Cuando Kodak descubrió por accidente el primer ensayo nuclear de la historia
Por Santiago Campillo
Los científicos de Kodak jamás se hubieran imaginado que un montón de películas estropeadas les llevaría a descubrir por accidente los hechos de Trinity, el primer ensayo nuclear de la historia de la humanidad.
En 1945, un dedo y un botón supusieron un cambio en el mundo que durará milenios.Unas semanas después, a más de 3.000 kilómetros de distancia, los científicos de Kodak, la gran compañía experta en fotografía, reciben perplejos extensas broncas de sus jefes. Cientos de clientes han vuelto a las tiendas con quejas de placas y placas de cinta sensible a rayos X estropeadas. No lo entienden, una de las razones por las que los científico se sienten orgullosos es por su esmero en cuidar sus preciadas películas. Nunca les había pasado esto. ¿Qué ha podido salir mal?
"Un nuevo tipo de radiación"
Por supuesto, en aquél entonces los físicos estaban ya bien enterados de cómo funciona la radiación y otros aspectos físicos de la radiación. Por eso, Julian H. Webb, uno de los físicos más importantes de Kodak, creía saber a ciencia cierta el origen de la contaminación. Las películas sensibles a rayos-x, o películas radiográficas, son materiales muy, muy sensibles, utilizadas normalmente en medicina. Por todo ello, el esmero en su cuidado ha sido siempre excelente. La propia Kodak mantenía un control estricto en la producción de los envases y continentes de estas películas.
Los científicos de Kodak jamás se hubieran imaginado que un montón de películas estropeadas les llevaría a descubrir por accidente los hechos de Trinity, el primer ensayo nuclear de la historia de la humanidad.
En 1945, un dedo y un botón supusieron un cambio en el mundo que durará milenios.Unas semanas después, a más de 3.000 kilómetros de distancia, los científicos de Kodak, la gran compañía experta en fotografía, reciben perplejos extensas broncas de sus jefes. Cientos de clientes han vuelto a las tiendas con quejas de placas y placas de cinta sensible a rayos X estropeadas. No lo entienden, una de las razones por las que los científico se sienten orgullosos es por su esmero en cuidar sus preciadas películas. Nunca les había pasado esto. ¿Qué ha podido salir mal?
"Un nuevo tipo de radiación"
Por supuesto, en aquél entonces los físicos estaban ya bien enterados de cómo funciona la radiación y otros aspectos físicos de la radiación. Por eso, Julian H. Webb, uno de los físicos más importantes de Kodak, creía saber a ciencia cierta el origen de la contaminación. Las películas sensibles a rayos-x, o películas radiográficas, son materiales muy, muy sensibles, utilizadas normalmente en medicina. Por todo ello, el esmero en su cuidado ha sido siempre excelente. La propia Kodak mantenía un control estricto en la producción de los envases y continentes de estas películas.
Esto se debe a que en los cuarenta, según un artículo del propio Webb, el papel era recuperado de los excedentes militares, los cuales estaban contaminados por radio. ¿Por qué radio? Muy sencillo, porque la producción de papel se hacía en tiempos de guerra en fábricas destinadas también a la construcción de otros elementos en los que era indispensable el radio. El radio, como sabréis, es un elemento natural radioactivo que crea una contaminación persistente. El papel utilizado en los envases, aunque no era peligroso, podía estropear las delicadas películas radiográficas.
“"La radiación no proviene del papel. Es un tipo nuevo procedente de una fuente desconocida"”Esto se debe a que la radiación contaminante actúa como si de rayos x s tratasen, creando una especie de "neblina" en la película. Por ello, Kodak se esmeraba en conseguir papel nuevo y en buen estado, sin ningún tipo de contaminación. Así que, Webb, estaba convencido de que ésta era la fuente del problema. Hasta que hizo las pruebas correspondientes. Su conclusión fue la siguiente: "la radiación no proviene del papel. Es un tipo nuevo procedente de una fuente desconocida hasta el momento".
Trinity, el primer ensayo nuclear
Así fue como Webb se topó, aunque sin saberlo, con el primer ensayo nuclear de la historia. Como decíamos, por aquel entonces estábamos muy enterados de qué y cómo actúa la radiación, sin duda. Hacía ya tiempo que los estadounidenses jugaban con la energía nuclear. Años antes, la famosa carta de Einstein advirtiendo que lo alemanes perseguían la bomba nuclear inició el proyecto Manhattan, que pretendía adelantarlos en la creación de una arma de destrucción masiva. Un poco más tarde, los primeros informes afirmaban que "se puede crear un artefacto terriblemente poderoso". Para ello, se debía emplear uranio enriquecido o, como se supo después, plutonio.
La cosa casi estaba en marcha. En 1942, el proyecto Manhattan es aprobado en financiación y actuación un mes después de la entrada de EEUU en la guerra. Sólo tres años después de su aprobación, los estadounidenses tenían lista a "Gadget". Este es el nombre con el que se conocía la bomba causante del primer ensayo nuclear de la historia de la humanidad. Y el lugar no era otro que "Trinity". A las cinco de la mañana, un botón y un dedo iniciaron el ensayo que cambiaría la historia. Pero no sólo la historia. También el mundo. Y es que con esa primera detonación, las partículas radioactivas comenzaron a esparcirse por el globo como una señal. Había comenzado la era del átomo.
La radiación que vino del cielo
Lo que encontró Webb fueron restos de cerio 141, radiactivo. Para ello, el físico determinó la vida media de la sustancia que estaba emitiendo radiación, que resultó ser de 30 días. Esto lo inquietó al máximo. Este isótopo del cerio es el rico subproducto de una reacción de fisión y no es estable, como casi ninguna sustancia radiactiva, en condiciones naturales. Entonces, ¿de dónde venía? Tras mucho deducir y pelear con hipótesis, Webb llegó a una conclusión: el cerio radiactivo provenía del agua. Es más, tras unas intensas lluvias observó que la radiación en las muestras era aún mayor: los restos radiactivos provenían del cielo. Efectivamente, como buen subproducto de la explosión atómica, el "polvo" de cerio 141 se había quedado en la atmósfera. Las instalaciones donde se elaboraban los envases de las películas radiográficas se encontraban relativamente cerca de la zona de pruebas. Así, los papeles contaminados debido al agua de los ríos que pasaban junto a la fábrica (y la lluvia) terminaron por contaminar el papel, estropear los materiales y alertar a los físicos de Kodak.
“La compañía amenazó con denunciar al gobierno por las pérdidas y el estropicio en materiales que le había causado”A día de hoy hay quién se pregunta si Kodak tenía la obligación moral de avisar sobre las pruebas que estaba realizando el gobierno. Aunque los ataques de Hiroshima y Nagasaki fueron una prueba más que suficiente de la actuación del gobierno, poco se sabía de la experimentación del campo al respecto. No obstante, los verdaderos efectos nunca terminaremos de conocerlos bien. Las diversas pruebas nucleares, así como el terrible accidente de Chernobyl y, más recientemente, Fukushima han marcado el mundo con radiación. Una radiación que, aunque casi siempre "inofensiva", resulta permanente, en nuestro cómputo de tiempo. Tanto es así, que puede usarse para datar restos y otras operaciones técnicas. Pero que también supone un símbolo de cuando el mundo dio un paso adelante con un poder del que es difícil medir las consecuencias.
“"La radiación no proviene del papel. Es un tipo nuevo procedente de una fuente desconocida"”Esto se debe a que la radiación contaminante actúa como si de rayos x s tratasen, creando una especie de "neblina" en la película. Por ello, Kodak se esmeraba en conseguir papel nuevo y en buen estado, sin ningún tipo de contaminación. Así que, Webb, estaba convencido de que ésta era la fuente del problema. Hasta que hizo las pruebas correspondientes. Su conclusión fue la siguiente: "la radiación no proviene del papel. Es un tipo nuevo procedente de una fuente desconocida hasta el momento".
Trinity, el primer ensayo nuclear
Así fue como Webb se topó, aunque sin saberlo, con el primer ensayo nuclear de la historia. Como decíamos, por aquel entonces estábamos muy enterados de qué y cómo actúa la radiación, sin duda. Hacía ya tiempo que los estadounidenses jugaban con la energía nuclear. Años antes, la famosa carta de Einstein advirtiendo que lo alemanes perseguían la bomba nuclear inició el proyecto Manhattan, que pretendía adelantarlos en la creación de una arma de destrucción masiva. Un poco más tarde, los primeros informes afirmaban que "se puede crear un artefacto terriblemente poderoso". Para ello, se debía emplear uranio enriquecido o, como se supo después, plutonio.
La cosa casi estaba en marcha. En 1942, el proyecto Manhattan es aprobado en financiación y actuación un mes después de la entrada de EEUU en la guerra. Sólo tres años después de su aprobación, los estadounidenses tenían lista a "Gadget". Este es el nombre con el que se conocía la bomba causante del primer ensayo nuclear de la historia de la humanidad. Y el lugar no era otro que "Trinity". A las cinco de la mañana, un botón y un dedo iniciaron el ensayo que cambiaría la historia. Pero no sólo la historia. También el mundo. Y es que con esa primera detonación, las partículas radioactivas comenzaron a esparcirse por el globo como una señal. Había comenzado la era del átomo.
La radiación que vino del cielo
Lo que encontró Webb fueron restos de cerio 141, radiactivo. Para ello, el físico determinó la vida media de la sustancia que estaba emitiendo radiación, que resultó ser de 30 días. Esto lo inquietó al máximo. Este isótopo del cerio es el rico subproducto de una reacción de fisión y no es estable, como casi ninguna sustancia radiactiva, en condiciones naturales. Entonces, ¿de dónde venía? Tras mucho deducir y pelear con hipótesis, Webb llegó a una conclusión: el cerio radiactivo provenía del agua. Es más, tras unas intensas lluvias observó que la radiación en las muestras era aún mayor: los restos radiactivos provenían del cielo. Efectivamente, como buen subproducto de la explosión atómica, el "polvo" de cerio 141 se había quedado en la atmósfera. Las instalaciones donde se elaboraban los envases de las películas radiográficas se encontraban relativamente cerca de la zona de pruebas. Así, los papeles contaminados debido al agua de los ríos que pasaban junto a la fábrica (y la lluvia) terminaron por contaminar el papel, estropear los materiales y alertar a los físicos de Kodak.
Esta es una fotografía de la bola de fuego causada por el primer ensayo nuclear
Al principio, tanto Webb como el resto de los físicos de la compañía estaban atónitos. ¿De dónde provenían estos vientos radiactivos? Tres semanas después de Trinity, dos bombas golpearon duramente Hiroshima y Nagasaki. Pero estas ciudades (o lo que quedaba de ellas) estaban muy lejos. ¿Podría ser que algo hubiese estallado en suelo americano? Sin duda, esta era la única posibilidad. Años después, según se mantenían las pruebas nucleares, Kodak, alertó en privado al gobierno de los Estados Unidos, quienes, como se supo más tarde, ya eran más que conscientes del problema. De hecho, la compañía amenazó con denunciar al gobierno por las pérdidas y el estropicio en materiales que le había causado. Sin embargo, ambas partes llegaron a un acuerdo. El gobierno prometió avisar y ayudar a la compañía para que protegiera sus materiales y escogiera adecuadamente el lugar de producción. A su vez, Kodak debía mantener en total secreto lo que había descubierto sobre las pruebas nucleares.“La compañía amenazó con denunciar al gobierno por las pérdidas y el estropicio en materiales que le había causado”A día de hoy hay quién se pregunta si Kodak tenía la obligación moral de avisar sobre las pruebas que estaba realizando el gobierno. Aunque los ataques de Hiroshima y Nagasaki fueron una prueba más que suficiente de la actuación del gobierno, poco se sabía de la experimentación del campo al respecto. No obstante, los verdaderos efectos nunca terminaremos de conocerlos bien. Las diversas pruebas nucleares, así como el terrible accidente de Chernobyl y, más recientemente, Fukushima han marcado el mundo con radiación. Una radiación que, aunque casi siempre "inofensiva", resulta permanente, en nuestro cómputo de tiempo. Tanto es así, que puede usarse para datar restos y otras operaciones técnicas. Pero que también supone un símbolo de cuando el mundo dio un paso adelante con un poder del que es difícil medir las consecuencias.
Fuente: https://hipertextual.com/2016/06/kodak-primer-ensayo-nuclear