Colapso asegurado: Creerás que se trata de un relato ficticio, pero no.

Nature.com ha publicado el 6 de mayo de 2020 un artículo científico titulado "Deforestación y sostenibilidad de la población mundial: un análisis cuantitativo"(*). En él se analiza con modelos matemáticos la deforestación y consumo de energía actuales junto con el crecimiento de la población en el mundo, concluyendo que: “Con base en las tasas actuales de consumo de recursos y la mejor estimación de la tasa de crecimiento tecnológico, tenemos una probabilidad muy baja, menos del 10% en la estimación más optimista, de sobrevivir sin enfrentar un colapso ecológico y social catastrófico.”

Se afirma en el resumen inicial del artículo que “evaluamos la probabilidad de evitar la autodestrucción de nuestra civilización”, con el sorprendente resultado de que, siguiendo el rumbo que llevamos, no han encontrado en el análisis matemático realizado ninguna posibilidad que haya alcanzado el 10% de probabilidad de evitarlo. Es decir que, según el estudio, siguiendo el ritmo de producción y consumo actuales tenemos una probabilidad algo superior al 90% de vivir un “colapso catastrófico” a nivel civilizatorio. En las conclusiones finales añaden: “Los cálculos muestran que, manteniendo la tasa existente de crecimiento demográfico y consumo de recursos, en particular el consumo de bosques, nos quedan unas pocas décadas antes de un colapso irreversible de nuestra civilización”. De dos a cuatro décadas, dicen seguidamente.
Basta recordar que entre las principales conclusiones del proyecto MEDEAS (https://medeas.eu/) impulsado entre otros por el Grupo de Energía, Economía y Dinámica de Sistemas de la Universidad de Valladolid (https://geeds.es) y el ICM-CSIC y financiado por la Unión Europea, cabe destacar que: “El escenario BAU [Business As Usual, seguir como siempre, tal como vamos] muestra un aumento de las emisiones y una recesión permanente a partir de los años 2035–2040.” Estas conclusiones publicadas en 2019 pueden leerse al completo en este enlace: https://medeas.eu/system/files/documentation/files/Medeas%20Brochure%20Spanish.pdf.
También informaba EuropaPress el 2 de septiembre de 2020 de la Primera fuga masiva de metano del fondo marino en el hemisferio sur. “ Evidencia de una liberación masiva de gas metano del lecho marino ha sido descubierta por primera vez en el hemisferio sur, en concreto en sedimientos del fondo marino cerca de la costa de Brasil” y que ésta había sido descrita en Nature.com igualmente, según la misma agencia de prensa. Sabemos que el metano es un potente gas de efecto invernadero o GEI, 25 veces más que el CO2.
Por otra parte hemos visto en directo cómo se está fundiendo el permafrost de las regiones próximas al Ártico en este verano boreal de 2020, y como es conocido, el premafrost mantiene secuestrado grandes cantidades de gas metano – entre otras sorpresas – que se liberan a la atmosfera al descongelarse. Es por este cúmulo de añadidos a las habituales fugas de la industria gasística y la actividad de la industria agroganadera, que las emisiones globales de gas metano a la atmósfera han alcanzado su cifra récord, según los últimos datos disponibles. Hemos de preocuparnos seriamente no solo por las emisiones de CO2, sino también por las de CH4.
Conocimos que en el verano boreal de 2020 se ha producido un record de temperatura máxima registrada en Siberia de 38ºC , dentro del Círculo Polar Ártico, donde la fusión del permafrost además está hundiendo edificios, instalaciones e infraestructuras que están construidas originalmente sobre un suelo permanentemente helado hasta varios metros de profundidad. Junto con ello, sabemos que en este verano boreal de 2020 los megaincendios en el oeste de USA han batido un nuevo record y son más de 800.000 hectáreas quemadas tan solo en el estado de California.
Aunque ya podemos contar con una preocupación menos. Ya no tenemos que preocuparnos por cuándo sucederá el pico de producción, más bien de extracción, de todos los líquidos del petroleo – la suma de petróleo convencional más los no convencionales: “petróleo” de fracking, petróleos pesados, arenas bituminosas, etc -. Este mismo mes de agosto de 2020 conocimos el dato de que el pico de extracción o pico del petróleo fue en 2018, según afirma Antonio Turiel en esa publicación. Recordemos que el pico de extracción del petróleo convencional sucedió ya en 2006.
También asistimos atónit@s a la censura por parte de Facebook de blogs y publicaciones que con rigor científico están tratando el tema del caos climático y ecológico, los límites de la disponibilidad de recursos y el más que inquietante descenso de la disponibilidad energética desde hace años, tratándolas como información no veraz, “spam” o por supuesta “infracción de las normas de Facebook”. Este ha sido el caso de Gaia Vince que es una periodista muy bien informada y documentada con mucho prestigio en cuanto a divulgación que puedes conocer en su blog Wondering Gaia (https://wanderinggaia.com/)
Aunque no ha sido el único caso. También ha sufrido la misma censura en Facebook el blog Usted no se lo cree, de Ferrán Puig Vilar, bajo las mismas incoherentes excusas. Esto ha ocurrido durante poco más de un mes, pese a numerosas reclamaciones de personas lectoras del blog, que no podían compartir en Facebook ningún contenido de www.ustednoselocree.com , del propio Ferrán Puig Vilar y de otras destacad@s miembros del mundo académico y científico.
Todo ello obligó a redactar un manifiesto Contra la censura arbitraria de Facebook a la divulgación de la ciencia académica que también ha tenido repercusión en medios de comunicación de primera línea como La Vanguardia y otros de menor audiencia – no menos dignos – como La Marea. Gracias a esto parece ser que Facebook ha reconsiderado su posición censora en estos dos casos, al menos de momento. Facebook ya lleva tiempo dando alas a los bulos negacionistas de la crisis climática y además censurando publicaciones rigurosas, científica y técnicamente, sobre estos temas.
Este último medio, La Marea, y con cierta anterioridad El Salto Diario son de los pocos, junto con elDiario.es , que han tenido la responsabilidad de sacar a la luz un problema que hace prácticamente inviable la transición energética o cambios en el statu quo de los combustibles fósiles: El Tratado sobre La Carta de la Energía.
El Tratado sobre La Carta de la Energía es una acuerdo internacional de los años noventa que protege las inversiones en materia de energía que hacen las compañías energéticas o empresas implicadas en ese mercado. Por tanto protege ahora fundamentalmente inversiones realizadas o que puedan realizarse sobre combustibles fósiles, impidiendo en gran medida la aplicación de Los Acuerdos de París. Una sociedad inversora puede demandar a un estado si considera que sus políticas están perjudicando dichas inversiones -un oleoducto, por ejemplo- y la demanda se resuelve con un arbitraje privado, no en un tribunal de justicia. Lo peor es que, aunque un estado firmante decida retirarse de él sigue sujeto a posibles demandas (y sanciones) arbitradas según El Tratado sobre La Carta de la Energía durante veinte años. Míralo todo en los enlaces del párrafo anterior, ahora se encuentra en fase de renegociación o actualización y cuantas más iniciativas se puedan llevar a cabo a favor de la eliminación de combustibles fósiles, mejor.
Y nada de esto es ficción, por muy distópico que te parezca.

(*): por: Mauro Bologna y Gerardo Aquino.
Fuente: https://desdeahoraya.wordpress.com/2020/09/10/colapso-asegurado/


 

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