Proclama mundial por la Madre Tierra: Celebración Día Mundial de la Paz, 21 de septiembre de 2019. 

En un mundo acariciado por los tentáculos del poder mundial, regentado por grandes corporaciones, siete potencias que controlan la economía y la política..; de siete mil millones de habitantes, donde las tres cuartas partes de su población viven con un promedio mil dólares al año, hacen que hoy emerja un nuevo orden mundial, organizado en un gran movimiento de millones, y millones de jovenes que se movilizan por un planeta más humano.

Jhon Jairo Salinas

“Nunca la humanidad se ha enfrentado a un desafío como la crisis climática que estamos viviendo: se derrite el hielo ártico, el aumento de la temperatura de los océanos destruye los ecosistemas marinos, la deforestación en la Amazonia alcanza puntos de no retorno, se extingue la biosfera que conocimos a un ritmo acelerado” (Ecodes).
Necesitamos una economía que se reivindique con la casa común donde habitamos, donde la anarquía de grandes multinacionales no sigan siendo las directas responsables de una enorme crisis climática.
La alianza mundial por el clima le dice a las grandes corporaciones “La degradación planetaria y la creciente desigualdad tienen un origen común y se alimentan entre ellas. Así, por ejemplo, muchas grandes empresas y bancos obtienen enormes beneficios a través de la especulación inmobiliaria, el desahucio, la gentrificación o la turistificación que expulsa a las familias de sus casas, a los vecinos de sus barrios. Aunque cada vez hay más inversiones en tecnologías para la transición energética, sigue habiendo muchos fondos que sostienen y financian a las grandes empresas del oligopolio energético en su explotación del planeta, y cuyo resultado es el incremento de la pobreza, incluida la energética”.
Cada año, el 21 de septiembre se celebra el día internacional de paz, este año el mensaje es realizar una meditación mundial por la paz, iluminando cada rincón del planeta. Los pensamientos de amor son los forjadores de hermandad, paz, amistad y felicidad. Si amor por la madre naturaleza, amor por los desposeídos, amor por los impíos, amor por las niños desnutridos, amor por las mujeres abandonadas, amor por los desamparados, amor por los animales. 
Hoy, un ejército de jóvenes le dicen a los gobernantes que no sigan siendo sordos, ciegos y mudos; frente a la destrucción de la medre tierra. . Gobernantes que actúan como los auténticos dueños de nuestra existencia, porque quizás se lo hemos permitido con la farsa democracia, legitimándolos sobre la acumulación de riquezas a expensas de nuestras desgracias. La Paz y la concordia son derechos que no debemos dejarnos arrebatar. La flor de la rebeldía acariciada por jóvenes del mundo, hace que los adultos se ruboricen frente a su apatía por el cambio. Como en aquel estribillo indígena Mirando atrás, estoy lleno de gratitud, mirando hacia adelante, me lleno de visión, mirando hacia arriba me lleno de fuerza, mirando hacia dentro, descubro la Paz.
Como implora el poeta Ariruma Kowii “Para que la Madre Tierra / no muera / volvamos a danzar / alrededor del Sol / y de la Luna / la danza del cóndor / la serpiente / el venado / dejemos que nuestros corazones / se desborden en cataclismos / y engendremos el vacío / con nuestras palabras / dialoguemos en círculo, en el día / y en media luna, en la noche”.
Por la Paz y la concordia del mundo demos un grito trepidante de justicia social, que banqueros y empresarios no sigan engullendo las riquezas que provee este planeta, la Paz en el mundo no puede ser una dadiva, ni regalo, solo será conquistada por los pueblos que luchan hasta alcanzarla.
Quero besar la tierra negra de tus manos que me levantaron, quiero tener gigantes brazos para abrazar tus océanos, amar y besar al amarillo, al blanco, al indígena, al negro, al mulato, quiero besar tu frondosa amazonia, soslayarme en tus ríos finos y cristalinos como agua bendita, que riega las injusticias. La Paz violentada por imperios, invadida la tierra por armas nucleares, arranquemos de nuestros pechos corazones de rebeldía, defender la paz en la tierra es para siempre una gallardía.
Poema: Infierno en el futuro.
No permitamos que el agua sea reemplazada por el oro.
Que los ríos serán nostalgia del pasado.
Que Las montañas sean los emblemas de la muerte.
No permitamos que los árboles, plantas, aves, mamíferos
Y flores sean cortejo fúnebre.
No permitamos que el oxígeno sea solo aire del pasado.
No permitamos que los campesinos sean reemplazados
Por maquinas robot.
No permitamos que los indígenas sean seres mitológicos del pasado.
No permitamos que la tierra sea solo para los dueños del capital.
No permitamos que el pueblo sea esclavo del futuro.
No permitamos que los negros sean tratados como demonios.
No permitamos que el hambre y sed sean miseria para los menesterosos.
No permitamos que el dinero sea solo el pan para los ricos.
y el estiércol sea solo para los miserables,
y pordioseros exterminados.
No permitamos que la lluvia sea relámpagos de espanto.
No permitamos que La luna sea solo para iluminar los dementes del poder.
No permitamos que el sol sea solo para quemar las hortalizas.
No permitamos que los alimentos solo sean para el Dios de los amos.
No permitamos que el zapatero solo sirva para calzar las calaveras.
No permitamos que el carpintero solo sirva para clavar los ataúdes.
No permitamos que el jardinero solo sirva para cuidar las tumbas.
No permitamos que el médico solo sirva para mitigar las plagas del futuro.
No permitamos que el músico solo sirva para danzar la muerte.
No permitamos que el pintor solo sirva para plasmar la barbarie.
No permitamos que los científicos solo sirvan para perfeccionar las
Armas como sinónimo de destrucción.
No permitamos que los políticos solo sirvan para administrar
La riqueza del capitalismo salvaje.
No permitamos que los religiosos solo sirvan para bendecir
La riqueza acumulada.
¡No Permitamos la Barbarie! 

(Jhon Jairo Salinas)
 

Fuente: Rebelión - Imagenes: Nexos.com.mx

Entradas populares de este blog

Francia: ‘Mi orina contiene glifosato, ¿y la tuya?’ Denuncia contra el polémico herbicida

Sobre transgénicos, semillas y cultivos en Latino América

Antártida: qué países reclaman su soberanía y por qué