Tormenta solar barrió con rayos cósmicos que llegan a la atmósfera

Un grupo de investigación lanzó un globo meteorológico espacial hasta la estratosfera algunas horas después de la tormenta solar ocurrida el 16 de julio y detectó una brusca caída en la entrada de rayos cósmicos hacia nuestro planeta.

La estratósfera, a un promedio de 12 a 50 kilómetros de altura, es donde se concentran la mayor cantidad de rayos cósmicos que rodean la Tierra, culpables de la radiación ionizante que es capaz de dañar los circuitos electrónicos y afecta la salud.
En modo explosivo el 16 de julio, el Sol lanzó al espacio a toda velocidad una CME (eyección de masa coronal) y esta masa compuesta de plasma o partículas ionizadas cargadas eléctricamente chocó violentamente con el campo magnético terrestre, desde donde se deslizó hacia las latitudes altas o polares de la Tierra generando tormentas geomagnéticas y auroras de brillantes colores por dos días.
La nube de tormenta solar no solo afectó a las comunicaciones sino que“barrió “algunos de los rayos cósmicos que rodean actualmente a la Tierra”, señaló el equipo de Clima Espacial Spaceweather, en conjunto con los estudiantes de Earth to Sky Calculus, quienes lanzaron el globo.
Como resultado se detectó “una disminución del 7 % en los rayos X y los rayos gamma (dos trazadores de rayos cósmicos secundarios)”, dice el informe.
La energía liberada por los átomos en forma de ondas electromagnéticas como los rayos X y rayos gamma, así como en forma de partículas: neutrones y partículas alfa y beta, es lo que la OMS (Organización Mundial de la Salud) define como radiación ionizante.
De hecho después de la tormenta solar, el equipo de Space Weather encontró una baja en la entrada de neutrones a la Tierra. Los monitores en el Ártico y Antártida registraron decrecimientos similares a los rayos ganma.
“Por ejemplo, los datos del Instituto de Investigación Bartol muestran una caída de casi 8% en los neutrones de rayos cósmicos que llegan al Polo Sur”, dice el informe.
La baja de rayos gamma y neutrones observada después de la tormenta solar la describió por primera vez el físico Scott E. Forbush en el siglo XX, concluyendo que por dondequiera que vayan las CME en el espacio o golpeando la atmósfera de la Tierra, los rayos cósmicos son desviados dentro de sus mismas nubes de plasma.
Los astrónomos concluyen que “como resultado, cuando la actividad solar es alta, la radiación cósmica alrededor de la Tierra es relativamente baja, y cuando es baja, esta radiación aumenta”.
“Es una relación yin-yang que se mantiene a lo largo de todas las fases del ciclo solar” destaca el equipo de Space Weather…
En este período, la actividad solar es baja pues nuestra estrella entró al período que lo lleva al Mínimo Solar pronosticado para el 2019-20, que ocurre cada 11 años.
Efectos en la salud
Tanto las exposiciones masivas extremas o acumuladas de rayos X y rayos gamma son nocivas para la salud. En modo inmediato las dosis extremas pueden producir quemaduras en la piel, caída del cabello, cáncer, retraso mental y hasta la muerte, de acuerdo a la OMS.
De acuerdo al Medical Center de Nueva York, la radiación cósmica que se puede registrar en vuelos de gran altura es también muy peligrosa pues es una de las causas de los trastornos de salud por interrupción de los circuitos eléctricos en dispositivos electrónicos. Esto se ha registrado por ejemplo en los desfibriladores automáticos implantados en pacientes. Su falla puede causar arritmias y enfermedades cardíacas.
Además afecta a los circuitos de ordenadores portátiles, teléfonos celulares y asistentes digitales personales.
Según la Agencia de protección del ambiente (EPA) de EE.UU.- la radiación ionizante, entre ellas la radiación de neutrones, “tiene suficiente energía para causar cambios químicos en las células y dañarlas”, es decir puede causar la muerte celular.
De dónde provienen los rayos cósmicos
De acuerdo a investigadores del telescopio Fermi de la NASA, “los agujeros negros supermasivos, la fusión de estrellas de neutrones, las corrientes de gas caliente que se mueven cerca de la velocidad de la luz (…) son algunas de las maravillas que generan radiación de rayos gamma, la forma más energética de la radiación, miles de millones de veces más energéticos que el tipo de luz que es visible a nuestros ojos”.
Los poderosos rayos gamma derivan de fotones emitidos luego de ciertas interacciones de átomos de nitrógeno y oxígeno. Son ondas superiores porque viajan a longitudes mucho menores y con frecuencias mucho mayores que los rayos X, que a su vez son 50 a 50000 veces superiores a las ondas de luz visible. También los rayos X derivan de los átomos.
La física espacial explica que cuando los rayos cósmicos chocan con la alta atmósfera, a su vez destruyen los átomos de Nitrógeno y Oxígeno, dando como resultado la emisión de muchas partículas que se desplazan a diferente velocidad, con diferentes grados de energía.
Una parte de estas partículas son los neutrones que no se recombinan, sino viajan hasta chocar con los gases de la atmósfera, que los frenan. Si algunos osados neutrones siguen su viaje y golpean la superficie de las naves aéreas y algunos más osados, llegan a la Tierra. Estos  suelen ser registrados por los instrumentos instalados en el Ártico y Antártida, donde el número es mayor.
El problema es que existen neutrones de alta energía que son más dañinos. Según el profesor Jeffey Wyses de la Universidad de Cassino, basta un solo neutrón para afectar los circuitos electrónicos.
Estudios previos han demostrado que la mayoría de los neutrones que llegan a la superficie terrestre no afectan los circuitos electrónicos, pero basta que alguno pase por ejemplo cerca de átomos de silicona y ahí los afectan. “Como resultado se produce la creación de partículas secundarias”, que afectan el sistema electrónico. Esto se ha demostrado con daño en las células de memoria de los equipos industriales, como las memorias SRAM.

Fuente: https://www.lagranepoca.com

Entradas populares de este blog

Francia: ‘Mi orina contiene glifosato, ¿y la tuya?’ Denuncia contra el polémico herbicida

Sobre transgénicos, semillas y cultivos en Latino América

Antártida: qué países reclaman su soberanía y por qué