Comercio global




El término ‘orden global’, es la expresión que se utiliza para definir el ‘dominio global, a través de subsumir las múltiples diversidades de las economías, las culturas y la naturaleza, bajo el control de un puñado de grandes empresas multinacionales y de las superpotencias que las apoyan en su empeño de dominación global por medio de la ‘liberalización’ del comercio, los programas de ajuste estructural y, cada vez más, los conflictos militares.

“Hace unos años, yo estaba comiendo en un restaurante de Saint Paul, Minnesota (EE.UU). Al terminar de comer, cogí un palillo de dientes que estaba envuelto en una funda de plástico. En la funda ponía “Japón”. Ahora bien, Japón tiene poca madera y carece en absoluto de petróleo. Sin embargo, en nuestra economía mundial, se considera eficaz enviar a Japón pequeñas piezas de madera y algunos barriles de petróleo, envolver lo uno con lo otro y enviarlo de vuelta a Minnesota. El palillo de dientes había recorrido unos 80.000 kilómetros. Mientras tanto, en 1987, una fábrica de Minnesota inició la fabricación de palillos chinos desechables para venderlos en Japón. En mi imaginación, veo dos barcos cruzándose en las aguas del Pacífico. Uno transporta con destino a Japón un cargamento de pequeñas piezas de madera de Minnesota; el otro transporta con destino a Minnesota un cargamento de pequeñas piezas de madera elaboradas en Japón. Ésta es la lógica del libre comercio.”
David Morris: 'El libre comercio: el gran destructor'.

En los últimos años se ha ido reduciendo el capital de producción y aumentan de manera vertiginosa el movimiento del comercio mundial y el movimiento de capitales. El comercio internacional ha crecido mucho más que la producción económica, pero lo más impresionante es el aumento del capital especulativo, un capital que no tiene nada que ver con la producción, sino con las transacciones y los juegos monetarios y bursátiles. Por eso se habla de globalización económica y financiera. Hay una gran cantidad de capital circulante que no tiene nada que ver con la producción y la economía. A este capital especulativo nada le importan los mecanismos que defienden los equilibrios ecológicos y sociales.

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