Las razones profundas de los socavones del mar Muerto
• La mala gestión de los recursos hídricos está provocando que el mar Muerto retroceda a un ritmo de un metro por año
• La retirada de las aguas deja a su paso un rastro de devastación, en forma de socavones
Lorena Farràs Pérez
El mar Muerto, un ecosistema único en el mundo, lleva al menos 100 años perdiendo terreno. Este retroceso se ha acelerado en las últimas décadas, hasta el actual ritmo de un metro por año. El problema es resultado de la escasez de agua en la zona y de un clima cada vez más árido como consecuencia del cambio climático. Los afluentes naturales del Mar Muerto están siendo desviados para fines agrícolas y para conseguir agua potable, necesaria para una población creciente. Además, el agua también es bombeada para ayudar a mantener las piscinas que se sientan fuera de los hoteles de spa que atraen a turistas de todo el mundo.
A medida que el Mar Muerto retrocede va dejando un rastro de devastación, en forma de enormes socavones. “Al bajar el nivel del mar, queda expuesta una gran capa de sal. Cuando llueve, la precipitación de agua dulce disuelve esas sales y llega un momento en que el suelo colapsa, creando unos socavones de hasta 100 metros de diámetro y 50 de profundidad”, explica Daniel García-Castellanos, investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera.
García-Castellanos visitó recientemente la zona del mar Muerto en el marco de un encuentro organizado por la EU Cost Action (European Cooperation in Science & Technology). “Había estado hace 18 años y donde solía estar la playa de un hotel, ahora había socavones debido a un descenso del nivel del mar de 20 metros”, explica. Se estima que hay 6.500 socavones donde antes había agua. Se forman a razón de aproximadamente uno por día, pero no hay forma de predecir cuándo y cómo aparecerá uno nuevo.
El problema tiene difícil solución. “Sería necesario reestablecer el flujo de agua hacia el mar, lo cual es complicado”, advierte el científico. Para más inri, la política en Oriente Medio –el mar Muerto limita con Israel, Cisjordania y Jordania- es como poco compleja. Pero siempre hay quien ve el vaso medio lleno.
El geólogo y consultor medioambiental Eli Raz, quien lleva estudiando estos socavones 17 años, plantea organizar visitas turísticas a la zona para generar conciencia sobre la crisis del mar Muerto, según publica la BBC. Eli Raz cree que pueden obtenerse enseñanzas positivas y propone también sacar un beneficio económico para la zona.
• La retirada de las aguas deja a su paso un rastro de devastación, en forma de socavones
Lorena Farràs Pérez
El mar Muerto, un ecosistema único en el mundo, lleva al menos 100 años perdiendo terreno. Este retroceso se ha acelerado en las últimas décadas, hasta el actual ritmo de un metro por año. El problema es resultado de la escasez de agua en la zona y de un clima cada vez más árido como consecuencia del cambio climático. Los afluentes naturales del Mar Muerto están siendo desviados para fines agrícolas y para conseguir agua potable, necesaria para una población creciente. Además, el agua también es bombeada para ayudar a mantener las piscinas que se sientan fuera de los hoteles de spa que atraen a turistas de todo el mundo.
A medida que el Mar Muerto retrocede va dejando un rastro de devastación, en forma de enormes socavones. “Al bajar el nivel del mar, queda expuesta una gran capa de sal. Cuando llueve, la precipitación de agua dulce disuelve esas sales y llega un momento en que el suelo colapsa, creando unos socavones de hasta 100 metros de diámetro y 50 de profundidad”, explica Daniel García-Castellanos, investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera.
García-Castellanos visitó recientemente la zona del mar Muerto en el marco de un encuentro organizado por la EU Cost Action (European Cooperation in Science & Technology). “Había estado hace 18 años y donde solía estar la playa de un hotel, ahora había socavones debido a un descenso del nivel del mar de 20 metros”, explica. Se estima que hay 6.500 socavones donde antes había agua. Se forman a razón de aproximadamente uno por día, pero no hay forma de predecir cuándo y cómo aparecerá uno nuevo.
El problema tiene difícil solución. “Sería necesario reestablecer el flujo de agua hacia el mar, lo cual es complicado”, advierte el científico. Para más inri, la política en Oriente Medio –el mar Muerto limita con Israel, Cisjordania y Jordania- es como poco compleja. Pero siempre hay quien ve el vaso medio lleno.
El geólogo y consultor medioambiental Eli Raz, quien lleva estudiando estos socavones 17 años, plantea organizar visitas turísticas a la zona para generar conciencia sobre la crisis del mar Muerto, según publica la BBC. Eli Raz cree que pueden obtenerse enseñanzas positivas y propone también sacar un beneficio económico para la zona.
El mar Muerto retrocede a un ritmo de un metro al año (Daniel García-Castellanos)
La zona devastada tiene un gran atractivo turístico. Eli Raz la describe como de una belleza “maravillosa”. Sin embargo, el científico advierte que es necesario habilitar zonas de acceso seguro para permitir visitarlas. Sería una manera de enseñarle al mundo lo que está ocurriendo y de reactivar el turismo en la zona. En los últimos años se han tenido que cerrar dos de las playas más turísticas de la zona y el resort Mineral Beach por el desecamiento del mar y los socavones, publica la BBC.
La salinidad del mar muerto es casi un 25% mayor que la de los océanos debido a que este mar –que en realidad es un lago- no tiene desembocadura. Sus aguas son incompatibles con la práctica totalidad de las formas de vida y sólo albergan algunos microrganismos capaces de sobrevivir en ambientes salinos. Su superficie es el punto más bajo del planeta, a unos 430 metros bajo el nivel del mar. Tiene unos 80 km de largo y un ancho máximo de unos 16 km.
Evolución del mar Muerto en las últimas décadas (WP)
Fuente: http://www.lavanguardia.com/natural/20180225/441001479129/mar-muerto-agua-socavones-devastacion.html