La salud y sostenibilidad del océano son prioritarias
“Los peces juegan un papel muy importante en el equilibrio de la vida de la que dependen el resto de los seres que habitan en mares, ríos y océanos del mundo. Son los depredadores o presas de prácticamente todas las criaturas que nadan con ellos o vuelan sobre el mar. La sostenibilidad del uso de sus recursos y la salud de los océanos son fundamentales para que este frágil equilibrio no se rompa.”
Sobrepesca
A lo largo de la historia de la humanidad, los océanos han sido considerados como propiedad común y los pescadores en general tenían libertad para trabajar con pocas restricciones. El desafío de lograr una pesca sostenible en España y en el resto del mundo, requiere de la consideración de diversos componentes ecológicos, sociales y económicos. De esta manera se ha llegado a un punto en el que, si no se cambian las prácticas de pesca, el océano no lo resistirá, porque por ejemplo, las especies más buscadas carecen del tiempo suficiente para reproducirse, lo que merma la cantidad de peces disponibles y pone en serio riesgo su supervivencia.
Contaminación y cambio climático
A esta problemática se le suman varios factores más, que también atentan contra la supervivencia de muchos especímenes: el Cambio Climático y sus efectos, como la acidificación o la crecida del nivel de las aguas, la contaminación por plásticos, petróleo y minerales pesados o la escorrentía de fertilizantes, que desemboca en la eutrofización de las costas. Las consecuencias de estos fenómenos causan estragos entre las poblaciones de peces y demás animales acuáticos, con lo que el ecosistema oceánico siempre está sufriendo un revés en una u otra parte del mundo y al romperse su equilibrio, las especies más vulnerables son las que primero perecen.
Cadenas que se rompen
A esta problemática se le suman varios factores más, que también atentan contra la supervivencia de muchos especímenes: el Cambio Climático y sus efectos, como la acidificación o la crecida del nivel de las aguas, la contaminación por plásticos, petróleo y minerales pesados o la escorrentía de fertilizantes, que desemboca en la eutrofización de las costas. Las consecuencias de estos fenómenos causan estragos entre las poblaciones de peces y demás animales acuáticos, con lo que el ecosistema oceánico siempre está sufriendo un revés en una u otra parte del mundo y al romperse su equilibrio, las especies más vulnerables son las que primero perecen.
Cadenas que se rompen
A medida que ciertos animales van desapareciendo, la cadena alimenticia también se va deteriorando, por lo que la muerte por blanqueamiento de un arrecife, porque la acidificación acaba con las bacterias que viven en simbiosis con ellos, afectará los demás habitantes del entorno, que pierden fuentes de alimento, protección y seguridad para procrear. Otro ejemplo son las tortugas marinas, ya que son las que se comen a ciertos especímenes (medusas, crustaceos, etc.), que de no existir éstas, proliferarían de forma descontrolada acabando con la sostenibilidad natural de los océanos. Por ello es tan importante que no se las moleste cuando desovan, que no se les quiten los huevos o que se proteja a las recién nacidas. Las asociaciones que bregan por proteger y recuperar los mares advierten que, entre el microscópico plancton y la más grande de las ballenas existe una intrincada red de interrelaciones, cada una de las cuales cumple un fin: mantener un determinado nivel de sostenibilidad natural en los océanos y los únicos seres capaces de destruirlo con sus acciones son los humanos; por ello conocer la realidad es el primer paso para cambiarla.
Fuente: Sostenibilidad
Fuente: Sostenibilidad