Decrecimiento sostenible: ¿una alternativa para el desarrollo sostenible?
Joan Martínez Alier
El decrecimiento sostenible es la transición a una economía más pequeña con menos producción y consumo. Un nuevo estudio ha explorado sus orígenes y lo ha comparado con el desarrollo sostenible. El estudio indica que para convertirse en una alternativa viable de desarrollo sostenible, el decrecimiento debe ser definido con mayor claridad y sus implicaciones en el empleo deben considerarse con mucho detenimiento. La Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea se ha hecho eco de este trabajo en el que ha participado Joan Martínez Alier.
El concepto de decrecimiento sostenible ha generado interés. Hay poco acuerdo sobre los objetivos internacionales sobre las emisiones de gases de efecto invernadero, y otros objetivos, como las Metas del Milenio, parecen cada vez más inalcanzables. De esta manera se están considerando enfoques políticos alternativos. Actualmente el desarrollo sostenible es el enfoque preferido, que pretende abordar las cuestiones del medio ambiente a la vez que promover el crecimiento económico. El decrecimiento sostenible tiene como base una reducción en la escala de la economía y supone que el crecimiento económico, aunque disfrazado de desarrollo sostenible, dará lugar al colapso social y ecológico. Se propone que la disminución del tamaño de los flujos de recursos es la única manera de garantizar que los recursos no se agoten, lo que debe ir acompañado de fortalecer los valores sociales y ecológicos.
Los orígenes del decrecimiento sostenible son complejos, ya que es a la vez un concepto intelectual de influencia marxista desarrollado en Francia y un movimiento de base desarrollado en los países del Norte. Este último está basado en la economía ecológica y propone una disminución del consumo en los países que excedan lo que sería un impacto ecológico admisible. Aunque el concepto de decrecimiento sostenible parece ser una alternativa teórica al desarrollo sostenible y que podría generar resultados más rápidos e impresionantes, su aplicación práctica requiere una cuidadosa consideración. El decrecimiento no puede ser activado simplemente y las sociedades van a encontrar muy difícil someterse al cambio. La preparación y las condiciones adecuadas son necesarias si se quiere liderar con éxito los cambios que propone este enfoque.
En primer lugar, junto con el acuerdo de la UE para reducir los niveles de CO2, debería haber objetivos de reducción de indicadores de impacto ambiental, como el consumo de energía, recursos naturales y uso de la tierra. Junto a ésta, deberían investigarse y hacerse análisis para entender las condiciones necesarias para alcanzar estos objetivos. Por ejemplo, investigar los perfiles de las sociedades en términos de sus niveles de consumo e industrialización.
En segundo lugar, una reducción en el PIB es inherente al decrecimiento sostenible. Es probable que ello cause un aumento del desempleo a menos de que existan iniciativas para reducir la cantidad de tiempo de trabajo en los individuos, desvincular ingresos de trabajo o desarrollar fórmulas para rentas básicas. En parte, un ejemplo de ello es el caso de las medidas agroambientales europeas que proporcionan a los agricultores incentivos vinculados con el uso sostenible de la tierra en vez de la producción. En general, las relaciones entre decrecimiento, ingresos y empleo deben ser analizadas detenidamente.
Sin embargo, el PIB no es el único indicador económico y el concepto de crecimiento en sí mismo debería estar más definido y desarrollado, para que el significado de decrecimiento quede más claro y se entienda de una manera más coherente.
Actualmente cuenta con diferentes definiciones en función de si se utiliza por parte de académicos o por las organizaciones de base. También puede ser necesaria una mayor coherencia en general entre sus defensores, por ejemplo, entre los conservacionistas, los sindicatos, la agro-ecología y los movimientos campesinos. El decrecimiento sostenible tiene una desventaja obvia, y es que enfrenta a los poderes actuales de la sociedad. Ninguno de los actores principales en economía, tales como los líderes gubernamentales y ejecutivos del sector privado, tendrían interés en considerar una política de no crecimiento. Al respecto, se necesitaría promover las ventajas de la reducción y mejorar los objetivos éticos de la sociedad.
European Comission DG ENV