45 personas de la zona de Toulouse, en el sur de Francia, presentan una denuncia judicial después de la detección de glifosato en su orina . El glifosato es el herbicida -producto para matar las denominadas malas hierbas- más utilizado del mundo y también uno de los productos químicos que ha creado más polémica social y científica en los últimos años. Joaquim Elcacho El uso del glifosato en agricultura y jardinería sigue siendo completamente legal en la gran mayoría de países y, en concreto, la Unión Europea aprobó en diciembre de 2017 la renovación de la autorización para utilizar productos con glifosato como principio activo hasta diciembre de 2022. Pese a este tipo de decisiones políticas, diversos científicos, grupos políticos y organizaciones de consumidores y ecologistas en varios países siguen insistiendo en que el uso o exposición al glifosato supone riesgos para el medio ambiente y la salud de las personas. Francia, a la cabeza de las críticas Uno de los países en los que s
Se habla poco acerca de los transgénicos. Quizás sea por las cifras millonarias de dinero que derivan de su comercio y, también, porque es un tema que polariza las opiniones que lo hace difícil de abordar. Sin embargo, mientras muchos callan, la superficie cultivada avanza. A nivel mundial, ya en diciembre de 2023 se calculaba que una extensión equivalente a España, Francia, Italia, Alemania y Polonia juntos (202 millones de hectáreas) estaba destinada a producir transgénicos. Por Meri Castro De ese total, más de la mitad está en América Latina. Este avance tiene consecuencias en la salud de las personas y el medio ambiente. Como si fuera poco, implica serios riesgos para la conservación de la diversidad de semillas de nuestra región (y de toda la herencia que atesoran). Activistas de Greenpeace se unen a miembros de la comunidad maya para formar una pancarta humana en un campo de agricultura industrial para exigir ‘NO GMO’ (en maya: ‘MA OGM’ – No a organismos genéticamente modifica
La Antártida es el único continente que no pertenece a ningún país, aunque varios reclaman una porción. La Antártida es el continente más frío, seco y ventoso de la Tierra, y eso explica por qué es el único sin una población indígena. Sin embargo, el cuarto continente más grande del mundo -después de Asia, América y África- es uno de los lugares más anhelados del planeta. Siete países reivindican partes de su extenso territorio de 14 millones de kilómetros cuadrados. Algunas son naciones lindantes, como Argentina, Australia, Chile y Nueva Zelanda. Pero también tres países europeos -Francia, Noruega y Reino Unido- reclaman soberanía sobre sectores de la Antártida. El primero en instalar una base permanente en la región y declarar su soberanía allí fue Argentina, en 1904. La Base Orcadas es la estación científica antártica más antigua todavía en funcionamiento. El país sudamericano consideraba la región como una extensión de su provincia más austral, Tierra del Fuego, al