El desinterés de los unos por los otros
Víctor Corcoba Herrero
Para desgracia de toda la estirpe, que por naturaleza somos sociables, vivimos en una época de pasividad, indiferencias y violaciones permanentes. Esto no es nada bueno para nuestra subsistencia, ya que hemos de convivir unos con otros y procurar cada uno el bien de nuestros análogos. De ahí que la armonía sea cada día más complicada al no respetarse nada ni a nadie. Nos falta generosidad y nos sobra egoísmo. La egolatría es tan acusada que hemos tomado el desinterés como la única religión verdadera. Deberíamos profundizar en esto, ya no solo en esa congénita conexión entre derechos y obligaciones, también en el cometido de respetar los lícitos ajenos, de colaborar y cooperar más con sentido de responsabilidad en nuestra diario existencial, sabiendo que la verdad, la justicia, el amor y la libertad son fundamentos esenciales para nuestra avenencia como Pueblo (con mayúsculas).
Para desgracia de toda la estirpe, que por naturaleza somos sociables, vivimos en una época de pasividad, indiferencias y violaciones permanentes. Esto no es nada bueno para nuestra subsistencia, ya que hemos de convivir unos con otros y procurar cada uno el bien de nuestros análogos. De ahí que la armonía sea cada día más complicada al no respetarse nada ni a nadie. Nos falta generosidad y nos sobra egoísmo. La egolatría es tan acusada que hemos tomado el desinterés como la única religión verdadera. Deberíamos profundizar en esto, ya no solo en esa congénita conexión entre derechos y obligaciones, también en el cometido de respetar los lícitos ajenos, de colaborar y cooperar más con sentido de responsabilidad en nuestra diario existencial, sabiendo que la verdad, la justicia, el amor y la libertad son fundamentos esenciales para nuestra avenencia como Pueblo (con mayúsculas).
El ser humano está para armonizar, no para contraponerse a su propio linaje, y todo ha de tener esa confluencia de cohesión social entre culturas, etnias y religiones diversas. A lo largo de nuestra historia humana hubo pueblos dominadores y pueblos dominados, lo que ha dificultado enormemente la relación. Todavía, en nuestros días, cohabitan posiciones privilegiadas por la situación económica y social, lo que obstaculiza asimismo la concordia, por más que diseñemos ciudades para convivir. Las oportunidades de realización humana no llegan para todos, tampoco el acceso a servicios básicos, lo que acrecienta las diferencias entre ciudadanos, con lo que esto conlleva de conflictos ante tantas desigualdades de acceso a la tierra, al agua y a los alimentos. Realmente, cuando nos falta la luz de la sabiduría, todo se vuelve confuso y convulso, resulta imposible discernir nada, y es tal la desorientación que todo parece conducirnos al caos de nuestras vidas. Sea como fuere, necesitamos urgentemente que nos incrusten esperanzas, tanto como el comer, porque nos ayuda a estar despiertos.
En cualquier caso, hoy más que nunca hace falta actuar individualmente o bien coordinados en grupos, para hacer valer la defensa de la persona como ser que ha de aprender el sencillo arte de vivir fraternizado. Por consiguiente, si vital es educar para adquirir conciencia del mucho valor que tiene una vida, no menos importante es educar para la coexistencia de culturas, para levantar la voz contra la discriminación, o para concienciarnos del cambio climático.
Fuente para leer la nota entera: http://www.revistafusion.com/201610283445/Firmas/Victor-Corcoba-Herrero/el-desinteres-de-los-unos-por-los-otros.htm - Imagenes: Fantastic Plastic Mag - Gentiuno