Agua, un derecho del que aún se ven privados 663 millones de personas
Aunque en las últimas décadas se han hecho avances y se logró reducir por debajo de 700 millones esta cifra, lo cierto es que el reto fijado por los Objetivos de Desarrollo Sostenibles aprobados en 2015 de reducir a la mitad para 2030 la población sin acceso sostenible a agua potable y saneamiento básico aún no se ha alcanzado.
El 28 de julio de 2010, la Asamblea General de la ONU reconoció de forma explícita el derecho humano al agua y al saneamiento y admitió que ambos son esenciales para el cumplimiento de todos los Derechos Humanos. Sin embargo, aún hay en el mundo 663 millones de personas sin acceso a agua potable mejorada. Aunque en las últimas décadas se han hecho avances y se logró reducir por debajo de 700 millones esta cifra, lo cierto es que el reto fijado por los Objetivos de Desarrollo Sostenibles aprobados en 2015 de reducir a la mitad para 2030 la población sin acceso sostenible a agua potable y saneamiento básico aún no se ha alcanzado. Desde 1993, la ONU celebra el 22 de marzo el Día Mundial del Agua. El lema de este año es "¿Por qué malgastar agua?". En su mensaje, el presidente de ONU Agua y director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder, ha hecho un llamamiento a reducir el derroche de este bien tan preciado, teniendo en cuenta que la población mundial va en aumento y con ello la necesidad de agua potable. "El agua es finita. Tiene que cubrir la necesidad de cada vez más personas y solo tenemos un ecosistema del que extraer nuestro agua", ha recordado, apelando a reciclar y reutilizar las aguas residuales, ya que pueden tener todavía muchos usos, pero también a reducir el consumo y su contaminación. Actualmente, más del 80 por ciento de las aguas residuales generadas por la sociedad regresa al ecosistema sin haber sido tratadas o reutilizadas, de acuerdo con la ONU.
AUMENTO DE LA DEMANDA DE AGUA
El 28 de julio de 2010, la Asamblea General de la ONU reconoció de forma explícita el derecho humano al agua y al saneamiento y admitió que ambos son esenciales para el cumplimiento de todos los Derechos Humanos. Sin embargo, aún hay en el mundo 663 millones de personas sin acceso a agua potable mejorada. Aunque en las últimas décadas se han hecho avances y se logró reducir por debajo de 700 millones esta cifra, lo cierto es que el reto fijado por los Objetivos de Desarrollo Sostenibles aprobados en 2015 de reducir a la mitad para 2030 la población sin acceso sostenible a agua potable y saneamiento básico aún no se ha alcanzado. Desde 1993, la ONU celebra el 22 de marzo el Día Mundial del Agua. El lema de este año es "¿Por qué malgastar agua?". En su mensaje, el presidente de ONU Agua y director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder, ha hecho un llamamiento a reducir el derroche de este bien tan preciado, teniendo en cuenta que la población mundial va en aumento y con ello la necesidad de agua potable. "El agua es finita. Tiene que cubrir la necesidad de cada vez más personas y solo tenemos un ecosistema del que extraer nuestro agua", ha recordado, apelando a reciclar y reutilizar las aguas residuales, ya que pueden tener todavía muchos usos, pero también a reducir el consumo y su contaminación. Actualmente, más del 80 por ciento de las aguas residuales generadas por la sociedad regresa al ecosistema sin haber sido tratadas o reutilizadas, de acuerdo con la ONU.
AUMENTO DE LA DEMANDA DE AGUA
Además, para 2030, se prevé que la demanda mundial de agua haya aumentado un 50 por ciento, procediendo la mayoría de dicha demanda de las ciudades. Para 2050, cerca del 70 por ciento de la población mundial vivirá en ciudades, frente al 50 por ciento actual, por lo que una mejor gestión de las aguas residuales se antoja fundamental. Sin embargo, en la actualidad, la mayoría de las ciudades de los países en desarrollo no disponen de la infraestructura o recursos adecuados para gestionar las aguas residuales de forma eficiente y sostenible. A continuación repasamos algunos datos sobre el acceso al agua, el impacto para quienes no lo tienen y las consecuencias que el consumo de agua en mal estado acarrean para la salud, entre otros, de acuerdo a información de Naciones Unidas y sus agencias: - En el mundo hay 663 millones de personas sin acceso a agua potable, lo que representa en torno a uno de cada diez habitantes. La mitad de ellos, 319 millones, se encuentran en África Subsahariana. - Unos 2.400 millones de personas, es decir, una de cada tres, no tienen acceso a una letrina. En el caso de las mujeres y las niñas, este problema les obliga a pasar 266 millones de horas al día buscando un lugar donde ir al baño, además de exponerles a posibles ataques y abusos sexuales en su camino. A la pérdida de tiempo, se suma la pérdida económica, 24.000 millones al año en beneficios económicos. - Mujeres y niños suelen ser los encargados generalmente de ir a coger agua. En total, gastan 125 millones de horas al día recogiendo agua, un tiempo que en el caso de los niños, y sobre todo las niñas, suelen restar de acudir a clase. En algunos casos, mujeres y niñas llegan a pasar hasta seis horas al día en la tarea de recoger agua. - Cada 90 segundos muere un niño por enfermedades relacionadas con el agua. Las enfermedades diarreicas son la tercera causa de muerte entre los menores de cinco años y provocan unas 340.000 muertes al año. Además, según datos de UNICEF y la OMS, unos 161 millones de niños sufren retraso del crecimiento o malnutrición crónica vinculada a la falta de agua, saneamiento e higiene. - Una mejora del agua y su acceso, así como del saneamiento y la higiene podría evitar 842.000 muertes al año. Actualmente, 1.800 millones de personas utilizan una fuente de agua potable contaminada con heces, por lo que corren el riesgo de contraer cólera, disentería, fiebre tifoidea y poliomielitis. - Unos 946 millones de personas siguen defecando al aire libre en todo el mundo, con las consecuencias que esto tiene para la salud. Según el informe de la OMS y UNICEF publicado en 2015, en África Subsahariana la cifra ha aumentado desde 1990, en lugar de disminuir.
De continuar el ritmo actual, esta práctica no se eliminará en las zonas más pobres para 2030. - Cada año se pierden 260.000 millones de dólares debido a la falta de agua potable y saneamiento, y ello pese a que cada dólar invertido en este terreno genera 4 dólares de vuelta. - El acceso universal a agua y saneamiento generaría unos beneficios económicos de 32.000 millones de dólares al año por la reducción en los costes sanitarios y el aumento de la productividad que supondría que no hubiera bajas por enfermedad relacionadas con ello, de acuerdo con la OMS. El 28 de julio de 2010, la Asamblea General de la ONU reconoció de forma explícita el derecho humano al agua y al saneamiento y admitió que ambos son esenciales para el cumplimiento de todos los Derechos Humanos. Sin embargo, aún hay en el mundo 663 millones de personas sin acceso a agua potable mejorada. Aunque en las últimas décadas se han hecho avances y se logró reducir por debajo de 700 millones esta cifra, lo cierto es que el reto fijado por los Objetivos de Desarrollo Sostenibles aprobados en 2015 de reducir a la mitad para 2030 la población sin acceso sostenible a agua potable y saneamiento básico aún no se ha alcanzado. Desde 1993, la ONU celebra el 22 de marzo el Día Mundial del Agua. El lema de este año es "¿Por qué malgastar agua?". En su mensaje, el presidente de ONU Agua y director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder, ha hecho un llamamiento a reducir el derroche de este bien tan preciado, teniendo en cuenta que la población mundial va en aumento y con ello la necesidad de agua potable. "El agua es finita. Tiene que cubrir la necesidad de cada vez más personas y solo tenemos un ecosistema del que extraer nuestro agua", ha recordado, apelando a reciclar y reutilizar las aguas residuales, ya que pueden tener todavía muchos usos, pero también a reducir el consumo y su contaminación. Actualmente, más del 80 por ciento de las aguas residuales generadas por la sociedad regresa al ecosistema sin haber sido tratadas o reutilizadas, de acuerdo con la ONU.
Fuente: Sostenibilidad
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22 de Marzo, Día Mundial del Agua: un lujo para millones de personas
Fuente: Sostenibilidad
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22 de Marzo, Día Mundial del Agua: un lujo para millones de personas
“El 22 de marzo es el día Mundial del Agua, fecha instituida en 1992 por la Asamblea de la ONU, con el fin de concienciar al mundo de la necesidad de proteger este bien público, que, para muchas personas en todo el mundo, aun constituye un verdadero lujo.”
La realidad mundial del agua Aproximadamente la mitad de la población mundial vive en áreas en las que día a día enfrentan una grave escasez de agua o que carecen de la infraestructura mínima necesaria para proveerse de agua potable. Para peor y según alertan los científicos, esta falta de agua está siendo exacerbada por el Cambio Climático: las sequías e inundaciones son cada vez más frecuentes y graves y nunca ha sido más importante proteger los ecosistemas de agua dulce de todo el planeta. Alrededor de 700.000 niños mueren cada año de sed y/o de diarrea por beber agua insegura y por un saneamiento deficiente, lo que significa unos 2.000 niños al día. Cientos de miles de personas pasan toda una jornada buscando agua, que les permita al menos sobrevivir. Como contrapartida, en los países más desarrollados y en muchos emergentes, este precioso líquido no se valora como es debido, se malgasta en agricultura, se contamina, no se recicla adecuadamente y la gente en general no siente la necesidad de cuidarla, puesto que siempre que se necesita, hay un grifo cerca para proveerla. No al desperdicio de agua Cada año al celebrar esta fecha se elige un tema central para debatir y tomando en cuenta las circunstancias antes citadas, la interrogante sobre la que gira el día Mundial del agua en esta oportunidad es: ¿Por qué desperdiciar agua? El agua se desperdicia de muchas formas y la primera es por medio de la agricultura, que utiliza alrededor del 70% del agua dulce disponible en el planeta y mayormente depende del riego por inundación, donde los campos se empapan y el exceso corre hacia arroyos y ríos cercanos. Pero este tipo de riego ocasiona la pérdida de toneladas de agua y puede contaminar los cursos de agua con fertilizantes, creando zonas muertas en el océano (donde el oxígeno se agota y no está disponible para las criaturas marinas) y contribuye a la floración de algas o eutrofización.
La realidad mundial del agua Aproximadamente la mitad de la población mundial vive en áreas en las que día a día enfrentan una grave escasez de agua o que carecen de la infraestructura mínima necesaria para proveerse de agua potable. Para peor y según alertan los científicos, esta falta de agua está siendo exacerbada por el Cambio Climático: las sequías e inundaciones son cada vez más frecuentes y graves y nunca ha sido más importante proteger los ecosistemas de agua dulce de todo el planeta. Alrededor de 700.000 niños mueren cada año de sed y/o de diarrea por beber agua insegura y por un saneamiento deficiente, lo que significa unos 2.000 niños al día. Cientos de miles de personas pasan toda una jornada buscando agua, que les permita al menos sobrevivir. Como contrapartida, en los países más desarrollados y en muchos emergentes, este precioso líquido no se valora como es debido, se malgasta en agricultura, se contamina, no se recicla adecuadamente y la gente en general no siente la necesidad de cuidarla, puesto que siempre que se necesita, hay un grifo cerca para proveerla. No al desperdicio de agua Cada año al celebrar esta fecha se elige un tema central para debatir y tomando en cuenta las circunstancias antes citadas, la interrogante sobre la que gira el día Mundial del agua en esta oportunidad es: ¿Por qué desperdiciar agua? El agua se desperdicia de muchas formas y la primera es por medio de la agricultura, que utiliza alrededor del 70% del agua dulce disponible en el planeta y mayormente depende del riego por inundación, donde los campos se empapan y el exceso corre hacia arroyos y ríos cercanos. Pero este tipo de riego ocasiona la pérdida de toneladas de agua y puede contaminar los cursos de agua con fertilizantes, creando zonas muertas en el océano (donde el oxígeno se agota y no está disponible para las criaturas marinas) y contribuye a la floración de algas o eutrofización.
Como alternativa, el riego por goteo resulta altamente eficiente, ya que dirige el agua directamente sobre las raíces de la planta. Sin embargo, estos sistemas son costosos de implementar y no funcionan para todos los cultivos, pero existen soluciones intermedias tales como los rociadores, que producen menos escorrentía o la cobertura de los cultivos para prevenir la evaporación del agua. Por otra parte, no tiene sentido que en zonas áridas se planten cultivos que requieren mucha agua, sino que deberían decantarse por aquellos que se adapten mejor a las circunstancias locales y a medida que el planeta se vuelva más seco, los países tendrán que cambiar sus economías y redistribuir los cultivos. Finalmente, a nivel individual es posible cuidar el agua de muchas formas, como no dejarla correr sin usarla, regar durante la noche o reciclarla. Es perentorio dejar de malgastar este precioso líquido, mientras en otra parte del mundo un niño muere de sed o de enfermedades prevenibles, cada pocos minutos. La realidad mundial del agua Aproximadamente la mitad de la población mundial vive en áreas en las que día a día enfrentan una grave escasez de agua o que carecen de la infraestructura mínima necesaria para proveerse de agua potable. Para peor y según alertan los científicos, esta falta de agua está siendo exacerbada por el Cambio Climático: las sequías e inundaciones son cada vez más frecuentes y graves y nunca ha sido más importante proteger los ecosistemas de agua dulce de todo el planeta. Alrededor de 700.000 niños mueren cada año de sed y/o de diarrea por beber agua insegura y por un saneamiento deficiente, lo que significa unos 2.000 niños al día. Cientos de miles de personas pasan toda una jornada buscando agua, que les permita al menos sobrevivir. Como contrapartida, en los países más desarrollados y en muchos emergentes, este precioso líquido no se valora como es debido, se malgasta en agricultura, se contamina, no se recicla adecuadamente y la gente en general no siente la necesidad de cuidarla, puesto que siempre que se necesita, hay un grifo cerca para proveerla.
No al desperdicio de agua Cada año al celebrar esta fecha se elige un tema central para debatir y tomando en cuenta las circunstancias antes citadas, la interrogante sobre la que gira el día Mundial del agua en esta oportunidad es: ¿Por qué desperdiciar agua? El agua se desperdicia de muchas formas y la primera es por medio de la agricultura, que utiliza alrededor del 70% del agua dulce disponible en el planeta y mayormente depende del riego por inundación, donde los campos se empapan y el exceso corre hacia arroyos y ríos cercanos. Pero este tipo de riego ocasiona la pérdida de toneladas de agua y puede contaminar los cursos de agua con fertilizantes, creando zonas muertas en el océano (donde el oxígeno se agota y no está disponible para las criaturas marinas) y contribuye a la floración de algas o eutrofización. Como alternativa, el riego por goteo resulta altamente eficiente, ya que dirige el agua directamente sobre las raíces de la planta. Sin embargo, estos sistemas son costosos de implementar y no funcionan para todos los cultivos, pero existen soluciones intermedias tales como los rociadores, que producen menos escorrentía o la cobertura de los cultivos para prevenir la evaporación del agua. Por otra parte, no tiene sentido que en zonas áridas se planten cultivos que requieren mucha agua, sino que deberían decantarse por aquellos que se adapten mejor a las circunstancias locales y a medida que el planeta se vuelva más seco, los países tendrán que cambiar sus economías y redistribuir los cultivos. Finalmente, a nivel individual es posible cuidar el agua de muchas formas, como no dejarla correr sin usarla, regar durante la noche o reciclarla. Es perentorio dejar de malgastar este precioso líquido, mientras en otra parte del mundo un niño muere de sed o de enfermedades prevenibles, cada pocos minutos.
Fuente: Sostenibilidad
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