Bonos de Carbono de “Desarrollo Limpio”. “Pagan para contaminar”


Por Ramón Legnani

En Estocolmo, dice Mauricio Strong-, perdimos la inocencia, antes dañábamos el ambiente sin advertirlo. –en Río lo comprendimos mucho mejor. Firmamos Convenciones sobre cambio climático, sobre biodiversidad. ¿qué pasó desde entonces?- la población mundial se duplicó, la economía mundial se quintuplicó. Por lo tanto, el impacto ambiental aumentó. – por otra parte, los acuerdos de Kyoto para limitar la emisión de gases invernadero son insuficientes. Aún así, la mayoría de los países no cumplirán las metas.”.
Un comunicado de prensa del Ministerio de vivienda, O. T. y Medio Ambiente fechado en Montevideo a 5 de setiembre de 2008, informó que el martes 9 de setiembre se realizaría el Seminario sobre Mecanismos de Desarrollo Limpio, organizado por la Unidad de Cambio Climático de la dirección Nacional de Medio Ambiente.
¿A qué se refiere exactamente este seminario?
Trataremos de explicarlo a quienes no manejan estos temas.
La evolución del Cambio Climático se estudia detalladamente, pero cada vez es más evidente que sus consecuencias adversas son peores de lo que se preveía. Es interesante rever declaraciones de prensa de hace ocho años hechas por una personalidad que trabajó intensamente en temas ambientales. El Sr. Mauricio Strong de origen canadiense, Secretario General de la ONU sobre Ambiente Humano en la Conferencia internacional realizada en Estocolmo en 1972 y primer director ejecutivo del Programa de las N.U. para el medio ambiente, fue Secretario General de la Cumbre de la Tierra (ECO-RÍO 92).-
En agosto del año 2000 Strong estuvo en Montevideo y en declaraciones de prensa (1) - señalaba: - “respetar el ambiente es un imperativo mayor para los países pobres que para los ricos, porque es su principal recurso. Los productos básicos y el agua dependen del ambiente”. Y más adelante expresó: “espero equivocarme pero creo que el siglo XXI será el último de nuestra civilización. Somos autodestructivos. No desaparecerán todas las formas de vida, pues los insectos y muchos animales sobrevivirán. Una civilización como la actual es insostenible. Si notamos que la temperatuva aumenta y sabemos que se puede hacer algo al respecto, debemos hacerlo ahora y no esperar hasta que sea demasiado tarde”
Al concluir señaló: “ahora estamos peor que antes de las conferencias mundiales en Estocolmo y Río de Janeiro.- En Estocolmo, dice Mauricio Strong-, perdimos la inocencia, antes dañábamos el ambiente sin advertirlo. –en Río lo comprendimos mucho mejor. Firmamos Convenciones sobre cambio climático, sobre biodiversidad. ¿qué pasó desde entonces?- la población mundial se duplicó, la economía mundial se quintuplicó. Por lo tanto, el impacto ambiental aumentó. – por otra parte, los acuerdos de Kyoto para limitar la emisión de gases invernadero son insuficientes. Aún así, la mayoría de los países no cumplirán las metas.”.
“Desde Estocolmo y Río – continúa Strong, hemos desarrollado la tecnología para mitigar el daño. Ahora tenemos los medios, pero nos falta la motivación. – Nos falta un sistema de valores morales y éticos – los gobiernos deberían ser el instrumento más importante para expresar esos valores…. Los gobernantes no están actuando como líderes”.
Hasta aquí parte de las declaraciones de Mauricio Strong.
A fines de la década de los 80 y comienzo de los 90, se hicieron relativamente frecuentes noticias de prensa señalando el tráfico de desechos tóxicos y sustancias peligrosas desde países ricos hacia países pobres, a quienes les pagaban por recibir esos deshechos, es decir, los ricos pagaban para contaminar a los pobres.
En la antigua capital de Japón, Kyoto, el 11 de diciembre de 1997 más de 100 países se comprometieron a reducir las emisiones contaminantes. Allí se establecieron las metas que debe alcanzar cada país en la lucha contra el cambio climático, ocasionado por la producción de “Gases de Efecto Invernadero (GEI)”.
El 16 de febrero de 2005 entró en vigencia el Protocolo de Kioto, que estableció que cada país debe disminuir la emisión de GEI a un 5,2% por debajo de lo que emitía en 1990 y que debe lograrlo antes del año 2012.
Son seis gases de efecto invernadero (GEI): el C02 (gas anhidrido carbónico o dióxido de carbono), CH4 (metano), Protóxido de Nitrógeno (N2O) y tres gases fluorados (HFC, PFC, SF6).
Tres de las naciones más contaminantes del mundo, China, India y Estados Unidos, se han negado a firmar el Protocolo.
En el Protocolo de Kioto, entre los instrumentos para alcanzar la meta, se estableció el llamado “Mecanismo de Desarrollo Limpio” (MDL), que consiste en la inversión en tecnologías más limpias en el “mundo en desarrollo”. Permite que un país industrializado “cumpla con sus metas” mediante el apoyo en países en desarrollo, de proyectos que tengan bajas emisiones de gases de efecto invernadero o que capturen carbono del aire (con forestación). La condición es que esos proyectos favorezcan el desarrollo sostenible local en los países pobres.
La razón es simple, resulta más barato realizar proyectos que se supone que ahorran GEI en países subdesarrollados, que tratar de lograr tales reducciones en sus propias empresas.
El país pobre beneficiado con el proyecto, emite certificados de reducción de gases de efecto invernadero (GEI) que pueden ser vendidos a otros actores a efectos de ser utilizados como permisos para que los países industrializados puedan emitir más GEI de los que tienen autorizados.
Dicho de otra manera: un país rico contamina por encima de lo autorizado, sus empresas pueden realizar actividades que se supone disminuyen los GEI en un país pobre, y eso les permite seguir contaminando en su lugar de origen. El país pobre (Urguay, Chile, por ejemplo) “paga” la cantidad de gases de invernadero que no se emiten al aire, emitiendo certificados de reducción de emisiones, que se comercializan en la bolsa de valores como “bonos de carbono”. – Incluso comprando acciones de esos proyectos de forestación en los países subdesarrollados no tienen que cumplir con la obligación de disminuir sus emisiones contaminantes.


En la actualidad en Uruguay existen cuatro proyectos MDL(2):
El más antiguo es el que llevan adelante los españoles en la planta productora de cemento portland en Minas, quemando cáscara de arroz como fuente de energía sustitutiva del petróleo.
El segundo proyecto es de la Intendencia de Montevideo con el Banco Mundial (el comprador de los bonos es el gobierno español) y consiste en evitar las emisiones de metano de la usina de Felipe Cardozo (basura de Montevideo). Entuban el gas y lo queman; lamentablemente no han hallado la manera de aprovecharlo como fuente de energía.
El tercer proyecto funciona en la planta de Botnia. Genera electricidad a partir de la quema del licor negro (biomasa) muy contaminante, que generan los restos vegetales del proceso industrial. De este modo, la planta se autoabastece de corriente eléctrica y vende el resto a UTE. En este caso los certificados de reducción de gases los aprovechará Finlandia.
Quiere decir que todos los proyectos que las empresas desarrollan en Uruguay, que se supone disminuyen (o evitan que se produzcan) gases de efecto invernadero (GEI), nuestro país emitirá certificados que les posibilitará continuar contaminando en sus países de origen.
Podemos sacar dos conclusiones:
1- son empresas contaminantes en sus países de origen (y continuarán contaminando, ahora con certificados que las convertirá en defensoras del ambiente); y
2 - lo del principio: pagan para contaminar!!! www.ecoportal.net
(1)Tierra America, suplemento de La Republica, 03/09/2000, Archivo Personal)
(2) El País Digital, Montrevideo, 13 de agosto de 2008, “Mecanismo de Desarrollo Limpio, Hernán Sorhuet Gelós.
Fuente: ecoportal.com

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