En Chile no queremos ni un ojo menos.: Salvemos las lagunas de Llolleo, los Ojos de Mar
Si un proyecto no dialoga en absoluto con su territorio, no contiene la información mínima necesaria para conocer la contaminación que emitirá, el área que afectará, las especies que dañará, los ecosistemas que destruirá o los derechos fundamentales que puede vulnerar, es un imperativo categórico de la autoridad ambiental que lo evalúa poner término al proceso. Es urgente declarar el término anticipado de la evaluación ambiental del proyecto “Puerto Exterior de San Antonio”. Este contempla expandir la infraestructura portuaria a tres veces lo que es hoy, haciendo desaparecer para siempre entre otras cosas, la última playa de la comuna y su último humedal costero, llamado popularmente “Ojos de Mar”, o “Nge Lafken” por las comunidades mapuche lafkenche que ancestralmente habitan este territorio, ubicado en la rivera norte de la desembocadura del río Maipo y antaño poblado por las culturas bato, llolleo y aconcagua.
Por: Pablo Donoso Christie
Infraestructura ecológica de la actual ciudad, la playa de Llolleo, el estuario y el estero San Pedro conforman el régimen hidrológico del humedal, sistema indivisible para sus sustentabilidad. A la vez, los Ojos de Mar conforman una red interdependiente para la avifauna con el Yali, El Peral y el parque Tricao, los que la vez son un eslabón en la ruta de las aves migratorias que vuelan desde el hemisferio norte al Chile austral.
La falta de información relevante y esencial en el EIA del puerto, que dada su envergadura, no podrá ser subsanada en el camino de la evaluación mediante aclaraciones, rectificaciones o ampliaciones, hace improbable la descripción, examen y valoración de su impacto en los ecosistemas y en la biodiversidad, ni en las formas de vida, costumbres y patrimonio cultural de los habitantes de la zona. Esto impide además a la empresa estatal proponer medidas de compensación, mitigación y reparación de sus impactos que sean idóneas. El Servicio de Evaluación Ambiental SEA, tiene la facultad de declarar el término anticipado de la evaluación de un proyecto por falta de información relevante y esencial o IRE. Organizaciones como el “Movimiento Ambiental Ojos der Mar Nge Lafken” y la “ONG VIDA”, entre otras, han solicitado formalmente mediante documentos científico-jurídicos su declaración al SEA de la V región. Así mismo, la Municipalidad de Santo Domingo y numerosos órganos del Estado con competencia ambiental han propuesto un IRE o han hecho observaciones lapidarias al proyecto.
Las y los habitantes de San Antonio y el litoral central, se encuentran trabajando en observaciones al EIA que han sido presentadas dentro del proceso de Participación Ciudadana al SEA, dando una consistencia única a lo planteado y logrando una incidencia pública inusitada. Voluntarios demarcan senderos interpretativos y áreas de recuperación y anidación, construyen un aula interactiva y miradores. Los pueblos originarios realizan ceremonias en el sector mientras profesores hacen clases al aire libre, compartiendo el espacio con deportistas que corren por la playa entre pescadores artesanales y miles de pequeños playeros (calidris alba) ejecutando su coreografía alrededor de la puesta de sol. La ciudadanía fue clara en la última Consulta Ciudadana; el 97% quiere que se proteja el humedal y sus formas de vida, y actualmente organizaciones ambientales, vecinales e indígenas se encuentran trabajando conjuntamente con el municipio en su declaración como Humedal Urbano, buscando así darle protección oficial.
El SEA, debió pronunciarse sobre el IRE dentro de esta semana que ya termina. Esperamos que este silencio sea un espacio para pensar en el mandato y compromisos que como ente de Gobierno tienen de responder en base al bien común y no a intereses de una minoría, de decidir en perspectiva de desarrollo sostenible, proteger el medio ambiente, propender a la justicia ambiental y en especial a la obligación de preservar a los humedales; ecosistemas esenciales y fuente de vida en medio de la crisis ambiental, social y climática que vivimos.
Pablo Donoso Christie. Abogado ONG VIDA.
Fuente: Elciudadano.cl