Chile-Caserones: La mina lista para partir que no puede hacerlo por conflicto ambiental
Minería Chilena - Proyecto de cobre Caserones, de la japonesa Lumina, enfrenta nuevas trabas ambientales que ponen en riesgo el permiso ambiental con el que cuenta y, peor aún, su viabilidad. La inversión total prevista alcanza los US$3.000 millones, de los cuales ya ha sido ejecutado casi la totalidad
(Pulso) El avance de las obras ya se acerca al 100%, los contratos de energía están firmados y la empresa tiene toda la intención de partir. Pero el proyecto Caserones, perteneciente a la japonesa Lumina Copper y dirigido por el experimentado ejecutivo Nelson Pizarro, no puede iniciar aún el proceso formal de puesta en marcha.
Lo que mantiene trabado el inicio oficial de la producción de Caserones -que involucra una inversión de US$3.000 millones- es un conflicto ambiental. Y no uno menor.
Hace algunas semanas, la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) inició un proceso sancionatorio contra el proyecto, levantando cargos por 23 infracciones, varias de las cuales se relacionan con fallas en la gestión de recursos hídricos. La compañía, además de responder, decidió enviar dos nuevas declaraciones de impacto ambiental, en el marco del plan que denominó Actualización Mina Caserones, pero que en vez de resolver el problema, los está empeorando.
Se trata de dos DIA: la primera abarca las modificaciones al trazado de la línea de transmisión -que causaron quejas de la SMA-, mientras que la segunda se relaciona con las mejoras ambientales, incluyendo el manejo del agua.
Hoy, el principal escollo es el actuar de algunos grupos opositores a la iniciativa. Según un grupo de abogados opositores a la iniciativa, el proyecto genera cambios relevantes a la idea original, por lo que debería haber ingresado como Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y no DIA. Una de las principales diferencias entre una y otra alternativa es que en el caso de un EIA debe realizarse una consulta ciudadana, mientras que una DIA no.
Esto es a lo que se oponen los abogados contrarios a Caserones. Además de los efectos respecto de la disponibilidad de agua -en una región con déficit del recurso- plantean que la actualización incorpora obras nuevas que deben ser discutidas con la comunidad, como por ejemplo la construcción de nuevos pozos.
No es todo. Los servicios públicos con competencia en el proceso de evaluación han hecho llegar sus reparos al proyecto, lo que derivará en la entrega de un Icsara (Informe Consolidado de Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones y/o Ampliaciones) que demorará aún más la aprobación de esta actualización. La Seremi de Medio Ambiente de la región criticó que la empresa no estableciera compromisos voluntarios sobre el agua, dado lo crítico que resulta la disponibilidad en Atacama. La Seremi de Salud, en tanto, fue más allá y advirtió que el proyecto “generaría eventualmente efectos adversos significativos sobre la cantidad y calidad de este recurso (hídrico) y los impactos potenciales podrían ser irreversibles, poniendo en riesgo la cantidad y calidad de recurso hídrico de los habitantes aguas abajo de las faenas”. A una eventual Adenda de la actualización del proyecto, se deberá agregar el plazo para una consulta ciudadana, que debería demorar al menos un mes.
Así Caserones, que debería haber entrado en operaciones por calendario el año pasado, seguirá sin poder hacerlo.
RESPUESTA DE LA EMPRESA
Recientemente, la Superintendencia de Medio Ambiente liberó un documento con la declaración hecha por el gerente general de Lumina Copper Chile, Nelson Pizarro Contador, quien reconoce que Caserones está operando a una capacidad mínima (inferior al 10%) y dice desconocer que sin las aprobaciones faltantes -comprometidas en la RCA- el proyecto no puede operar.
“El proyecto Caserones a partir del 12 de marzo del presente año inicia el proceso parcial de operaciones, focalizado en la puesta en marcha del proceso de la planta de cátodos, que en su capacidad de diseño lograda al fin del ramp up en los próximos meses significará del orden del 13% de la capacidad productiva del proyecto Caserones. Los valores actuales se ubican en un rango inferior al 10%”, reconoció Pizarro frente a la autoridad.
La autoridad contrapregunta: ¿Está usted en conocimiento que la RCA que califica favorablemente el proyecto Caserones establece expresamente que sin la validación de estos diseños, sistemas y planes, el proyecto no podrá operar?”. La respuesta de Pizarro fue escueta: “No”.
(Pulso) El avance de las obras ya se acerca al 100%, los contratos de energía están firmados y la empresa tiene toda la intención de partir. Pero el proyecto Caserones, perteneciente a la japonesa Lumina Copper y dirigido por el experimentado ejecutivo Nelson Pizarro, no puede iniciar aún el proceso formal de puesta en marcha.
Lo que mantiene trabado el inicio oficial de la producción de Caserones -que involucra una inversión de US$3.000 millones- es un conflicto ambiental. Y no uno menor.
Hace algunas semanas, la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) inició un proceso sancionatorio contra el proyecto, levantando cargos por 23 infracciones, varias de las cuales se relacionan con fallas en la gestión de recursos hídricos. La compañía, además de responder, decidió enviar dos nuevas declaraciones de impacto ambiental, en el marco del plan que denominó Actualización Mina Caserones, pero que en vez de resolver el problema, los está empeorando.
Se trata de dos DIA: la primera abarca las modificaciones al trazado de la línea de transmisión -que causaron quejas de la SMA-, mientras que la segunda se relaciona con las mejoras ambientales, incluyendo el manejo del agua.
Hoy, el principal escollo es el actuar de algunos grupos opositores a la iniciativa. Según un grupo de abogados opositores a la iniciativa, el proyecto genera cambios relevantes a la idea original, por lo que debería haber ingresado como Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y no DIA. Una de las principales diferencias entre una y otra alternativa es que en el caso de un EIA debe realizarse una consulta ciudadana, mientras que una DIA no.
Esto es a lo que se oponen los abogados contrarios a Caserones. Además de los efectos respecto de la disponibilidad de agua -en una región con déficit del recurso- plantean que la actualización incorpora obras nuevas que deben ser discutidas con la comunidad, como por ejemplo la construcción de nuevos pozos.
No es todo. Los servicios públicos con competencia en el proceso de evaluación han hecho llegar sus reparos al proyecto, lo que derivará en la entrega de un Icsara (Informe Consolidado de Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones y/o Ampliaciones) que demorará aún más la aprobación de esta actualización. La Seremi de Medio Ambiente de la región criticó que la empresa no estableciera compromisos voluntarios sobre el agua, dado lo crítico que resulta la disponibilidad en Atacama. La Seremi de Salud, en tanto, fue más allá y advirtió que el proyecto “generaría eventualmente efectos adversos significativos sobre la cantidad y calidad de este recurso (hídrico) y los impactos potenciales podrían ser irreversibles, poniendo en riesgo la cantidad y calidad de recurso hídrico de los habitantes aguas abajo de las faenas”. A una eventual Adenda de la actualización del proyecto, se deberá agregar el plazo para una consulta ciudadana, que debería demorar al menos un mes.
Así Caserones, que debería haber entrado en operaciones por calendario el año pasado, seguirá sin poder hacerlo.
RESPUESTA DE LA EMPRESA
Recientemente, la Superintendencia de Medio Ambiente liberó un documento con la declaración hecha por el gerente general de Lumina Copper Chile, Nelson Pizarro Contador, quien reconoce que Caserones está operando a una capacidad mínima (inferior al 10%) y dice desconocer que sin las aprobaciones faltantes -comprometidas en la RCA- el proyecto no puede operar.
“El proyecto Caserones a partir del 12 de marzo del presente año inicia el proceso parcial de operaciones, focalizado en la puesta en marcha del proceso de la planta de cátodos, que en su capacidad de diseño lograda al fin del ramp up en los próximos meses significará del orden del 13% de la capacidad productiva del proyecto Caserones. Los valores actuales se ubican en un rango inferior al 10%”, reconoció Pizarro frente a la autoridad.
La autoridad contrapregunta: ¿Está usted en conocimiento que la RCA que califica favorablemente el proyecto Caserones establece expresamente que sin la validación de estos diseños, sistemas y planes, el proyecto no podrá operar?”. La respuesta de Pizarro fue escueta: “No”.