si, a favor de algo. Uso mucho el dicho de Einstein que dijo: “No podemos resolver las problemas de este mundo enfermo con el mismo pensamiento.” Porque al final siempre vamos a recrear un capitalismo verde. Quizás es un paso en una buena dirección, pero no es suficiente. Necesitamos algo más. Necesitamos ignorar el sistema actual hasta su muerte, mientras construimos una nueva realidad.
¿Y cuál sería la filosofía de esa nueva realidad?
La Permacultura tiene mucho para ofrecer en ese sentido. Empezamos con éticas: Cuidar las personas y la tierra, limitar nuestro consumo y compartir nuestros excedentes. Podemos ver que estas tres éticas son la base de todas las culturas tradicionales que tenían una relación en harmonía con su entorno. Nosotros no somos el fin de la evolución. Necesitamos evolucionar.
Creo que a nivel mundial estamos en un punto crítico y solo hay dos caminos:
El Si o el No.
Suena como en la película Matrix, donde el protagonista tiene que elegir entre la pastilla roja y la azul. El switch que mencionaste antes. Estamos justo en eso. Hay muchas voces en el mundo tirando en muchas direcciones. Hay mucha gente que quiere que el pueblo diga que no. Quieren mantener el estatus quo, porque es muy cómodo para ellos. La riqueza fluye hacia ellos, tanto como el poder. Quieren mantenernos en un estado de estupidez de consumismo.
Entonces: Azul o roja, Si o No.
Necesitamos que la gente diga que sí. Si que puedo cambiar mi mundo, mi familia, mi comunidad.
No sé, a donde llegaríamos con un Si...
... yo tampoco. ¡Bienvenido al mundo de la incertidumbre! No hay maestros de este camino, Gurús, que te pueden entregar el saber. Es un camino propio, de cada uno. Un trabajo por afuera y por adentro, usando cabeza, manos y corazón. Con estos tres movemos los paradigmas.

* Bio-Construyendo es un encuentro de “bioconstrucción, permacultura, agricultura orgánica, arte y espiritualidad”, que este año se organizó en El Bolsón, Patagonia Argentina. Más que 100 personas participaron en los talleres, cursos y charlas con el objetivo de conocer un poco más sobre la filosofía de la Permacultura. Algunos de los talleristas con los que contó el encuentro fueron Carlos Placitelli, Fernando Pia, Nena Alava y Grifen Hope. “La idea del Bio-Construyendo es empoderar a la gente”, dice Paulina Avila, una de las fundadoras del encuentro. Muchas veces estamos buscando afuera, queremos a alguien que nos enseñe, pero todos tenemos la información dentro. “Esperamos poder activar las capacidades ocultas de cada uno”, dice Avila. “Porque al final, todos queremos vivir en un mundo de paz y por eso la gente tiene que ser líder de sus propias vidas y empezar a creer en sus Dones.”

Ecoportal.net

Entradas populares de este blog

Francia: ‘Mi orina contiene glifosato, ¿y la tuya?’ Denuncia contra el polémico herbicida

Sobre transgénicos, semillas y cultivos en Latino América

Antártida: qué países reclaman su soberanía y por qué