Catorce países de África tratan “la conservación del elefante” en un polémico foro

Representantes de los Ministerios de Medioambiente de catorce países de África comenzaron este lunes una conferencia en Zimbabue para analizar la conservación del elefante en el continente, un foro rechazado por grupos conservacionistas que ven en él un intento de avivar el comercio internacional de marfil. La llamada Conferencia de Conservación del Elefante Africano, a la que asisten también representantes de Japón y China, países considerados mercados potenciales de marfil, se celebra hasta este jueves en un hotel próximo al Parque Nacional Hwange (noroeste).

La conferencia planea alcanzar una posición común, conocida como Declaración de Hwange, con la que acudir a la décimo novena Conferencia de la Partes (COP19) de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), prevista para noviembre próximo en Panamá.
Marfil

Esa declaración, que podría incluir una solicitud de venta única de marfil por parte de algunos países del sur de África, tendría que «hablar por las personas que han sido privadas de sus derechos por una institución a la que nos unimos voluntariamente», señaló Monodwafa. Con esas palabras, el alto funcionario se refirió a CITES, que prohibió el comercio de marfil en 1989 y que en 2019 también impidió que los países africanos exportaran a elefantes vivos a naciones fuera de África. Antes de que entrara en vigor la prohibición de las exportaciones de paquidermos vivos, Zimbabue, que la semana pasada amenazó con abandonar CITES, había exportado a decenas de elefantes jóvenes a zoológicos y parques en China y Emiratos Árabes Unidos.
Zimbabue asegura, además, que tiene 130 toneladas de marfil obtenido de animales que han muerto por causas naturales o han sido confiscadas a cazadores furtivos, que ha almacenado en cámaras de alta seguridad.
Este país desea vender una parte de ese marfil “para financiar la conservación y compensar los costos del conflicto entre los humanos y los animales salvajes”, pero no puede hacerlo sin contravenir las regulaciones actuales de CITES. Zimbabue, junto a vecinos como Botsuana y Namibia, argumenta que está siendo castigado injustamente por gestionar de manera efectiva una vida salvaje que ha visto crecer el número de elefantes, a pesar de estar en peligro de extinción por causa de los cazadores furtivos en otras partes de África. Zimbabue alberga a 90.000 elefantes, el segundo número más alto en África después de Botsuana, que tiene a unos 130.000.
Caza furtiva
Los grupos de derechos de los animales y conservacionistas han criticado la celebración de esta conferencia y advierten de que incluso las ventas únicas de marfil por parte de los países del sur de África impulsarían el comercio ilegal de ese material.
Una declaración conjunta emitida por 45 grupos conservacionistas antes del foro indicó que la reunión probablemente enviará «una señal peligrosa a los cazadores furtivos y mafias de que los elefantes son meras mercancías y de que el comercio de marfil podría reanudarse, aumentando la amenaza para la especie». Según esos grupos, dos ventas únicas de marfil autorizadas por CITES en 1999 y 2008, en las que participaron Botsuana, Namibia, Sudáfrica y Zimbabue, resultaron en «una fuerte escalada en la matanza ilegal y la caza furtiva de elefantes en África para abastecer el resurgimiento de un mercado negro de marfil ilícito».
Zimbabue declara que sólo tiene espacio y recursos para mantener a 45.000 elefantes, y que las altas cifras actuales están alimentando un conflicto entre los humanos y los paquidermos en el que los agricultores están perdiendo cosechas y, a veces, sus vidas. Sesenta personas han muerto y cincuenta han resultado heridas por ataques de elefantes en Zimbabue en lo que va de año, según indicó el pasado día 10 el portavoz del Gobierno zimbabuense, Nick Mangwana.

Fuente: EFEverde

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