España: El incendio de Doñana causó un grave desastre ecológico
“Ya han aparecido los 13 linces ibéricos que no pudieron ser enjaulados, ante la premura de la evacuación, con las llamas en las puertas de El Acebuche, falleció una hembra por estrés y la zona que se calcinó era justamente la que WWF viene denunciando hace años, que podría arder y poner en peligro al Parque.”
Los linces de El Acebuche El Acebuche es un Centro de Cría y Protección del Lince Ibérico (Lynx pardinus), endémico de la península Ibérica, cuyo estatus es “en peligro de extinción”, según la Lista Roja de UICN y se considera una especie protegida. En este centro se procede a cuidar linces que hayan tenido alguna problemática, se trata de criar nuevas camadas y es un paso previo a la reintroducción a la naturaleza de diversos especímenes de linces ibéricos. El fuego finalmente quedó a unos 5 km del Centro.
Los linces de El Acebuche El Acebuche es un Centro de Cría y Protección del Lince Ibérico (Lynx pardinus), endémico de la península Ibérica, cuyo estatus es “en peligro de extinción”, según la Lista Roja de UICN y se considera una especie protegida. En este centro se procede a cuidar linces que hayan tenido alguna problemática, se trata de criar nuevas camadas y es un paso previo a la reintroducción a la naturaleza de diversos especímenes de linces ibéricos. El fuego finalmente quedó a unos 5 km del Centro.
Cuando se desató el incendio y con el fuego casi encima, los responsables del centro lo tenían todo preparado para evacuar a cuantos animales les fuera posible, comenzando por los cinco cachorros y sus madres, el problema fue que en la hora y media con la que contaban antes de tener que abandonar el recinto, solo pudieron meter en los trasportines a 14 de los 27 linces que se encontraban allí. Para que los otros 13 que quedaban no se vieran afectados por el fuego, se dejaron abiertas las puertas del recinto, en tanto que el resto del personal procedió a aplicar los protocolos de emergencia y a retirar a los animales enjaulados en cuanto les dieron la orden de desalojar el Centro. Esta evacuación se hizo en camionetas 4X4 de la policía local y en turismos tratando de respetar todas las pautas de traslado (dos trasportines por vehículo) y velando en todo momento por la seguridad de los animales. Una de las hembras, llamada Homer que había parido a dos cachorros hacia una semana y no veía por uno de sus ojos, fue llevada a la Comisaría de Matalascañas y allí fue donde el personal se percató que el animal había fallecido debido al estrés provocado por la situación. Los linces que se dejaron sueltos ya fueron recuperados y se encuentran en buenas condiciones, aunque lógicamente afectados por la situación vivida. Las crías de Homer están en perfectas condiciones y en breve se les pondrá nombre. Las denuncias de WWF WWF señala que las pérdidas ambientales que se han producido por este incendio eran perfectamente evitables. Hace ya muchos años que la organización viene denunciando el grave riesgo que corren los pinares de Doñana, a causa de su caótico estado. Ya habían definido a la zona afectada como un “auténtico polvorín” debido entre otras razones, a la enorme cantidad de tendidos eléctricos, la proliferación de pozos y cultivos de fresas ilegales y las diversas actividades que se llevan a cabo en la denominada “corona forestal” de Doñana. También adviertes que, si bien resulta precipitado sacar conclusiones, la organización vigilará los pasos que se den para esclarecer las causas del incendio y si hiciera falta se personarán en cualquier proceso del tipo judicial, que se abra en relación con este grave desastre ecológico.
Fuente: Naturaleza
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El incendio de Huelva comenzó en los despachos
David Bollero
Fuente: Naturaleza
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El incendio de Huelva comenzó en los despachos
David Bollero
Hoy tod@s nos lamentamos sobre el terrible incendio que se está viviendo en Huelva, amenazando el Parque Nacional de Doñana y toda su riqueza natural. Hoy, mientras miramos horrorizados cómo todavía luchan los bomberos por extinguir un fuego que todo indica que fue provocado, olvidamos que este incendió se inició en los despachos de nuestros representantes políticos.
En los últimos años, la Junta de Andalucía ha ido recortando la plantilla de agentes forestales y de plantilla del Plan Infoca. A veces, con un goteo, que casi no se percibe, como cuando se redujo a la mitad el dispositivo de agentes forestales para los fines de semana, pasando de patrullar por parejas a individualmente. Otras, con auténticos tajos a los efectivos de una plantilla envejecida para la que los sindicatos al fin consiguieron jubilaciones anticipadas para iniciar el proceso de renovación.
Hace años, incluso, desde la Junta se emitió una orden que impedía a los agentes de medio ambiente presentar denuncias en el Registro General o, lo que es lo mismo, impedía que quedara constancia de las mismas, quizás, por si hubiera alguna que no interesara, que ésta se pudiera traspapelar. Un despropósito. Quizás para que no perjudicara a empresas como Gas Natural Fenosa, a la que el Gobierno de Susana Díaz permite construir su almacén de gas en pleno Doñana.
Más recientemente, los recortes afectaban al combustible. Desde la Asociación de Agentes de Medio Ambiente de Andalucía denunciaban cómo la reducción de combustible impuesta desde la Junta no les permite realizar con normalidad su cometido. Según indicaban, a los recortes aplicados en meses anteriores en la partida para el combustible se ha sumado una adicional de 66% en la partida para el parque móvil, cuyas condiciones no son las más óptimas en muchos casos.
No es un situación que únicamente se dé en Andalucía; sucede en la práctica totalidad del territorio nacional, sujeto a una deleznable Ley de Montes made in PP, que no sólo abrió la puerta a la posibilidad de construir en zonas incendiadas, sino que sumergía a los agentes forestales en la más absoluta inseguidad jurídica.
Aquella ley limitaba la condición de estos agentes como policía judicial lo que, a efectos prácticos, imposibilita su actuación frente a los delitos medioambientales. Tras la aprobación de aquella ley, los agentes forestales únicamente intervienen “de forma auxiliar con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”, lo que a todas luces complica la persecución de delitos medioambientales.
¿Qué se perseguía con esta ley que entonces afectaba a cerca de 6.000 agentes forestales -que habían tenido que aprobar una oposición? Privatizar la gestión del medio natural, ni más ni menos. Todo es un negocio, incluida la naturaleza. Como ya sucede en las cárceles, por ejemplo, el sector de la seguridad privada hace años que se frota las manos viendo cómo llenarán sus bolsillos con el monte.
Mientras, las llamas los devoran todo porque, entre los recortes y la precarización de las condiciones laborales de los agentes forestales, es imposible vigilar el monte en condiciones, mantenerlo como es debido para que los cortafuegos estén despejados. Hoy lamentamos esta catástrofe medioambiental. Ojalá la misma cobertura mediática, las mismas conversaciones de bar, los mismos clics de ratón se hubieran dado cuando el incendió se inició en los despachos. A ver si de este modo despertamos y aprendemos a poner remedio antes de que el problema no tenga solución. Y no hablo ahora de incendios forestales, sino de auténticos incendios sociales que nos achicharran todos los días.
Fuente: http://blogs.publico.es/david-bollero/2017/06/26/donana/-Imagen: La Verdad
En los últimos años, la Junta de Andalucía ha ido recortando la plantilla de agentes forestales y de plantilla del Plan Infoca. A veces, con un goteo, que casi no se percibe, como cuando se redujo a la mitad el dispositivo de agentes forestales para los fines de semana, pasando de patrullar por parejas a individualmente. Otras, con auténticos tajos a los efectivos de una plantilla envejecida para la que los sindicatos al fin consiguieron jubilaciones anticipadas para iniciar el proceso de renovación.
Hace años, incluso, desde la Junta se emitió una orden que impedía a los agentes de medio ambiente presentar denuncias en el Registro General o, lo que es lo mismo, impedía que quedara constancia de las mismas, quizás, por si hubiera alguna que no interesara, que ésta se pudiera traspapelar. Un despropósito. Quizás para que no perjudicara a empresas como Gas Natural Fenosa, a la que el Gobierno de Susana Díaz permite construir su almacén de gas en pleno Doñana.
Más recientemente, los recortes afectaban al combustible. Desde la Asociación de Agentes de Medio Ambiente de Andalucía denunciaban cómo la reducción de combustible impuesta desde la Junta no les permite realizar con normalidad su cometido. Según indicaban, a los recortes aplicados en meses anteriores en la partida para el combustible se ha sumado una adicional de 66% en la partida para el parque móvil, cuyas condiciones no son las más óptimas en muchos casos.
No es un situación que únicamente se dé en Andalucía; sucede en la práctica totalidad del territorio nacional, sujeto a una deleznable Ley de Montes made in PP, que no sólo abrió la puerta a la posibilidad de construir en zonas incendiadas, sino que sumergía a los agentes forestales en la más absoluta inseguidad jurídica.
Aquella ley limitaba la condición de estos agentes como policía judicial lo que, a efectos prácticos, imposibilita su actuación frente a los delitos medioambientales. Tras la aprobación de aquella ley, los agentes forestales únicamente intervienen “de forma auxiliar con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”, lo que a todas luces complica la persecución de delitos medioambientales.
¿Qué se perseguía con esta ley que entonces afectaba a cerca de 6.000 agentes forestales -que habían tenido que aprobar una oposición? Privatizar la gestión del medio natural, ni más ni menos. Todo es un negocio, incluida la naturaleza. Como ya sucede en las cárceles, por ejemplo, el sector de la seguridad privada hace años que se frota las manos viendo cómo llenarán sus bolsillos con el monte.
Mientras, las llamas los devoran todo porque, entre los recortes y la precarización de las condiciones laborales de los agentes forestales, es imposible vigilar el monte en condiciones, mantenerlo como es debido para que los cortafuegos estén despejados. Hoy lamentamos esta catástrofe medioambiental. Ojalá la misma cobertura mediática, las mismas conversaciones de bar, los mismos clics de ratón se hubieran dado cuando el incendió se inició en los despachos. A ver si de este modo despertamos y aprendemos a poner remedio antes de que el problema no tenga solución. Y no hablo ahora de incendios forestales, sino de auténticos incendios sociales que nos achicharran todos los días.
Fuente: http://blogs.publico.es/david-bollero/2017/06/26/donana/-Imagen: La Verdad