Este es el abismal porcentaje de dinero con el quedó en el 2017 el 1% más rico del mundo
En vísperas del Foro Económico Mundial que reunirá en Davos (Suiza) a las élites políticas y comerciales del planeta, la ONG Oxfam, que lucha contra la pobreza, arrojó datos desoladores.
Oxfam ha publicado su informe acerca del repartimiento de la riqueza entre los más adinerados y los más pobres en el 2017, lo que demuestra la abismal brecha entre los más ricos y los más pobres.
El informe, titulado ‘Recompensen el trabajo, no la riqueza’, urge a nivelar las distancias entre las ganancias de los ‘pesos pesados’ y los empleados comunes, entre hombres y mujeres, y combatir la evasión de impuestos.
Y esta es la razón: el 1% más rico del mundo se ha quedado con el 82% de las ganancias generadas durante el 2017.
Por su parte, 3.700 millones de personas, la parte más pobre del planeta, no ha visto aumentada su riqueza.
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El inicio del momento previo al pánico
The New York Times ha estado sugiriendo que los principales poseedores de bonos –tanto de bancos privados como nacionales– están reduciendo discretamente sus posesiones, a causa del miedo a una inflación nominal. ¿Qué tan discreto puede ser si se discute en The New York Times?
Immanuel Wallerstein
Todo mundo está esperando que nadie entre en pánico y venda demasiado rápido. Y que si alguien lo hace, lo haga en el megainstante posterior a mis discretos retiros. Por supuesto, nadie quiere hacer retiros demasiado pronto –ni demasiado tarde. Entonces, cuando arribamos al momento previo al pánico, nadie puede estar seguro qué tanto más o menos garantiza el colapso repentino del mercado de bonos.
Sabemos que estamos en el momento previo al pánico puesto que lo estamos discutiendo. Pero ¿por qué ahora y no antes? Porque en los “mercados de premuras” se ha obtenido mucho billete en ganancias que no se basan en un incremento real de la plusvalía alcanzada con el mercado de bonos, por lo que uno se retira discretamente de dicho mercado. Además, los trabajadores asalariados buscan sueldos más altos en todas partes. Entonces, se expulsan tantos trabajadores del mercado laboral que existe ahora una escasez de mano de obra disponible. Y esto hace que los bonos sigan siendo refugios seguros. ¡Confusión, confusión!
Todo mundo se vuelve más protector –de sí mismo, del país. Y esto es autoreforzante. Sin embargo, aun en aquellos países que utilizan una fuerte retórica antiproteccionista como Canadá, si no practican esto sufren una pérdida política interna.
Todo esto es lo que ocurre en una crisis estructural del sistema-mundo, donde la realidad son los alocados vaivenes de todo. El momento previo al pánico es uno de esos alocados vaivenes.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2018/01/21/opinion/022a1mun
Traducción: Ramón Vera-Herrera
Immanuel Wallerstein
Todo mundo está esperando que nadie entre en pánico y venda demasiado rápido. Y que si alguien lo hace, lo haga en el megainstante posterior a mis discretos retiros. Por supuesto, nadie quiere hacer retiros demasiado pronto –ni demasiado tarde. Entonces, cuando arribamos al momento previo al pánico, nadie puede estar seguro qué tanto más o menos garantiza el colapso repentino del mercado de bonos.
Sabemos que estamos en el momento previo al pánico puesto que lo estamos discutiendo. Pero ¿por qué ahora y no antes? Porque en los “mercados de premuras” se ha obtenido mucho billete en ganancias que no se basan en un incremento real de la plusvalía alcanzada con el mercado de bonos, por lo que uno se retira discretamente de dicho mercado. Además, los trabajadores asalariados buscan sueldos más altos en todas partes. Entonces, se expulsan tantos trabajadores del mercado laboral que existe ahora una escasez de mano de obra disponible. Y esto hace que los bonos sigan siendo refugios seguros. ¡Confusión, confusión!
Todo mundo se vuelve más protector –de sí mismo, del país. Y esto es autoreforzante. Sin embargo, aun en aquellos países que utilizan una fuerte retórica antiproteccionista como Canadá, si no practican esto sufren una pérdida política interna.
Todo esto es lo que ocurre en una crisis estructural del sistema-mundo, donde la realidad son los alocados vaivenes de todo. El momento previo al pánico es uno de esos alocados vaivenes.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2018/01/21/opinion/022a1mun
Traducción: Ramón Vera-Herrera